El papel de la transformación digital tradicional debe ser repensado, así como las soluciones que los TI de la empresa necesitan ejecutar en sus nuevos proyectos.
Las empresas modernas han visto las bondades de la transformación digital y han emprendido el camino con inversiones en nube, software como servicios, seguridad, analítica, entre otros componentes, pero quizás no han tenido en cuenta que también deben evolucionar sus redes.
“Las redes empresariales nunca han sido más complejas, pues ahora son distribuidas, descentralizadas, con demanda de tráfico, no solo dentro de la organización sino fuera con personal en teletrabajo y hay una mayor dependencia de la conectividad entre las organizaciones, lo cual crea una «marea creciente» de desafíos que el área de TIC (Tecnología Informática y Comunicaciones) debe superar para servir mejor a los usuarios finales”, así lo comentó María Ximena Bejarano, AIOps Digital Marketing, Agile Operations Division de Broadcom Software.
Según la ejecutiva, se debe repensar el papel de la TI tradicional, así como las soluciones que los equipos de TI de la empresa necesitarán ejecutar en sus nuevos desafíos.
De acuerdo con un informe reciente de Salesforce, el 71 % de los equipos de TI empresariales se están transformando de “un proveedor de tecnología centrado en los costos a un servicio basado en el valor” en respuesta al rol más importante que juega el rendimiento de la red en los negocios.
Eso significa que, en lugar de simplemente desempeñar un papel reactivo al abordar los problemas con las aplicaciones, los dispositivos y la red, los equipos de TI deben tener la previsión de adelantarse a los problemas, antes de que estos afecten a los usuarios, y fortalecer la red troncal para resolver aún más las complejidades.
Transformación digital de la red
Para que los equipos puedan soportar con éxito la gran cantidad de tráfico, ubicaciones, usuarios y flujos de trabajo entregados en la nube que inundan su red, es probable que tengan la tarea de embarcarse en algún tipo de «transformación digital» que retire su antigua arquitectura de red por una más ágil y con diseño escalable.
Recomendado: ¿Cómo se comportará la identidad digital este 2023?
Esto podría incluir el abandono de los diseños de red hub-and-spoke (arquitectura que implementa un patrón de red en estrella en el que la red virtual de centro actúa como punto central de conectividad con muchas redes virtuales de radio) por otra arquitectura descentralizada, por ejemplo, aprovechando una combinación de proveedores de nube y enlaces de ISP para conectar a los usuarios en lugar de hardware/MPLS.
Pero, anota María Ximena Bejarano de Broadcom Software, “Emprender cualquier transformación digital puede tener sus inconvenientes, especialmente cuando los equipos no aprovechan las soluciones de monitoreo para brindar líneas de base de rendimiento antes, validación durante y visibilidad después de la transformación”.
Para empezar, no hay garantía de que un proyecto de transformación vaya a funcionar sin una comprensión del estado actual de la red, y por ello, es necesario visualizar qué áreas están maduras para mejorar.
Las transformaciones requieren visibilidad, ya sea tan simple como identificar aplicaciones que se pueden descargar de un enlace MPLS a uno que es directo a Internet, o tan complejo como pasar a una infraestructura híbrida de varias nubes.
Con visibilidad de lo que funciona y lo que no, los equipos pueden establecer un mejor método para abordar estas transformaciones específicas de una manera eficiente en términos de tiempo y costos.
A partir de ahí, una vez que un equipo se ha embarcado en un proyecto de transformación, necesita visibilidad sobre cómo la introducción de nuevos despliegues de producción o los flujos de trabajo están afectando las herramientas existentes a las que los usuarios aún necesitan acceder durante la transformación.
Si los nuevos componentes ocupan una parte de la capacidad de la red a expensas del rendimiento de otras herramientas críticas para el negocio, los equipos deben poder identificar rápidamente el problema y tomar medidas para que la transformación no se descarrile (y TI siga siendo aliada de los usuarios/líderes sénior).
Las herramientas que los equipos usan para monitorear este tráfico tampoco pueden introducir una complejidad adicional en el proyecto de transformación. Al asociarse con una solución de monitoreo de rendimiento activo, como AppNeta, que alerta a TI sobre la degradación del rendimiento de las aplicaciones críticas, antes de que los usuarios finales se vean afectados, los equipos pueden aprovechar un nivel de automatización que ayude a acelerar y sincronizar todo el esfuerzo de transformación.
La ejecutiva explica que con este monitoreo integral en funcionamiento, los equipos pueden continuar asegurándose de que el rendimiento de la red esté alineado con las necesidades continuas de los usuarios finales y trabajar para preparar la red ante cualquier cambio en la estrategia de TI en el futuro.
Con esta «autoridad» para determinar y garantizar el rendimiento de la red, TI puede obtener el apoyo, tanto del liderazgo ejecutivo, como de la organización en general, al embarcarse en proyectos de optimización en el futuro.