Semanas atrás se conoció la decisión que tomó el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, en cabeza de Susana Muhamad, de suspender el trámite de licencia ambiental para iniciar las perforaciones del pozo Komodo-1 (de Ecopetrol en asocio con Anadarko -OXY-), en aguas ultra profundas del mar Caribe colombiano, hasta tanto la cartera tuviera más información del proyecto y sus posibles riesgos.
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Este paso del MinAmbiente fue calificado por los expertos del sector de hidrocarburos como negativo, además, de ir en contra de la seguridad energética del país. Sobre todo, en momentos en los que Colombia pasa grandes dificultades en materia de gas natural, ante la anunciada escasez.
En mayo de 2024, Elsa Jaimes Romero, vicepresidente de Exploración de Ecopetrol, había mostrado optimismo con este proyecto y aseguró que, a finales de este año, se iniciaría la perforación de Komodo-1. “Esto es icónico para el país el poder decir que tendremos un pozo perforado a esa profundidad. Estaremos cerca de los 4.000 metros debajo de la superficie del mar para llegar al suelo marino y ahí para abajo vamos a seguir perforando”.
Pero, tras el obstáculo que sembró el Ministerio de Ambiente, nacen nuevos inconvenientes que se traducen en pérdidas (tanto financieras como en tiempo y recursos) que afectan al país, a Ecopetrol y, por supuesto, a su socio Anadarko (propiedad de OXY).
¿Cuál es el costo de la decisión de MinAmbiente sobre Komodo-1?
Valora Analitik habló con Julio César Vera, experto y presidente de XUA Energy, quien explicó que, en la actualidad, perforar pozos en aguas profundas (sobre los 600 – 700 metros de profundidad) ya es una realidad en el mundo.
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“Estamos hablando de Komodo-1 que es un pozo que se perforaría, más o menos, sobre una columna de agua de 1.500 metros y llegaría a cerca de cuatro kilómetros de profundidad: o sea, casi 12.000 pies como tal. Pero esto requiere de unos equipos que son escasos en el mundo. Si bien no conozco la cifra exacta, podríamos hablar de unos 20 – 25 equipos especiales para dicho fin”, indicó Vera.
El experto aseguró que “como en el planeta se ha tenido que buscar cada vez más crudo en zonas más difíciles y recónditas para explorar (entre esas las profundidades del mar), pues los equipos requieren una programación con varios años de anticipación”.
Cuando se habla de equipos especiales se habla de un barco que cuenta con un taladro especial para perforar en condiciones de aguas ultra profundas, personal capacitado en dichas operaciones, medios de transporte y emergencia, entre otros.
“Estos buques perforan, también, en el Golfo de México, que es hoy una de las regiones más productivas del mundo tanto en gas como en petróleo. Para dar una idea: si yo necesito un taladro con esas especificaciones, voy a requerir uno a dos años, aproximadamente, de anticipación para pedir el taladro. Eso no es que se llama y al día siguiente llega el equipo; además, hay que pedir unas autorizaciones a la Dimar aparte de lo que conlleva reservar el taladro en sí”, indicó otra fuente a este medio de comunicación que pidió no ser citada.
Así las cosas, adicional al tiempo que se requiere para reservar el taladro, hay que tener en cuenta que, normalmente, las perforaciones de estos pozos se hacen en una ventana climática en la que se busca es que no coincida con una temporada de huracanes.
“Por eso, tanto Anadarko como Ecopetrol, planearon y programaron ese taladro para empezar perforaciones a mediados de octubre o comienzo de noviembre, que coincide con que no haya fenómenos climáticos en el Caribe -como tormentas tropicales, fuertes vientos o huracanes- para que no afecten la perforación del pozo. Por temas de seguridad, lo que se busca es que exista una ventana climática”, indicó la fuente.
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Según información de Julio César Vera, por la demanda que hay para este tipo de equipos especiales, si no se perfora en el tiempo que se había establecido inicialmente (que era a finales de octubre o inicios de noviembre) se traduce en un retraso de dos a tres años en el cronograma de perforación de Komodo-1.
“Porque el taladro se iría a cumplir con otras actividades que ya tiene programadas. Pero que vuelva va a tomar un tiempo adicional importante. Previo a la perforación, Ecopetrol y su socio Anadarko, han tenido que hacer unas inversiones grandes que son varios millones de dólares, no solo en la contratación y reserva del buque, sino en la elaboración de maquinaria específica”, precisó Vera.
