Recientemente, la Corte Constitucional declaró exequible y dio vía libre a la ley de ‘borrón y cuenta nueva’, lo que beneficia a millones de colombianos que se encuentran reportados negativamente en las centrales de riesgo. Se espera que esta ley, autoría de los senadores David Barguil y Luis Fernando Velasco, sea sancionada en los próximos días por el presidente Iván Duque, contribuyendo a la reactivación económica del país.
El objetivo de la nueva norma es proteger a las personas que acceden al sistema financiero y ampliar los efectos positivos de la Ley 1266 de 2008 o Ley del Habeas Data Financiero, la cual sirvió para mejorar el acceso de los colombianos al crédito y a productos financieros, alcanzando tasas de crecimiento promedio anual de 5,7% y permitiendo que un sector vulnerable de la población pudiera acceder a microcréditos.
Sin embargo, las bondades de la Ley 1266 se han visto opacadas debido a que pone en situación de vulnerabilidad a las personas que tienen un reporte negativo. Por tal motivo, se estima que la nueva norma de ‘borrón y cuenta nueva’ favorecerá a más de diez millones de ciudadanos que nuevamente podrán acceder al crédito formal. Dentro de los beneficiarios inmediatos se encuentran estudiantes con créditos del Icetex, pequeños productores, jóvenes y mujeres que vivan en zonas rurales y víctimas del conflicto armado.
Así mismo, la nueva ley trae disposiciones sobre los reportes en centrales de riesgo derivados de conductas de suplantación de identidad, delito que se encuentra en ascenso en el país. Según datos de la DIJIN, este delito aumentó en un 409% en los últimos doce meses.
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¿Por qué es tan grave la suplantación de identidad?
El concepto de identidad tiene dos formas: en primer lugar, encontramos la identidad estática que es la relacionada con la información genética del individuo -generalmente inmodificable- como los rasgos biológicos (biometría facial, dactilar, entre otras). En segundo lugar, existen los elementos de identificación como el nombre, lugar de nacimiento, altura, grupo sanguíneo, comportamiento, rasgos distintivos de la personalidad, entre otros. Con base en estas dos facetas se construyen los mecanismos de verificación y autenticación.
La identidad es un aspecto clave tanto para el ejercicio de nuestros derechos como para desenvolvernos en sociedad. Por ejemplo, para votar, acceder a subsidios o presentar peticiones, una persona tiene que identificarse a través de su cédula de ciudadanía. Respecto de la relación con el Estado, los colombianos acreditan su identidad en trámites presenciales a través del documento de identidad y la huella dactilar con tinta, aunque en los últimos años se ha evolucionado hacia la huella digital en captores biométricos.
En la actualidad el país está dando el salto a los trámites digitales y se ha empezado a utilizar el concepto de identidad digital. Esta identidad se valida a través de herramientas como la firma digital, el correo electrónico, claves enviadas por mensajes al celular de la persona y, más recientemente, a través de la cédula de ciudadanía digital y la biometría facial.
Fraudes de suplantación de identidad y la Ley de ‘borrón y cuenta nueva’
El robo de identidad en el ámbito digital inicia con la sustracción de la información que identifica a la persona con métodos como el phishing, smishing, vishing, spam, etc. Los delincuentes acceden a claves, fotografías, nombres de usuario, y demás datos, y los usan para hurtar dinero depositado en cuentas de ahorros, tarjetas de crédito, adquirir servicios, comprar bienes o cometer otros delitos.
A partir de estas técnicas, las víctimas resultan reportadas injustamente en centrales de riesgo como Datacrédito o Transunión. Con la nueva ley se elimina inmediatamente el reporte si el ciudadano muestra las pruebas del fraude a la entidad financiera. Al respecto, es menester que dichas entidades adopten mecanismos de validación de identidad robustos que impidan la suplantación, masificando el uso de firmas digitales y validación biométrica facial.
Para que el país logre reducir efectivamente el delito de suplantación de identidad, la Policía, las entidades públicas y las empresas privadas deben trabajar mancomunadamente en implementar las nuevas herramientas de verificación y autenticación digital que existen en el mundo. La inteligencia artificial, así como el reconocimiento facial del iris o de la voz, son elementos de los que puede disponer cualquier compañía que piense en la seguridad de sus usuarios.