La importancia de ISA en la transición energética de Colombia y América Latina

Valora Analitik entrevistó a Gabriel Melguizo, presidente de Interconexión Eléctrica S.A. (ISA), sobre los planes en transición energética.

Gabriel Melguizo, presidente (e) de ISA
Gabriel Melguizo, presidente (e) de ISA. Imagen: cortesía

Interconexión Eléctrica S.A. (ISA) acaba de terminar, en Medellín, una nueva edición de sus jornadas de conocimiento e innovación, de las cuales concluyó que su participación en la transición energética es clave para Colombia y América Latina.

De hecho, este fue el tema principal de este evento en 2024, que tuvo la participación de más de 1.500 personas, incluyendo asistentes virtuales y presenciales.

Con este contexto, Valora Analitik habló con Gabriel Melguizo, presidente (e) de ISA, quien reveló todos los detalles de las jornadas de conocimiento e innovación.

Al tiempo que confirmó los retos que tiene la empresa, el país y la región en materia de transición energética. Incluso, detalló que uno de sus principales retos será ejecutar billonarios recursos en América Latina en el corto y mediano plazo.

¿Qué son las jornadas de conocimiento e innovación?

Son el principal evento de gestión de conocimiento de ISA y sus empresas. Se vienen haciendo desde el 2000 y empezaron por un grupo que se reunió a hablar sobre mejores prácticas de mantenimiento.

Desde el 2000 vimos una oportunidad de crear en esas jornadas, que son cada dos años, un espacio importantísimo para la gestión del conocimiento en ISA. En estos 24 años, venimos realizando una gestión permanente, metódica sistemática de la gestión del conocimiento.

Cada dos años nos reunimos en Medellín a hacer una plenaria sobre cómo va la gestión de conocimiento y eso implica la creación de nuevos procesos y productos, y el fortalecimiento de la de la competitividad y la capacidad de generar valor.

Nos reunimos 500 personas de ISA y sus empresas, con algunos invitados internacionales y este año, por ejemplo, lo más importante es cómo apalancamos mucho mejor la transición energética y eso, en general, nos ha servido para crecer de manera sostenida en todo este tiempo.

Para darte un ejemplo, en el 2000 teníamos solo dos empresas -ISA y Transelca- y hoy estamos en algo así como 55 empresas en tres negocios: transmisión, vías y telecomunicaciones, y tenemos una solidez financiera que nos permite seguir creciendo y ser relevantes en transición de energía.

Nada de eso hubiera sido posible sin esa dedicación permanente por ese esfuerzo que ha hecho ISA y que han respaldado a todos sus trabajadores en crear, imaginar, escribir, compartir y desarrollar nuevos procesos y productos.

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¿Se puede pensar que muchos de los proyectos o iniciativas que ha hecho Isa han nacido de estas jornadas?

Claro que sí, porque a través de la gestión de conocimiento hemos podido llegar a ser mucho más eficientes en los procesos, a sofisticar los procesos. Eso nos ha permitido imaginarnos otros mundos y llegar a ser exitosos en la construcción de infraestructura.

Por ejemplo, en el 2004, solo teníamos 10.000 km de transmisión de energía y estábamos en Colombia. En este momento tenemos el 75.000 km de energía en toda Latinoamérica, casi 700 km de autopistas importantes en Chile y en Colombia, más otros 400 kilómetros en construcción en Chile y Panamá,

Además, tenemos una red de telecomunicaciones que está del orden de 45.000 km de fibra óptica, que nos estable un servicio troncal de infraestructura de telecomunicaciones.

Eso, en gran parte, gracias a que hemos logrado desarrollar la competitividad, eficiencia y fortalecimiento de cómo planteamos y desarrollamos proyectos de infraestructura, principalmente infraestructura lineal.

¿Cómo congenian las ideas, teniendo en cuenta que la empresa tiene líneas de negocio diferentes?

Sí, claro, tienen sus diferencias, pero la diversificación que hizo ISA para tener en su portafolio unos ingresos del 16 % de vías, 80 % de transmisión de energía y 4 % de telecomunicaciones se basa también esa diversificación en la posibilidad de compartir capacidades.

Entonces, por ejemplo, los negocios de transmisión de energía e infraestructura son concesiones con el Estado, entonces tienen esquemas de riesgo parecidos, además que son a largo plazo y requieren una fortaleza en ingeniería, operación y mantenimiento, y regulación y capacidad financiera.

Todo eso es muy similar, con sus particularidades lógicamente, pero tiene unos ejes parecidos que van más o menos paralelos entre transmisión de energía y vías.

Entonces, hay unas semejanzas que aprovechamos para apalancar ambos negocios y aquí lo que hacemos es compartir.

