Sobre la promesa de que era necesario subsidiar el precio de la gasolina en Colombia para contener a la inflación, el expresidente Iván Duque ordenó que los precios de la gasolina se mantuvieran congelados parte del último año pasado y la primera mitad de 2022.
Con una inflación que se acercaba al 6 % en 2021, la decisión fue la de, a través del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), amortiguar el precio de la gasolina corriente y ACPM para que se mantuviera sobre la barrera de los $9.100.
Esto último entendiendo que los altos precios del petróleo llevaron a que la referencia Brent, por ejemplo, se sostuviera incluso levemente arriba de US$120.
Sin embargo, el peso de tener que transferir cerca de tres puntos del PIB, para atender el déficit fiscal del FEPC, lleva a que el país plantee la posibilidad de aumentar los precios de la gasolina como solución al problema fiscal.
Temores por la inflación
La decisión no es fácil, pues la idea de incrementar los precios de la gasolina pone de manifiesto una nueva presión para la inflación en Colombia que va, en la variación anual, en 10,84 %, dato más alto desde abril de 1999.
El punto está en que el aumento en el precio de la gasolina no quiere decir, solamente, que el combustible verá un efecto inflacionario. Hay varios costos que dependen de la gasolina en el país. Para poner un ejemplo, el transporte de alimentos o bienes.
Entonces, un aumento del precio de la gasolina no tiene solamente efectos sobre el usuario que, dueño de un carro, tanquea su vehículo en cualquier estación de servicio. Los incrementos también los asumen los transportados de carga en el país o los aviones, por ejemplo.
Esto hace que el valor por traer alimentos de regiones periféricas al centro del país, o viceversa, suba dado que el costo por transporte se incrementa.
Datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) dan cuenta de que el Índice de Precios al Productor, en el último año y hasta agosto, se ha incrementado 30,02 %.
De lo anterior, los costos por gasolina para automotores varían arriba de ese resultado, viendo un repunte del 32,97 % y aportando 0,87 puntos a la variación anual.
El economista y profesor de la Universidad del Rosario, Alejandro Useche, dice que un alza en el valor de la gasolina, en este momento, tendría un efecto fuerte en la inflación del país, toda vez que el aumento del precio de la gasolina se transfiere a bienes y servicios de primera necesidad, haciendo la salvedad de que es positivo buscar una solución al problema fiscal.
«De causarse más inflación, se estaría yendo en contra de uno de los grandes lemas de la actual administración: generar más igualdad y bienestar para las personas de menores ingresos en el país», complementó Useche.
Cálculos del nuevo impacto
Partiendo de la incertidumbre de qué tanto podría escalar el precio de la gasolina en Colombia, en un margen que iría desde los $9.600 y hasta los $16.000, la transmisión a la inflación nacional puede ser fuerte.
En abril del 2022, el Comité Autónomo de la Regla Fiscal de Colombia explicó que sus cálculos daban cuenta de que, por cada 1 % en los precios de la gasolina y del ACPM, hay un efecto directo e indirecto cercano a los 0,08 % en la inflación total.
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En entrevista en junio pasado, con Valora Analitik, el exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, manifestó que unas primeras aproximaciones explicaban que, por cada $1.000 de aumento, se vería un impacto de hasta 0,65 puntos porcentuales en la inflación.
En un reciente trino, el ahora exministro Restrepo agregó que, durante la pandemia, “haber garantizado una estabilización del precio de los combustibles evitó una inflación de 5 puntos porcentuales adicionales y, con ello, afectar a los más vulnerables y la recuperación de las mipymes del país. Procesos similares siguieron muchos países del mundo”.
Por ahora, el gobierno del presidente Petro ha manifestado que se van a revisar los efectos en la inflación por la decisión de aumentar los precios de la gasolina.
Camilo Prieto, profesor de la Maestría de Energía y Sostenibilidad de la Universidad Javeriana, propone que se revisen alternativas como la que genera el biodiésel.
El experto argumenta que cada galón de diésel, que se consume en el país, tiene un 10 % de biodiésel, que además es un energético de transición con menores emisiones contaminantes que el diésel.
“Si en este momento se actualizan las variables con las cuales se calcula el precio del galón del biodiesel, teniendo en cuenta el costo de oportunidad de la disminución de los precios internacionales del aceite de palma, esto puede traducirse en una reducción de unos $300 por galón del diésel. Si lo multiplicamos por los 160 millones de galones que se consumen al mes en el país estaríamos hablando de un ahorro superior a los $50.000 millones”, explica Pietro.
De momento, se ha manifestado que el alza no sería para el ACPM, que es el tipo de combustible que utilizan, con mayor regularidad, los vehículos de carga y transporte público.
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