ISA analizó hoy sus resultados financieros del primer trimestre de 2020 en el marco de la emergencia por Covid-19 que afectó la continuación de varios proyectos de transmisión y concesiones, pero que ha reactivado trabajos en campo gradualmente en los diferentes mercados donde opera. A pesar de la coyuntura, “para ISA este fue un trimestre positivo”, dijo Bernardo Vargas Gibsone, presidente de la compañía, refiriéndose también a los ingresos operacionales que sumaron $2,1 billones, con un crecimiento de 14%, derivado de los nuevos proyectos que entraron en operación en Colombia, Brasil, Perú y Chile.
Bajo esta situación, ISA proyectó dos escenarios supuestos frente al Covid-19 y concluyó en un primer panorama que el impacto del coronavirus sobre la salud y la economía irían hasta julio 2020 con efectos leves en el recaudo de las compañías.
Lea también: ISA garantizará pago de obligaciones de filial chilena por US$94 millones
En tanto, un segundo escenario, considerando un impacto fuerte del Covid-19, se extendería durante todo 2020 y parte del 2021. Habría un impacto por un efecto en el recaudo por ruptura temporal de la cadena de pagos del sistema en algunos países.
De esta manera, algunas consecuencias serían un desplazamiento de mantenimientos y gastos de proyectos, ahorros en gastos de operación y mantenimiento, un incremento en costo deuda en todos los países donde opera en 2020 compensado por menores desembolsos por desplazamiento de Capex.
En tanto, en 2021 se prevé que habrá un mayor gasto financiero por mayores tasas, pero se ejecutará el Capex desplazado en 2020.
Así, para 2020 se ejecutarían US$1.841 millones y para 2021 se tendrían US$1.198 millones, lo que es un desplazamiento entre un 20% y un 40% (acorde con cada escenario) como parte del plan de la compañía de inversiones hasta 2024 que contempla en total US$4.363 billones ($14,8 billones).
En consecuencia, ISA también prevé un efecto en la caída de la utilidad entre 2% y 10%, dependiendo del escenario, para este año, pero que considera no representativo y que se recuperará en su gran mayoría el próximo año.
Respecto a la caja de la compañía, se corrieron sensibilidades por empresa, frente a diferentes porcentajes de reducción de ingreso, manteniendo las obligaciones de operación, mantenimiento y servicio de deuda.
En general y con los supuestos de hoy, los proyectos se desplazan entre dos y tres meses y no se presentan períodos de faltantes de caja en ninguno de los dos escenarios para ningún mes de 2020 y 2021, esto para transporte de energía y vías.
Por tipo de negocio, se explicó que, en energía, incluso se podría tolerar una caída del 20% de ingresos durante tres meses consecutivos, sin presentar faltantes de liquidez.
En tanto, en el negocio de vías, se podría durar un año sin ingresos, con márgenes aceptables de caja, dadas las garantías que se tienen producto de los esquemas de financiamiento vigentes.
“Nuestra expectativa es no modificar nuestro plan a 2024. Hay desplazamientos de 2020 a 2021 en el Capex, pero esperamos no tener más variaciones relevantes”, agregó el presidente de ISA.
A su vez, Carolina Botero, vicepresidente de Finanzas Corporativas de ISA, explicó que los sectores donde interviene la compañía están siendo menos impactados que otros, lo que favorece la proyección financiera de la empresa y estar sólida ante los retos que trae el Covid-19.
Vargas Gibsone concluyó que “comunicaciones, vías y energía están siendo más resistentes. Prueba de ello es que la acción ha reaccionado, lo que se traduce en que ISA ha sido bien leída por los inversionistas”.
—