Un ejemplo concreto es cómo gestionamos las comunidades. Las vías recorren kilómetros, en Chile tenemos 700 km y estamos construyendo una línea en Chile de 1.500 km de transmisión de energía, y todo eso atraviesa miles de comunidades.

¿Cómo gestionamos las comunidades? En este momento, hay gente en un salón de la parte ambiental, social y predial conversando, gente de vías y de transmisión de energía sentados conversando sobre éxitos y caso de no éxito y cómo podríamos hacerlo mejor.

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Es muy similar, las comunidades normalmente, si uno las mira por país, tienen particularidades y necesidades y culturas similares, y nosotros nos fortalecemos mutuamente entre los dos negocios.

Con ese contexto, ¿las jornadas no se limitan únicamente a las obras de infraestructura, sino también a lo que hay detrás con tema de comunidades, ambiente, predios, etc.?

Sí, son 500 personas, en 10 salones diferentes y en cada uno se están analizando temas ambientales, sociales, prediales, de finanzas, de gestión del talento humano y conociendo las particularidades de cada país.

A nosotros la diversificación en negocios y geográfica nos fortalece y esto se da cuando nos sentamos aquí a poner en común qué hemos hecho bien y qué no, y qué tenemos que aprender para hacerlo mejor,

En este momento, en un salón determinado, hay gente de Chile, Brasil, Perú, Bolivia y Colombia conversando sobre la gestión de comunidades o de gestión predial y ambiental, compartiendo qué elementos regulatorios facilitan la gestión y qué elementos regulatorios -eventualmente- podríamos apalancar en uno o en otro país.

Eso nos permite tener un conocimiento muy transversal de cómo se gestiona la infraestructura de transmisión y de vías en Latinoamérica y de cómo podemos hacerla más eficiente.

Este año, principalmente, estas jornadas están muy enfocadas en cómo podemos apalancar mucho mejor esa transición energética desde los negocios que hacemos.

¿Cómo son los tiempos de las jornadas?

Durante toda esta semana, del 20 al 24 de mayo, realizamos la plenaria. Pero desde el próximo lunes – 27 de mayo- empieza un proceso nuevamente de planeación, donde convocamos a toda la gente nuevamente a que escriban qué están haciendo y empieza un proceso de análisis y construcción para poder desarrollar estas ideas. Es un proceso continuo.

En estas jornadas, las 500 personas están compartiendo más o menos 200 trabajos, es decir, son 200 ideas, propuestas, desarrollos que se están poniendo para poder mejorar la gestión en la operación, mantenimiento, proyectos, ambiental, social, predial, finanzas, de gestión de talento Humano, telecomunicaciones.

Y a partir de la siguiente semana, nuestra tarea es mirar eso en función del valor que pueda agregar y darles la facilidad a las personas que están trabajando en eso para que desarrollen e implementen sus ideas.

Hablando de transición energética, ¿por qué puede ser considerada como piedra angular para en Colombia y Latinoamérica?

Nosotros somos los dueños de la red de transmisión troncales en Latinoamérica y los electrones tienen que fluir por esa red. No es posible construir otra red paralela, entonces tenemos 75.000 km, que constituyen la columna vertebral que conecta la generación limpia.

Nosotros somos el vehículo que lleva los electrones desde los generadores hasta los centros de distribución, es decir, a las fábricas, ciudades, a toda la parte donde se necesitan.

Entonces, necesariamente, se pueden generar los electrones limpios en las hidroeléctricas o en las solares o en las fotovoltaicas, pero si no hay una red de transmisión que permita ese flujo hasta donde se consumen, no hay transición energética.

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Nosotros somos un elemento clave en la transición, no solamente para tener la red, sino para lograr que tenga nuevos atributos.

Antes era suficiente con que no se te fuera la luz en la casa, pero ahora cada vez es más compleja la red y esta debe ser más especializada e inteligente.

Nuestro ‘core’ es tener más kilómetros, crecer la capacidad de la infraestructura que hay actualmente y lograr que esa red sea mucho más inteligente, para que sea más flexible, resiliente y más confiable, y adicionalmente que esa energía la pueda pagar el consumidor.

Hablé del tema en transmisión de energía, pero ese mismo rol de ISA está en vías, donde estamos empezando a identificar cuál es el aporte y la verdad es que las carreteras son un vehículo que pueden aportar la transición energética al facilitar el tránsito más limpio de determinadas maneras.

¿Como están viendo el avance en transición energética en los países de Latinoamérica?

Nosotros vemos un panorama de crecimiento y un panorama a nivel mundial de los proyectos de infraestructura, tanto de transmisión como de vías.

