El Senado de México aprobó la Ley de Hidrocarburos propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Con esto, la iniciativa culminó su tránsito por el legislativo y pasó a sanción presidencial, firma que podría darse en los próximos días.
El proyecto fue introducido bajo la premisa de fortalecer toda la infraestructura pública de hidrocarburos, a través de Petróleos Mexicanos (Pemex), para centralizar las operaciones de crudo y combustibles en un actor público y no en los privados.
Esta surge en un contexto en el que el mandatario izquierdista persigue la premisa de conseguir la “soberanía” del país, tanto en el ámbito energético, como en otros sectores relacionados con la extracción de recursos determinantes para la cotidianidad de la ciudadanía.
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De esta forma, México deja atrás la reforma energética de 2013 que instauró el anterior mandatario, Enrique Peña Nieto, quien está salpicado por escándalos de corrupción. De hecho, sus detractores, entre ellos López Obrador, le acusan por presuntas irregularidades en su gestión de hidrocarburos.
El gobierno anterior otorgó más de 1.000 permisos de importación de combustible, de los que la administración actual eliminó la gran mayoría, dejando alrededor de 80. Sin embargo, López Obrador pidió más control sobre el ingreso de combustible al país.
“Por eso va a tener mayor participación Pemex en todo lo que es la importación y la distribución de los combustibles. De eso trata la Ley de Hidrocarburos, para tener más control”, explicó el mandatario.
Las aduanas pasarán a la Secretaría de Marina y la Secretaría de Defensa Nacional, para centralizar el control en la entrada de hidrocarburos. También se dieron facultades a la Secretaría de Energía y a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) para intervenir las instalaciones en las que se almacene o comercialice combustible.
Asimismo, pueden suspender permisos cuando consideren que las actividades de algún privado son un riesgo para la “seguridad nacional, seguridad energética y la economía nacional”.
En las últimas semanas México ha descubierto yacimientos del crudo y el presidente mencionó que ese petróleo se estará destinando a cubrir la demanda de combustibles del mercado interno para “acabar con la práctica de exportar petróleo crudo y comprar gasolinas”.
México también contempla una modernización de plantas hidroeléctricas para reducir el uso de combustóleo y carbón en la producción de energía, dos fuentes de las que aún depende el país para garantizar su abastecimiento energético.
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