La inflación anual en EE. UU. sorprendió este miércoles a los mercados internacionales, ya que cerró por debajo de las expectativas.
Según el Departamento de Trabajo, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó un 0,2 % en julio, lo que llevó a que el indicador interanual bajara a 2,9 %.
Así le fue a la inflación anual en EE. UU.
Con esto, se cumplió la expectativa del mercado en la previsión mensual, mientras que el dato anual estuvo por debajo de lo proyectado (se preveía que se ubicara en 3 %).
En tanto, si excluyen alimentos y energía, el IPC básico registró un aumento mensual del 0,2 % y una tasa anual del 3,2 %, cumpliendo con las expectativas.
A pesar de lo anterior, los datos entregado por el Departamento de Trabajo confirman que la inflación anual en EE. UU. llegó a su nivel más bajo desde abril de 2021.
Las cifras entregadas en julio respondieron a un alza de 0,4% en los costos de vivienda, que representaron el 90 % del aumento de la inflación de todos los artículos.
De otro lado, según un reporte de CNBC, los precios de los alimentos aumentaron 0,2%, mientras que los de la energía se mantuvieron estables.
Todo lo anterior, abre aún más la puerta para que la Reserva Federal recorte las tasas de interés, pese a que desde el año pasado se preveía que esto sucediera en el primer semestre.
Según ha dicho el presidente de la FED, Jerome Powell, hay buenas posibilidades de que esto suceda en la reunión de septiembre, gracias a la desaceleración de la inflación y la mayor confianza de que el IPC se está alineando con la meta de 2 %.
Sin embargo, solo hasta el próximo mes se conocerá si la Reserva Federal cede en esta materia, lo que generaría igualmente un coletazo en buena parte del mundo.