El Banco Itaú se sumó a la tendencia que muestran las encuestas más recientes hechas a los analistas económicos y ajustó su pronóstico de inflación al alza para este año desde el 3,7 % al 4,2 %.
De cumplirse esta proyección, Colombia completaría seis años con una inflación por encima del rango objetivo del Banco de la República (2 % al 4 %), a pesar de que a finales de 2024 las perspectivas del mercado eran más optimistas.
Itaú calcula que la decisión del Gobierno de aumentar el salario mínimo para este año en 9,5 % añade 45 puntos básicos a la estimación de inflación anual. Además, a esta diferencia se pueden sumar otros 23 puntos básicos si se tiene en cuenta el aumento neto tras la inclusión del subsidio de transporte.
El equipo técnico del Emisor había estimado que la remuneración básica debía subir un 6,5 %, teniendo en cuenta que la inflación de 2024 cerró en 5,2 %. Variaciones por encima de ese cálculo inevitablemente se iban a sentir en la inflación porque aún decenas de precios de ajustan cada año en línea con lo que incremente el mínimo.
De hecho, la influencia del salario mínimo en la inflación, así como el endurecimiento de las condiciones financieras globales y el estrés en las cuentas fiscales podrían derivar en que la Junta Directiva del banco central reduzca el margen de recorte de la tasa de interés, al menos en la próxima reunión a finales de enero.
La inflación del primer mes del año, además del efecto del salario mínimo, estaría marcada por los ajustes que ha venido anunciando el Gobierno en los precios de peajes, gasolina, diésel y transporte público, según Carolina Monzón, gerente de Investigaciones Económicas de Banco Itaú.
“Por los peajes se espera un impacto no muy grande de entre 1 y 2 puntos básicos (aporte) por su peso dentro de la canasta, aunque depende de la evolución de las decisiones al final del mes, pues algunos subieron más que otros. Por su parte, la gasolina pesa entre 2,5 y 3 % en la participación total, y aunque el diésel no está, su efecto podría verse en una segunda ronda en los alimentos”, dijo.
Respecto al balance fiscal, Itaú estima un déficit del 5,5 % en 2025, aunque asegura que la recuperación de los ingresos y los recortes del gasto deberían proporcionar algún alivio. También será importante un posible ajuste de la forma en que se calcula la Regla Fiscal, como lo ha propuesto el ministro de Hacienda, Diego Guevara.
Finalmente, la entidad prevé que el crecimiento económico será mayor que en 2024, pero por debajo del potencial, al cerrar este año en un 2,2 %. Esta cifra también se ajustó, pero a la baja, pues la proyección anterior era del 2,4 %.
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