En materia de transmisión, la transición energética implica que gran parte del consumo energético en el futuro va a ser en términos de energía eléctrica. Eso implica, lógicamente, más cantidad de generación de energía, más red y mayores kilómetros de red y más capacidad de la red.

Se habla que la red de transmisión de energía se va a multiplicar hasta tres veces de aquí al 2050. Eso quiere decir un crecimiento gigante y nosotros vemos que esa dinámica está en todos los países.

Hay unas circunstancias puntuales que hacen que unos países tengan más crecimiento en algunos periodos. En este momento, vemos un crecimiento muy sostenido y grande en Brasil y Chile.

Chile es un país muy aventajado de transición energética mientras que Brasil tiene una economía sigue creciendo en tasas muy importantes, entonces el crecimiento de la transmisión de energía en Brasil es muy grande y permite oportunidades para que nosotros invirtamos muy fuerte.

Chile, por su parte, es una bandera de la transición energética, va muy adelantado en regulación y está promoviendo mucho la generación fotovoltaica y eólica, y otros sistemas como los sistemas de almacenamiento de energía y la transmisión en corriente directa.

Perú también está creciendo y allí nos ganamos el año pasado un proyecto muy importante, el más grande en la historia del Perú. Lo ganamos con el Grupo de Energía de Bogotá. Es un proyecto de más o menos US$800 millones y lo estamos comenzando a ejecutar con el GEB, que es nuestro socio en Perú.

¿Y cuál es el panorama de Colombia?

En Colombia vemos un período en estos momentos de renacimiento del crecimiento de la transmisión de energía, después de un después de un valle de inversiones, donde no tuvimos, desafortunadamente, muchos proyectos que salieron a la licitación.

Pero este año hemos notado una mejor dinámica y están saliendo bastantes proyectos a licitación.

Eso permite augurar que en Colombia la transmisión va a empezar a recuperarse un poco de un atraso que consideramos que hemos tenido.

Con este contexto, ¿Cuáles son los retos que se vienen para la empresa?

Hay muchos retos, pero el primero es de ejecución confiable. Nosotros hemos sido tremendamente exitosos en ganar proyectos en los últimos años.

El año pasado nos adjudicamos proyectos en Latinoamérica por valor de US$2.500 millones y en estos momentos nuestro backlog, decir, las inversiones que ya nos hemos ganado y tenemos que ejecutar, ascienden a US$7.500 millones de dólares en Latinoamérica.

Eso es muy importante, porque cuando las ejecutemos, se van a revertir en Ebitda y utilidades para ISA y sus empresas, y lógicamente para para el país.

Entonces, uno de los principales retos es ejecutar el tamaño de inversión que tenemos en este momento comprometida. Es un reto grande porque nuestra rata de éxito en licitaciones, para ponerla en términos de millones de dólares, podría estar del orden de US$800 millones a US$1.000 millones al año y en 2023 pasado tuvimos US$2.500 millones.

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Esto tiene varios puntos positivos: primero es que nos adelanta el plan de inversiones que teníamos para la década del 2030 y hace que capturemos unas utilidades y Ebitdas anticipadamente, y esto agrega valor a los accionistas y en general a la sociedad.

Pero sin duda constituye un reto, porque tenemos que duplicar la capacidad de ejecución. Esto no lo hacemos nosotros solos, sino con una cantidad de proveedores, empresas y gente que trasciende la gente vinculada a ISA y lo estamos ejecutando de manera muy seria.

El principal reto es ejecutar estas inversiones por US$7.500 millones, de tal forma que logremos capturar rápidamente los beneficios.

¿Cuáles otros desafíos tiene la empresa para ejecutar los proyectos?

El segundo reto es articular al Estado, a los privados y a las comunidades. Aquí no solamente aquí hablamos de torres, sino también de gestión social, ambiental y ese es el principal reto que hay en este momento en la transmisión.

La transición energética tiene un reto gigante, porque construir una central de generación eólica o solar se puede tomar uno o dos años, pero en este momento, construir un proyecto de transmisión de energía, se está tomando hasta seis en algunos países.

Ese desfase hace que la generación esté lista y que la transmisión no, y por lo tanto no puedan fluir los electrones.

De esos seis años, la mitad se va en permisos ambientales, sociales y prediales, y ahí debe estar el foco en que la gestión ambiental social y sea mucho más eficiente que lo que hacemos.

Ahora, es un problema a nivel mundial no solamente en Latinoamérica y nosotros consideramos que una de las formas de lograr esa eficiencia está en la articulación entre el Estado y los privados y las comunidades, con las comunidades al centro.

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