Marchitar los contratos de estabilidad jurídica y eliminar los privilegios referidos a zonas francas son los principales fundamentos de la propuesta de reforma tributaria empresarial de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) para lograr un recaudo adicional cercano al 1 % del Producto Interno Bruto (PIB) hacia 2022.
La primera parte de la proposición permitiría allegar recursos por el 0,7 %-0,9 % del PIB hacia 2019-2022, “considerando que buena parte de los grandes contribuyentes (que explican cerca del 70 % del recaudo del Imporrenta) aparece blindada frente a mayores impuestos”, señaló el centro de estudios económicos.
Lo anterior significa que el recaudo de Imporrenta empresarial podría estar ascendiendo desde el 5 % del PIB en 2017 hacia niveles cercanos al 6 % del PIB en 2019-2022.
“Son a todas luces inconstitucionales, pues no se puede delegar en el ejecutivo la facultad congresional de reformas tributarias”, añadió.
En cuanto a las zonas francas, mencionó que, después de una álgida oposición gremial, la reforma tributaria de la Ley 1819 de 2016 terminó incrementando la tasa impositiva de las zonas francas del 15 % al 20 %.
Pero ese “apretón tributario” fue insuficiente frente a la necesidad de corregir la forma como operan los alivios a dichas zonas francas en Colombia y “frente a ese favorable diferencial que disfrutan respecto de la tasa marginal de Imporrenta corporativo”. Esta la bajó del actual 40 % al 33 % en 2019.
“Las zonas francas, en promedio, exportan menos del 10 % de lo que por allí pasa”, argumentó.
Esos cambios serían un elemento clave de la “reforma tributaria comprensiva” que viene proponiendo Anif, la cual en total estaría generando nuevos ingresos por el 1,5 %-1,8 % del PIB en 2022. El recaudo se aproximaría al 2 %-2,3 % del crecimiento económico, al incluir ganancias en gestión de la Dian por el 0,5 % del PIB.
“No obstante, esto último no ocurrirá antes de lograrse allí una reforma profunda durante los próximos 2 o 3 años”, comentó.
En resumen, sugirió limitar los tratamientos preferenciales a entidades netamente exportadoras y evitar la inequidad tributaria y su alto sacrificio fiscal.
Otras propuestas
El centro de estudios afirmó que también será vital para la sostenibilidad fiscal del país que la nueva administración se focalice en implementar una reforma tributaria que eleve el recaudo al acabar con los tratamientos “especiales” en materia de IVA (como los recientes blindajes a insumos de contratos de concesiones ya firmados) y aprovechar el estrecho espacio adicional que existe en Colombia para gravar a las personas naturales de altos ingresos, dados los elevados “impuestos puros existentes en las contribuciones a la seguridad social”.
Necesidad de la reforma
Anif comentó que estabilizar la deuda del Gobierno Central en sus actuales niveles del 45 % del PIB requiere generar un superávit primario no inferior al 0,5 %-0,8 % del PIB y en la actualidad se han tenido déficits primarios del orden del 0,8 % del PIB (en promedio durante 2015-2017).
“Esto implica que la brecha para alcanzar dicha estabilidad fiscales de no menos del 1,5 % del PIB, lo cual evidencia la necesidad de implementar una nueva reforma tributaria”, indicó.
Además, dijo que la propuesta de mayor gestión de la Dian no sería suficiente, pues solo lograría recaudar un 0,5 % del PIB adicional, por debajo de las estimaciones del 1 %-2 % del PIB que han manifestado algunos candidatos presidenciales.
Asimismo, opinó que reducir el gasto público luce difícil, por un margen estrecho por cuenta de los recortes ya ocurridos en inversión y de la inflexibilidad a la baja en su alto componente operativo y de seguridad social.
Recordó que la Comisión de Gasto se mostró preocupada por la brecha existente entre el recaudo tributario, aproximándose tan solo el 14 % del PIB en el Gobierno en 2017, y el gasto público, altamente inflexible a la baja, del 19 % del PIB.
“Así, la brecha fiscal estructural de Colombia es del orden del 3 % del PIB, suponiendo que los ingresos no tributarios continúen aportando cerca del 2 % del PIB”, expresó.
Finalmente, manifestó preocupación porque Moody’s apunta a moverse eventualmente a una “perspectiva negativa” (desde febrero de 2018), “básicamente por las mismas razones de fragilidad económica y fiscal”.
Tasa efectiva de tributación
Para 2019, la tasa efectiva de tributación estaría descendiendo hacia el 48,8 % de las utilidades, donde el Imporrenta total llegaría al 25,5 %, pues la tasa marginal bajaría al 33 %.
Esta reducción en la carga efectiva sobre las firmas (-11,6pp durante los últimos ocho años)” va en la dirección correcta de generarles mayor competitividad”, dijo Anif.
Sin embargo, se estaría todavía por encima de las tasas efectivas corporativas que promedian actualmente cerca del 42 % a nivel de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), cuando se computan, como lo hacen allá, las cargas de los dividendos corporativos. Sin estas últimas cargas, la brecha entre Colombia al 48,8 % y la Ocde al 25 % sería aún mayor.
La Ley 1819 de 2016 redujo la tasa efectiva de tributación hacia el 55,8 % de las utilidades el año pasado, y el Imporrenta total se redujo hacia el 32,5 % (con tasas marginales de Imporrenta total del 40 %, una vez eliminados el CREE y el Imporriqueza).