
Contrario a lo que las personas creen, las empresas en insolvencia se han convertido en una oportunidad de inversión rentable, siempre y cuando se haga de manera estratégica y con conocimiento sobre el comportamiento del mercado.
Su imagen se ha interpretado de manera negativa, enfocándose en negocios declives y sus complejos procesos de reorganización. Sin embargo, según lo que dice Julián Andrés Palacio Olayo, asesor en gestión de empresas en crisis y exjuez de insolvencia, invertir en compañías con dificultades financieras puede generar retornos hasta diez veces superiores a la inversión inicial, siempre que se estructuren correctamente las estrategias de compra y recuperación.
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Un modelo rentable de inversión en el extranjero
En países como Estados Unidos y de Europa, el mercado de empresas en insolvencia ha evolucionado significativamente con fondos especializados en la compra de activos deteriorados, créditos impagados y participaciones en compañías en reorganización. Según un informe de Chapman and Cutler LLP, la inversión en este sector se ha sofisticado, generando altos rendimientos a través de estructuras financieras especializadas.
A pesar de la confianza que han generado en otros países, América Latina, y especialmente Colombia, sigue manteniendo este modelo de inversión en una etapa incipiente. Pese a su potencial, el 80 % de estas operaciones en el país han sido protagonizadas por inversores internacionales.
“Uno de los mayores obstáculos para la recuperación de empresas en insolvencia no es necesariamente la falta de eficiencia operativa, sino la escasez de capital de trabajo. Las empresas en reorganización han optimizado costos y fortalecido su gestión, pero la falta de crédito y de plazos flexibles por parte de proveedores las mantiene en estado crítico”, explicó Palacio.

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¿Qué debo tener en cuenta al momento de invertir?
Según el experto, la inversión en este tipo de compañías no se realiza bajo especulaciones o al azar; se debe realizar un análisis técnico riguroso para minimizar los riesgos, evaluando el flujo de caja real, las relaciones con proveedores clave y la estabilidad de la gestión empresarial. “La diferencia entre una inversión de alto riesgo y una inversión estratégica radica en la profundidad del análisis previo”, destacó el ex juez de insolvencia, Julián Palacio.
“El desafío es cambiar la mentalidad: en lugar de ver la insolvencia como un problema, hay que entenderla como una fuente de valor y crecimiento”, concluye Palacio. Para los inversionistas que sepan identificar el momento adecuado y estructurar las estrategias correctas, este sector representa una de las oportunidades de mayor rentabilidad en el ecosistema empresarial actual.