
La interoperabilidad financiera en Colombia evoluciona cada vez más, pero aún enfrenta desafíos para convertirse en una realidad accesible para todos. En el inicio del 15° Congreso de Acceso a Servicios Financieros y Medios de Pago – CAMP de Asobancaria en Cartagena, Luis Miguel Zapata, vicepresidente de ecosistemas digitales de Bancolombia, habló con Valora Analitik sobre los progresos del país en este campo y los retos que quedan por superar.

Foto: Luis Miguel Zapata, vicepresidente de ecosistemas digitales de Bancolombia
Para empezar, es fundamental entender que la interoperabilidad en el sistema financiero colombiano no es una novedad. Desde hace años, Colombia ha desarrollado sistemas de pagos inmediatos interoperables innovadores y tecnológicamente avanzados, a tal punto que ha sido referente en la región. Aunque muchos comparan el nuevo SPI del Banco de la República con el exitoso sistema PIX de Brasil, la realidad es que Colombia ya contaba con altos niveles de madurez financiera antes de la implementación de soluciones como Transfiya o el QR de ´Entre Cuentas´ de Redeban. Desde 2019 Bancolombia ha visto en los sistemas de pagos inmediatos la evolución en la manera como las personas mueven su plata, explica Zapata, ejemplos de esto, son los códigos QR. Actualmente, más de 1,6 millones de comercios en el país cuentan con el QR de ´Entre Cuentas´ y se hacen más de 20 millones de transacciones mensuales bajo este sistema.
Adicionalmente, el 90 % de las transacciones con este código QR en el país tienen como cuenta receptora a Bancolombia, como resultado de la pedagogía y el esfuerzo por masificar esta solución para las personas y comercios.
Interoperabilidad buscará reducción del efectivo
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Sin embargo, a pesar de los avances, el efectivo sigue predominando en el mercado. Actualmente, el 78 % de los pagos en el país se realizan en efectivo, lo que evidencia la necesidad de seguir impulsando la digitalización de los pagos. Aquí es donde entra en juego el Sistema de Pagos Inmediatos (SPI) que está desarrollando el Banco de la República, que se conoce como Bre-B y que se espera acelere la adopción de la interoperabilidad en toda la población. Este sistema tiene el potencial de generar una mayor competencia y estandarización, permitiendo que los ciudadanos realicen pagos digitales en segundos independiente de la entidad donde tengan su plata.

“Uno de los avances clave en este proceso ha sido la introducción de las «llaves» financieras, un mecanismo que permite a los usuarios conectar sus cuentas bancarias a identificadores simples como número de identificación, correo electrónico, celular o llave alfanumérica. La pedagogía alrededor de las llaves ha demostrado ser una estrategia efectiva para educar al mercado y preparar el terreno para la llegada de Bre-B, el nuevo sistema de pagos interoperables para el segundo semestre de 2025”, explicó Zapata.
En este contexto, Bancolombia se sumó a la solución de Redeban, a través de lo que llama ´Tus llaves´, y que estará presente temporalmente en la app Mi Bancolombia, con la intención de que las personas se familiaricen con el concepto de llaves, transfiriendo a otras entidades que hagan parte de esta iniciativa, sin costo y en segundos. El siguiente gran paso en esta evolución será Bre-B. A partir del segundo semestre de 2025 iniciará el registro de llaves en Bre-B según el cronograma del Banco de la República.
¿Qué vendrá tras la interoperabilidad y la entrada de Bre-B?
Más allá de la interoperabilidad en pagos, otro componente crucial para la modernización del sector financiero es el Open Banking y su evolución hacia el Open Data. Zapata destacó que el futuro de la inclusión financiera y la profundización crediticia depende en gran medida del acceso a datos abiertos. Mientras que el Open Banking permite compartir datos entre entidades financieras con el consentimiento del usuario, “el Open Data amplía este concepto hacia otras industrias, permitiendo, por ejemplo, que la información sobre pagos de servicios públicos o consumo de telefonía móvil contribuya a mejorar el perfil de riesgo de los ciudadanos y ampliar su acceso al crédito”.
En Colombia, ya existe un marco regulatorio para las finanzas abiertas con el Decreto 1297 de 2022 y la Circular 004 de la Superintendencia Financiera, que establecen los estándares para la exposición de APIs por parte de los bancos. Sin embargo, el país todavía necesita acelerar la implementación del marco de datos abiertos establecido en el artículo 89 del Plan Nacional de Desarrollo. La coordinación entre el sector financiero y el gobierno será clave para consolidar este ecosistema y permitir que más colombianos accedan a servicios financieros con condiciones más favorables.
“Con un trabajo conjunto entre el gobierno, el sector financiero y los usuarios, la interoperabilidad puede convertirse en una herramienta clave para la inclusión y modernización del sistema financiero colombiano”, concluyó Zapata.
¿Qué falta para lograr una interoperabilidad total?
1. Reducir el uso del efectivo
El principal desafío sigue siendo la alta dependencia del efectivo en la economía colombiana. Es fundamental generar más incentivos para que comercios y ciudadanos adopten pagos digitales.
2. Educación financiera y confianza en los sistemas digitales
A pesar de los avances tecnológicos, muchas personas aún desconocen cómo funcionan los pagos digitales o desconfían de su seguridad. Es crucial realizar campañas de educación financiera y garantizar que los sistemas sean accesibles, seguros y fáciles de usar.
3. Mayor integración entre entidades financieras y nuevos actores
El éxito de la interoperabilidad depende de que todos los actores del ecosistema financiero, incluidos bancos, fintechs y comercios.
4. Regulación y adopción del Open Data
Para que las finanzas abiertas y el Open Data sean una realidad, es necesario acelerar la implementación de las disposiciones establecidas en el Plan Nacional de Desarrollo. Esto permitiría que los datos financieros y no financieros (como pagos de servicios y movilidad) se usen para mejorar el acceso al crédito y personalizar servicios financieros.