“A medida que nos adentramos en 2025, la economía mundial se encuentra en una encrucijada precaria, fuertemente marcada por un tema general: la incertidumbre”. Así empieza el informe más reciente del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) sobre perspectivas macroeconómicas globales.
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La asociación empresarial mundial de instituciones financieras advirtió que la situación mundial actual está recalibrando el panorama económico, particularmente la falta claridad en las decisiones políticas y en la forma como se implementan, principalmente en Estados Unidos, por cuenta del cambio de administración tras la llegada de Donald Trump.
Sin embargo, de acuerdo con el análisis, esta incertidumbre se ha extendido hasta los mercados globales, las relaciones comerciales y los marcos regulatorios en otros lugares del mundo, reconfigurando las expectativas de crecimiento, inflación e inversión.
Y es que, en cuestión de días, el nuevo presidente de EE. UU. ha enviado señales que dejan ver su intención de recalibrar las políticas comerciales, a punta de aranceles que no han empezado a implementarse, y las políticas de inmigración, sobre las cuales ya ha habido acciones.
“Estas medidas propuestas, junto con una represión de la inmigración diseñada para reforzar los mercados laborales nacionales, reflejan una priorización de los intereses económicos estadounidenses, incluso si los beneficios de tales políticas para la economía estadounidense siguen siendo dudosos”, explico el IIF.
Efecto en mercados emergentes y grandes economías
Dado que estas decisiones generan un efecto dominó, tanto los socios comerciales de Estados Unidos como las demás economías del mundo quedaron expuestas a estos cambios y se muestran inquietas frente a la retórica de la administración Trump en torno a la protección de los intereses económicos de EE. UU.
Los mercados emergentes, por ejemplo, tienen una gran dependencia del país norteamericano por cuenta del financiamiento externo y el crecimiento que generan en sus exportaciones. Economías más grandes, que ya se enfrentan a desafíos internos, ahora ven sus problemas exacerbados por la situación externa.
Además, Estados Unidos enfrenta sus propios riesgos financieros significativos a largo plazo por cuenta de un posible aumento del déficit fiscal producto de los recortes de impuestos, el aumento de las tasas de interés, los costos de endeudamiento y el aumento de los gastos por intereses.
2. La postura fiscal de EE. UU. será el foco de atención.
Fuente: IIF.
El IIF estima que la inflación de EE. UU. continúe normalizándose en los próximos meses, aunque la amenaza de proteccionismo comercial y las políticas migratorias restrictivas podrían complicar ese proceso. En consecuencia, cree que la Reserva Federal procedería con cautela y que los recortes de tasas solo sean probables en los próximos seis meses.
Finalmente, la emisión de bonos del Tesoro, que se prevé que alcance los US$5 billones en 2025, podría impulsar los rendimientos a 10 años hacia el rango del 5 %-6 %, endureciendo aún más las condiciones financieras. “Este endurecimiento sostenido tendría amplias implicaciones para el financiamiento del sector público y privado, lo que podría desacelerar la actividad económica y complicar los esfuerzos de recuperación”, señaló el instituto.
Con este panorama, la economía estadounidense crecería el 1,9 % este año, según el IIF, una cifra que se ubica por debajo del consenso del mercado (2,5 %), pues el gremio prefiere mantener un enfoque cauteloso.
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