La inflación en EE. UU. continuó aumentando en junio, creciendo a su ritmo más rápido en casi 13 años, informó este martes el Departamento de Trabajo.
El índice de precios al consumidor (IPC) aumentó a 5,4%, el mayor salto desde antes de la crisis financiera. Los economistas encuestados por Dow Jones esperaban un 5%.
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Si se excluyen los volátiles precios de los alimentos y la energía, el IPC subyacente subió un 4,5%, el movimiento más pronunciado para esa medida desde septiembre de 1991 y muy por encima de la estimación del 3,8%.
La inflación ha aumentado debido a una serie de factores, incluidos los cuellos de botella de la cadena de suministro, la demanda extraordinariamente alta a medida que la pandemia de Covid-19 se calma y las comparaciones interanuales en un momento en que la economía está luchando por reabrirse en los primeros meses tras la pandemia.
Los formuladores de políticas de la Reserva Federal y la Casa Blanca esperan que las presiones actuales comiencen a disminuir, aunque los funcionarios del banco central han reconocido que la inflación es más fuerte y quizás más duradera de lo que habían anticipado.
Gran parte de las presiones sobre los precios provienen de sectores particularmente influenciados por el cierre: los precios de los automóviles usados, las tarifas aéreas y los costos de transporte, entre otros.
Sin embargo, los precios de la vivienda y arriendos continúan subiendo, lo que alimenta la creencia de que la inflación podría mantenerse por un tiempo.
Los consumidores ven que los precios en general suben un 4,8% en los próximos 12 meses, según una encuesta de la Fed de Nueva York publicada el lunes, mostrando el sentimiento que existe al respecto.
(Con información de Cnbc)
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