En materia de responsabilidad social empresarial y sostenibilidad, el sector educativo, se ha convertido en uno de los principales focos de inversión de grandes empresas en Colombia, las cuales han destinado importantes recursos en áreas como infraestructura, mobiliario, dotación, becas o vehículos para promover el acceso a la formación a jóvenes de diferentes regiones del país.
Estas iniciativas se han desarrollado con especial fuerza en los últimos 12 años, donde destacan programas de organizaciones referentes como Grupo Argos, EPM, la Fundación Mario Santodomingo, Postobón, Bancolombia, Ecopetrol o Grupo Sura, entre otras entidades que contribuyen con la mejora de la calidad educativa y la cobertura en el país.
En este frente resaltan Grupo Argos, sus negocios (Cementos Argos, Celsia y Odinsa) y la Fundación Grupo Argos, que han contribuido entre 2008 y 2020 con diversos proyectos y el apoyo a entidades públicas y privadas para el desarrollo de infraestructura educativa por más de $196.000 millones. Este monto se ha dedicado a la construcción de entidades educativas, la remodelación de aulas de clases, comedores, baños y espacios comunes, la normalización de las redes eléctricas, arreglos en los techos, construcción de canales de aguas lluvias, juegos infantiles y pintura, entre otros.
“En la Fundación Grupo Argos vemos la educación como el camino que nos permite preparar seres humanos íntegros, sensibles y con suficientes capacidades y liderazgo para generar cambios positivos en la sociedad y construir y un mejor país. Por eso, impulsados por nuestros negocios, en los últimos 12 años hemos realizado inversiones en la construcción y mejoramiento de 59 instituciones educativas a lo largo y ancho Colombia, beneficiando a más de 60.000 estudiantes y generando un impacto transformador en la calidad educativa del país”, afirmó sobre la importancia de este tema para la organización, Ana Mercedes Villegas, directora de la Fundación Grupo Argos.
En los últimos dos años las inversiones en educación de Grupo Argos se han concentrado en el Antioquia, Bolívar, Boyacá, Chocó, Cundinamarca, Sucre, y Valle del Cauca. Entre los esfuerzos del holding de infraestructura, se destacan, además, los aportes a través de su programa de Becas Para el Desarrollo Regional, que hoy tiene estudiando a más de 190 jóvenes en las mejores universidades del país, con tasas de retención del 90% y auxilios educativos de 10,5 salarios mínimos para el costo de la matrícula y hasta 3,7 para temas de manutención. Solo a través de este proyecto el Grupo Argos invirtió más de $2.500 millones en 2019.
Por su parte, la Fundación Mario Santodomingo ha invertido alrededor de $105.000 millones desde 2009, a través de diferentes iniciativas que recorren todo el ciclo educativo, iniciando desde la infancia con educación básica y media, pasando por educación superior, educación para el trabajo y desarrollo humano. El centro de las inversiones en este ámbito se ha centrado en Barranquilla y Cartagena, a raíz del origen de la Fundación, pero que cuenta con un impacto nacional en otras áreas.
En este sentido, José Francisco Aguirre, director ejecutivo de la Fundación Mario Santo Domingo, resaltó programas recientes que se adelantan como la alianza con Acumen, la cual busca que 24 colombianos aporten a la transformación del país y, desde septiembre de 2020, se sumen a una red global que cuenta con más de 700 líderes en todo el mundo.
“Tenemos programas muy diversos que van desde la intervención en colegios en Barranquilla y Cartagena, así como alianzas con otras fundaciones como Pies Descalzos de Shakira, Alas o Génesis, hasta el programa de Fellows con Acumen, con los cuales buscamos impactar en regiones, transformando la experiencia de la educación y facilitando la promoción de líderes con impacto en sus comunidades”, dijo Aguirre.
Otro de los referentes en materia educativa es la Fundación EPM, el cual ha sido un gran promotor a través de programas como Agua para la Educación, Educación para el Agua o el Fondo de Becas Educación Superior de Antioquia, programa que ha beneficiado desde 2012 a 11.617 estudiantes con recursos por $22.000 millones, impactando a jóvenes de todas las subregiones del departamento y facilitando su acceso a educación de este nivel.
Otras iniciativas consolidadas por esta organización a través de las múltiples actividades que realizan con foco en el sector educativo son las Unidades de Vida Articulada (UVA) con una inversión de $4.718 millones en 2019, el Museo del Agua con una inversión de $1.117 millones y la Biblioteca EPM con una inversión de $4.739 millones en el último año.
En materia de dotación y facilitación del transporte en zonas alejadas del país, resalta Postobón con iniciativas como MiPupitre y MiBici.
A través de MiBici desde 2014, se entrega a niños y jóvenes bicicletas diseñadas especialmente para la ruralidad colombiana con el fin de que este medio de transporte se convierta en una herramienta integral para que accedan a sus instituciones educativas, a la vez que se promueven hábitos saludables y se transforma la vida de ellos y sus familias. Anualmente, Postobón entrega alrededor de 2.000 bicicletas como parte de este programa y en total ha otorgado 10.533 bicicletas con una inversión superior a $7.632 millones.
Por su parte, con MiPupitre se aporta al mejoramiento de las condiciones de mobiliario en las instituciones educativas del país. Esto se materializa con la reutilización de material de Tetrapak reciclado, lo cual representa un aporte al medio ambiente al reusar este insumo.
Desde 2014, MiPupitre ha beneficiado a 57.072 estudiantes de 104 instituciones educativas de 19 departamentos. Gracias al programa, 142 millones de cajitas de Tetra Pak se han convertido en más de 33.435 mesas, sillas, bibliotecas y pupitres, altamente resistentes y amigables con el medioambiente bajo una inversión de $4.503 millones, contribuyendo así a la educación y al aumento de los volúmenes de reciclaje de este material.
Para María Claudia Mendoza, experta en gobierno corporativo de la Universidad de los Andes, las inversiones en materia educativa y ambiental de las grandes organizaciones del país, “son reflejo de que ya no se centran solo en las utilidades que producen, si no en el valor que buscan devolver a la sociedad a través de todos estos programas. A su vez, esto es reconocido en rankings de reputación como Merco, muy valiosos para saber en que andan concentrados en materia de responsabilidad social empresarial”.
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