El vocero de XUA Energy se refiere, por ejemplo, a una tubería especial para perforar en aguas ultra profundas que estaría en el orden de los US$15 millones o US$20 millones. “Y lo que se ha invertido en estudios de impacto y demás”.
Hay que decir que este es uno de los pozos más costosos en la historia de exploración de hidrocarburos de Colombia: es decir, que puede costar entre US$220 millones o US$230 millones.
“Es una tristeza algunas decisiones que se han tomado -que no son claras ante la preocupación que hay sobre efectos ambientales negativos que podría tener la perforación-, decisiones que obedecen a un tema de precaución y no a que, realmente, vaya a haber impactos significativos. Esto para el país es preocupante, pero mucho más para Ecopetrol y su socio”, manifestó Vera.
Además, expuso que, en las condiciones actuales, ha sido muy difícil mantener un socio como Anadarko, que siga creyendo en las potencialidades que tiene Colombia en el mar Caribe. Sobre todo, cuando no son solo los altos costos, sino los retos tecnológicos que traen consigo estos proyectos.
Estando así el panorama, las compañías -sin tener el aval del Gobierno Nacional para iniciar las perforaciones- habrían dejado ir su ‘lugar en la fila’ de reservas del buque.
De hecho, una fuente explicó a Valora Analitik: “uno le dice a la empresa del barco: yo voy a empezar la perforación tal día, desde el momento en el que el buque entra al territorio colombiano, y está ubicado en las coordenadas donde se hará la perforación, se empieza a cobrar lo que se llama el stand by. Es decir, se cobra el taladro, se utilice o no, siempre que este esté en el punto solicitado”.
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Añadió que “lo que pasó, seguramente, es que iban a enviar un buque que, sin licencia para perforar, iba a generar altos costos sin hacer nada: o sea, Ecopetrol y Anadarko hubieran tenido que pagar ese stand by. Es muy probable que, a raíz de que el costo de tener el buque en punto y quieto es cercano a US$900.000 por día, llegue el momento en el que las empresas tomen la decisión de liberar el taladro”.
Lo anterior implica que, aunque se deja de pagar el stand by, se pierde la ventana de oportunidad de tener el taladro. Esto implica volver a solicitar, en una nueva fecha, el alquiler del barco.
Las malas señales para los inversionistas
Ante la pregunta de si las fechas fijadas para el inicio de la perforación de Komodo-1 fueron optimistas, teniendo en cuenta las trabas en materia de licencia ambiental y consultas previas que han sufrido las empresas en el país, la fuente le dijo a este medio que “en estos temas hay un procedimiento en la ANLA en el que se especifica que las licencias tienen un término de, aproximadamente, seis meses”.
De manera que, tanto Ecopetrol como Anadarko, solicitaron la licencia ambiental a finales de diciembre de 2023. Esto les daba una amplia ventana de oportunidad para obtener la licencia, más o menos, a finales de junio de 2024.
“Ellos esperaban empezar las operaciones en noviembre; es decir, dieron un lapso superior de casi cuatro meses para poder contar con el aval. Esto se hizo de forma responsable, y la ANLA hizo sus respectivas averiguaciones, audiencias y demás, pero, justo antes de que se vencieran los seis meses para la expedición de la licencia, la ministra Susana Muhamad decide suspender el trámite”.
La fuente concluyó con que: “aquí lo raro es que, si uno tiene las consideraciones en temas de licenciamiento ambiental, no se debería esperar hasta el último día para solicitar la convocatoria del comité”.
De otra parte, Julio César Vera subrayó que este proyecto -que lleva más de cuatro años en estudios y procesos- acarreaba grandes esfuerzos como la perforación de varios pozos a la misma profundidad, el diseño de facilidades y equipos especiales para el manejo de presiones a esas profundidades en esas áreas.
“Que una compañía de este tamaño y capacidad como Anadarko (de OXY) siga creyendo en Colombia, pero nosotros, por otro lado, estemos dándole señales de que se hace hasta lo imposible por entrabar sus operaciones -así no lo digamos de frente-, es entregar mensajes contradictorios. Incluso, en un momento en el que el ambiente de inversión está muy complejo y más en estas áreas”, cerró el experto.