Colombia cierra 2024 con 1.871 megavatios (MW) de energía renovable -mayormente solar- provenientes de 70 proyectos de mediana y gran escala, una capacidad comparable al gasto energético de una ciudad como Medellín y su área metropolitana (4,3 millones de habitantes aproximadamente).
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De estos, 1.756 MW están en operación comercial y 115 MW generando energía en etapa de pruebas técnicas, de acuerdo con las cifras más recientes de SER Colombia.
En la actualidad, 14 de los 32 departamentos del país, cuentan con oferta de energía renovable no convencional, principalmente solar, siendo Atlántico, Cesar y el Meta los que lideran con mayor capacidad en operación, representando el 50 % del total.
“Este logro ha sido posible gracias al esfuerzo conjunto de las empresas del sector, que han logrado poner en marcha, en 2024, 32 proyectos solares de mediana y gran escala. Con una capacidad total de 1.400 MW, se ha cuadruplicado la capacidad instalada renovable no convencional respecto al año 2023, además de movilizar una inversión cercana a los US$1.000 millones en el país”, explicó Alexandra Hernández, presidente ejecutiva de SER Colombia.
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Por su parte, los proyectos de pequeña escala, como la autogeneración y la generación distribuida, también avanzan, con 486 MW en operación comercial y pruebas, de los cuales 214 MW entraron en 2024.
Estos corresponden a más de 8.800 proyectos que ofrecen soluciones innovadoras y accesibles para hogares, negocios e industrias.
Esto significa que las energías renovables ya representan el 10 % de la capacidad total del parque generador del país, marcando un hito clave en la transición hacia una matriz energética más diversificada, resiliente y sostenible.
De acuerdo con el gremio, para prevenir el déficit estructural de energía previsto a partir de 2027, se estima que será necesario más que triplicar la capacidad de generación actual con fuentes renovables. En este sentido, resulta fundamental seguir apoyando el avance de los proyectos en construcción y desarrollo.
Luces y sombras en el desarrollo de la energía renovable en Colombia
Para prevenir el déficit estructural de energía previsto a partir de 2027, se estima que será necesario más que triplicar la capacidad de generación actual con fuentes renovables.
En este sentido, para SER Colombia, resulta fundamental seguir apoyando el avance de los proyectos en construcción y desarrollo. Por eso, la Resolución 101 066 de 2024 de la CREG (de precios de escasez) es preocupante porque va en detrimento de la contratación a largo plazo.
“Al menos 3.000 MW renovables que confiaron en la subasta de 2024, tendrían dificultad para cerrar financieramente, se corre el riesgo de aumentar la exposición de los usuarios a la volatilidad de la bolsa y con ello podrían pagar precios más altos, se pone en jaque la expansión de oferta de energía con fuentes renovables porque encarecerá su participación en las futuras subastas de confiabilidad, pues para compensar el precio fijado por la Resolución, deberán ofrecer primas más altas en el cargo, restándoles competitividad”, explicó Hernández.
Agregó que “la resolución no reduce el precio a corto plazo como lo plantea el Gobierno; en cambio, compromete la futura expansión con energías renovables. Además, se pierde la finalidad del cargo por confiabilidad que es asegurar tener la energía en cualquier momento”.
Reducir el precio para los usuarios se logra aumentando la oferta, no interviniendo el mercado, precisó el gremio.
Y es que si 6.000 MW adicionales de energía renovable se incorporaran al sistema eléctrico nacional antes del 2027, los hogares percibirían ahorros del 8 % en la factura de la luz por el componente de generación ($5.900/kwh), en línea con un estudio realizado por Enersinc para SER Colombia.
Esto, en comparación con el gasto de la canasta básica de alimentos, significa un ahorro equivalente a la compra de pan, o al 20 % de lo gastado en leche, por una familia colombiana promedio durante un año.
Asimismo, en este escenario, el estudio proyecta una disminución significativa en el precio de la energía en bolsa de $80 por cada kilovatio hora que se despache.
Esta reducción no solo aliviaría el costo de la tarifa eléctrica para los usuarios, sino que también contribuiría a reducir el riesgo de racionamiento energético, fortaleciendo la confiabilidad del sistema.
El estudio también establece que, si para finales de la década se sumara más capacidad en energías renovables, habría una disminución gradual superior al 20 % en los precios de la factura de la luz.