Este viernes 5 de mayo, el DANE informó que la inflación en Colombia cortó con una racha de 10 meses consecutivos tocando máximos del siglo XXI. El dato se informó días después de la más reciente decisión del alza en las tasas de interés a manos del Banco de la República.
Este escenario, el de una inflación en Colombia que había tocado techo ya había sido sopesando por la Junta Directiva del Banco de la República cuando tomó la decisión de elevar las tasas de interés.
La pregunta es entonces: si bajó la inflación en Colombia, ¿por qué aumentaron las tasas a manos del Banco?
Lo primero que hay que entender es que la Junta del emisor ya contaba con la información de que el IPC en el país había tocado techo a marzo del 2023, lo que se confirmó con el 12,82 % a abril.
Sin embargo, el conocer que los precios, sobre todo del lado de los alimentos, daban un respiro, no era suficiente para mantener las tasas o incluso bajarlas.
Las tasas de interés, a su turno, van en el 13,25 %, luego del alza de 25 puntos básicos de la más reciente Junta del emisor.
Inflación en Colombia baja, pero tasas de interés suben
Las minutas de la Junta del mes de abril explican y confirman que la Junta tenía información sólida para saber que la inflación en Colombia, en su variación anual, ya empezaba a bajar.
Pero coincidieron los codirectores en que era necesario mantener “la política restrictiva” para cumplir con la tarea de hacer regresar la inflación en Colombia a la meta del 3 %.
Con esto, quienes votaron por aumentar las tasas de interés, así como el resto de la Junta, aseguraron que la decisión está sirviendo para tener efectos sobre la demanda agregada, variable clave para el comportamiento de la inflación en Colombia.
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“No obstante, enfatizan en que la inflación no ha comenzado a reducirse, a diferencia de lo que sucede en la mayoría de los países de América Latina. Resaltan, en particular, que la inflación sin alimentos ni regulados continúa elevada y con una tendencia creciente”, se lee en las minutas.
Lo anterior sobre la base también de que las expectativas de inflación a plazos superiores a un año han mostrado perspectivas a la baja, pero las correspondientes a fines de 2023 continúan elevadas y con tendencia creciente.
“De otra parte, un miembro de este grupo manifestó que si bien se está dando un ajuste fiscal que contribuye a disminuir el exceso de demanda y el desbalance en la cuenta corriente, la presión fiscal sigue siendo notable y restringe el espacio para tener una política monetaria menos contractiva”, indicó.
Y quienes piden mantener quietas las tasas de interés con una menor inflación…
Sin embargo, como la decisión no fue unánime, hubo dos codirectores que pidieron mantener las tasas de interés intactas, en el 13 %, dados los nuevos escenarios de inflación.
Esta postura se sostuvo en que esta tasa ya es contraccionista, toda vez que su nivel real se ubica por encima de la tasa de interés neutral que calcula el equipo técnico.
“Dicha postura ya ha tenido claros efectos sobre el debilitamiento de la demanda agregada y la desaceleración de la actividad económica, como lo confirman numerosos indicadores líderes”, dicen.
Lo anterior sumado al hecho de que la inflación de alimentos empieza a ver caídas importantes, lo que podría seguir ocurriendo en el corto plazo.
“Enfatizan que la disminución observada del índice de precios al productor, tanto en su componente local como importado, indica que las presiones de costos estarían cediendo, lo cual crea condiciones propicias para que la inflación al consumidor empiece a descender”, se lee en el informe.
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De momento, se espera que las tasas de interés terminen año cerca del 11 %, mientras la inflación en Colombia acabaría muy cerca del 9,5 %.
