A pesar de los desafíos económicos globales, América Latina sigue siendo un destino atractivo para la inversión extranjera directa (IED). El más reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) reveló que en 2023 la región recibió US$184.304 millones en IED, esta cifra representó una caída del 9,9 % respecto a 2022.
Sin embargo, aún se mantiene por encima del promedio de la última década, lo que refleja la continua relevancia de América Latina como destino de inversiones, a pesar de la complejidad del contexto económico global.
Ariel Ilarslan Russo, un inversor argentino de 30 años, es cofundador de Supp y Vive, dos emprendimientos con enfoques distintos. Supp es una plataforma integral que ofrece soluciones de nutrición personalizada, combinando inteligencia artificial, asesoría experta y productos respaldados por la ciencia. Por otro lado, Vive busca revolucionar el sector minorista de alimentos en Estados Unidos con una cadena de supermercados de hard-discount, adaptando el modelo de grandes descuentos a las necesidades de comunidades desatendidas.
Russo se ha consolidado como un referente en el mundo del venture capital (capital de riesgo) en Latinoamérica, habiendo invertido en más de 30 compañías emergentes de diversos sectores a través del fondo K50 Ventures, del cual es socio, a pesar de su corta edad.
Desde allí, Ilarslan ha impulsado proyectos en sectores diversos como la tecnología, la salud, el retail y la educación. Entre las inversiones de Ariel destacan: Somos, una compañía colombiana que democratiza el acceso a internet; Kueski, una fintech mexicana dedicada al historial crediticio de las personas; June Homes, una startup de alquileres a corto plazo en EE.UU; Frubana, una plataforma que conecta a agricultores con restaurantes; y Groww, un unicornio dedicado a la inversión y el ahorro.
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Según Ilarslan, el ecosistema de inversión en América Latina atraviesa un momento de transformación clave. Tras el crecimiento acelerado que se vivió en 2021 y 2022, la prioridad ha cambiado hacia la sostenibilidad y la eficiencia.
“Los inversionistas están adoptando un enfoque más estratégico, buscando empresas que no solo demuestran escalabilidad, sino que también generen un impacto real y tangible en sus comunidades”, comenta Ariel.
El panorama para un inversionista en Colombia
En países como Colombia, donde la informalidad laboral supera el 56 %, el inversionista ve un camino de oportunidades: “Estos desafíos, que a primera vista pueden parecer obstáculos, en realidad son puertas abiertas para aquellos emprendedores capaces de innovar y crear valor, tanto económico como social”, afirma. Su visión subraya la importancia de alinear el crecimiento económico con el bienestar social, un enfoque que está transformando la manera en que los inversionistas ven la región”.
Asimismo, Ilarslan resalta que las startups en Latinoamérica se están moviendo hacia modelos más sostenibles y pragmáticos, adaptándose a las demandas actuales del mercado.
Las enterprise companies ganan relevancia al ofrecer soluciones esenciales para microempresarios y sectores informales, alineando impacto social con retornos financieros. Entre los modelos de negocio que podrían tener mayor inversión en la región en los próximos años según este experto, se destacan las fintechs inclusivas, la salud digital, la economía circular y las SaaS para pymes.
Además, destaca que, si una empresa busca captar el interés de los inversionistas o acelerar su proceso de inversión, cada ronda debe vincularse con hitos específicos y tangibles que demuestren progreso claro y validación del mercado.