En entrevista con Valora Analitik, Camilo Marrugo, CEO y cofundador de Kiki Latam contó los resultados de esta startup que se ocupa de resolver los problemas y dolores de la cadena logística. Contó cómo va la operación en los diversos países en que opera y lo que viene para la empresa.
Inició contando que Kiki Latam buscó desde el comienzo resolver un problema que estaban teniendo miles de empresas en cuanto a las entregas de última milla de sus productos.
Ese era el caso de recibos de servicios públicos, comunicaciones de bancos, entre otros, que no tenían adoptada la tecnología y que, tras salir de la pandemia, vieron cómo la demanda de sus clientes migró hacia lo digital.
Las empresas entonces estaban buscando atender lo que se denomina como el retail digital, es decir, todo lo que se fue a comercio electrónico (e-commerce) por el cambio de los hábitos de compra después del año 2020.
Con base en esa idea, Kiki decidió probar su idea de negocio con la empresa familiar de uno de los cofundadores. Se trata de Tempo Exprés a la cual adaptaron para atender las nuevas necesidades del segmento en Colombia.
Coincidió con la llegada de un cliente directo a Tempo que tenía la necesidad de distribuir todos los productos que estaba importando.
Camilo Marrugo relató en entrevista con Valora Analitik que la exigencia de ese nuevo cliente era que su tecnología de ventas tenía que estar 100 % integrada con la solución que ofrecía Tempo.
Al no lograrlo, dijo, se creó la solución a través de Kiki Latam que ya había comprobado que su tecnología funcionaba con Tempo y se propuso buscar la salida a la necesidad de ese nuevo cliente.
La estrategia terminó en ofrecerle al cliente todo el recibimiento de inventarios, el manejo de esos inventarios, su alistamiento y su entrega de última milla para toda Colombia.
Con base en la solución tecnológica generada para ese cliente se tomó además la fuerza y experiencia de Tempo para lograr las entregas de los productos en todo el país.
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Una vez encontrada la solución e integradas las partes, Kiki empezó a facturar y empezó a crecer, lo cual se sumó a las buenas recomendaciones de los clientes que tenían la misma necesidad de distribución y administración de productos que vendían en línea o que eran importados.
Crecer para alcanzar a los grandes
El éxito en el modelo de Kiki Latam se vio en el crecimiento del negocio y en la llegada de contactos en empresas enormes de entregas en Colombia como Coordinadora, Interrapidísimo, Servientrega quienes aceptaron conectarse con la tecnología para expandir su capacidad de entrega.
El proceso de crecimiento se fue apoyando también en que Kiki les propuso a sus clientes hacerse cargo de la mercancía que llegaba al país para ahorrarle al importador y al retailer todos los pasos logísticos.
A partir de ahí inicia un proceso de crecimiento interno en Kiki para ayudarles a los clientes a hacer la trazabilidad completa de la entrega de sus productos.
Ya al cierre del año 2021, la startup cerró con una facturación de US$370.000 lo que le permitió crecer en su equipo de trabajo en la ciudad de Cartagena.
La inercia del negocio y de los contactos empresariales aumentó hasta que un cliente le pidió a Kiki que llevara su modelo a México en donde estaba teniendo muchos problemas en la cadena logística.
Con ese enfoque, Kiki Latam levanta su primera ronda de inversión de friends and family para poner sus ojos en expandirse hacia México a donde finalmente llegó.
En ese país logró concentrar los procesos que, en algunos casos, estaban ejecutando hasta 10 operadores diferentes.
Al ver esa optimización de costos y procesos, relató Camilo Marrugo, los clientes empezaron a llegar pidiendo soluciones a sus dolencias logísticas.
Eso le permitió a Kiki triplicar el tamaño del negocio y terminar el año 2022 con una facturación de US$1 millón.
Entregas de última milla hasta en bicicleta
Uno de los factores del éxito en el modelo de Kiki que relató su cofundador es que encuentra las soluciones que sean necesarias para que sus clientes puedan entregar sus mercancías.
Citó el caso de entregas en la isla colombiana de Providencia en el caribe a la cual se envían entregas que salen en avión desde Bogotá, luego llegan en catamarán a la isla y son entregadas puerta a puerta en bicicleta.
El reto no paró ahí. En el año 2023 recibieron una propuesta para iniciar operaciones en Perú que tiene un mercado logístico enorme que representó retos para Kiki.
De acuerdo con Camilo Marrugo, la topografía del país hace difícil la gestión porque en zonas como Iquitos hay que llegar cruzando la cordillera y después hacer las entregas de última milla en canoa.
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