En línea con las expectativas de los analistas, el Banco Central Europeo (BCE) informó este martes que la inflación en la eurozona se redujo para el mes de junio.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) cerró el sexto mes del año en 2,5 %, lo que representó un ligero descenso respecto al 2,6 % registrado en mayo. Allí, Bélgica fue el país con la tasa anualizada más alta, al alcanzar un 5,5 %; en contraste, en países como Alemania el indicador se redujo a 2,5 %, respecto a junio de 2023.
Al mirarlo por categorías, los servicios -sin variación mensual- obtuvieron el incremento más alto en junio, con un 4,1 %; a estos le siguieron los alimentos, el alcohol y el tabaco, con un 2,5 %, una cifra algo inferior al 2,6 % de mayo.
El reporte del BCE sobre la inflación en la eurozona mostró que los bienes industriales no energéticos tuvieron una variación de 0,7 % y la energía con de 0,2 %, por debajo del 0,3% de mayo.
Es importante anotar que, si se excluyen los alimentos y la energía, la inflación subyacente bajó del 2,9 % interanual de mayo al 2,8 % en junio, en línea con las expectativas del mercado.
Expectativas de inflación en la Eurozona
Un día antes de la presentación de los resultados oficiales, Christine Lagarde, presidenta del BCE, dio un discurso en la recepción inaugural del Foro del BCE sobre Banca Central en Sintra, Portugal en donde se tocó el tema de los precios de los alimentos.
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“En octubre de 2022, la inflación alcanzó un máximo del 10,6 %. En septiembre de 2023, la última vez que subimos las tasas, había caído más de la mitad, al 5,2 %. Y luego, después de nueve meses de mantener las tasas estables, vimos que la inflación se redujo a la mitad nuevamente, al 2,6 %, lo que nos llevó a recortar las tasas por primera vez en junio”, introdujo.
Sin embargo, agregó: “Nuestro trabajo no ha terminado y debemos permanecer alertas. Pero este progreso nos permite mirar atrás y reflexionar sobre el camino que hemos recorrido”.
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