La Junta Directiva del Banco de la República llegó a la conclusión de que la economía colombiana tiene las condiciones propicias para proseguir con los recortes de la tasa de interés de política durante la última reunión el pasado 31 de octubre.
Los miembros de la Junta justificaron esta posición con los favorables desarrollos recientes de la inflación y de sus expectativas, al igual que la revisión a la baja de sus pronósticos, según las minutas reveladas este miércoles.
Durante la sesión también se reconoció que las decisiones de política monetaria han sido exitosas en promover un proceso gradual de convergencia de la inflación hacia la meta y en facilitar una recuperación de la actividad económica.
El documento revela que mientras cuatro directores votaron por una reducción de 50 puntos básicos de la tasa de interés de política, ajuste que se anunció la semana pasada, los tres restantes los hicieron por un recorte de 75 puntos básicos, la cifra que esperaba el mercado, según sondeos.
La mayoría se inclinó por una reducción más moderada argumentando que los nuevos factores de riesgo que han venido surgiendo hacen poco recomendable un ajuste mayor: “en las circunstancias actuales ello podría comprometer la convergencia de la inflación hacia la meta”, dijeron en las minutas.
Pero no es el único factor, a los codirectores también les preocupa la falta de claridad del proyecto de acto legislativo sobre el traslado de competencias del Sistema General de Participaciones (SGP) a los entes territoriales sin que permita reducir al mismo ritmo los gastos de la Nación en forma compensatoria.
Los expertos aseguraron que las dudas acentúan la incertidumbre sobre las consecuencias fiscales de esta reforma. “Ello se traduce en un mayor ambiente de nerviosismo en los mercados, que incrementa las primas de riesgo y la tendencia a la depreciación del peso, lo cual conduce a mayores presiones inflacionarias”, explican las minutas.
Pero hay un elemento adicional de presión al alza sobre la tasa de cambio y la inflación: el impacto que la caída del precio del petróleo pueda tener sobre los ingresos fiscales y sobre la entrada de divisas al país. Todo ello acentúa la necesidad de mantener la cautela en el relajamiento de la política monetaria.
A lo anterior se suman otras fuentes de riesgo importantes que ya se habían advertido en sesiones anteriores de la Junta: la persistencia de la inflación de servicios, en particular de los arriendos y de las comidas fuera del hogar, y las presiones que podrían surgir de un eventual aumento del salario mínimo superior al que suponen las proyecciones del equipo técnico.
Por el contrario, quienes se inclinaban por un recorte de 75 puntos básicos resaltaron la tendencia decreciente que ha venido mostrando la inflación en los últimos meses con reducciones mayores a las anticipadas por el equipo técnico y el mercado. De otra parte, argumentaron que la recuperación de la actividad económica continúa consolidándose y el mercado laboral muestra signos de resiliencia.
—