Los inversores internacionales están reduciendo su exposición a los bonos colombianos, reflejando preocupaciones sobre la gestión de las finanzas públicas bajo el mandato del presidente Gustavo Petro, según un informe de Bloomberg.
Los bonos denominados en pesos, conocidos como TES, han registrado pérdidas significativas, convirtiéndose en los títulos de deuda local con peor desempeño en América Latina en los últimos tres meses, después de Brasil.
Los TES han acumulado una pérdida del 3,5 % en contraste con la ganancia promedio del 1,6 % del índice más amplio de Bloomberg. Esta caída está impulsada principalmente por la desinversión extranjera, llevando su participación en el mercado al nivel más bajo desde febrero de 2016.
Venta masiva por inversores extranjeros, el efecto Petro
Entre los principales vendedores se encuentran Stichting PGGM Depositary, que liquidó posiciones por US$460 millones (2 billones de pesos colombianos), el gobierno de Singapur, que vendió US$419 millones, y el fondo soberano de Kuwait, que se deshizo de US$223 millones, según datos de la Contraloría de Colombia.
Actualmente, los inversionistas extranjeros poseen solo el 18 % de los US$$135.000 millones en pagarés TES en circulación, una caída significativa desde el 27 % de hace dos años, cuando eran los principales tenedores, explica Bloomberg.
Aunque la presión sobre los TES está influenciada por el fortalecimiento del dólar y la cautela en los mercados emergentes debido a la postura de la Reserva Federal, los problemas internos también pesan.
Las políticas económicas del presidente colombiano, Gustavo Petro, marcadas por propuestas controvertidas como la descentralización del gobierno y un aumento del salario mínimo mayor al esperado, han incrementado las dudas sobre la sostenibilidad fiscal del país. La recaudación tributaria por debajo de lo esperado y los limitados recortes de gasto amplifican estas inquietudes.
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A esto se suman los recientes nombramientos de Laura Moisa y César Giraldo como codirectores del Banco de la República. Estos nombramientos podrían influir en el equilibrio de la junta directiva, inclinándola hacia una postura más moderada o «dovish» en términos de política monetaria. Estos cambios coinciden con un recorte de tasas menor al esperado en la última reunión del banco central, dejando el tipo de interés en 9,5%.
