El Fondo Monetario Internacionales (FMI) y otros organismos multilaterales ven cada vez con más fuerza que el mundo pueda verse inmerso ante un proceso de recesión económica. Sobre qué tan grande sea su complejidad, dependerá, por ejemplo, de cómo se transmita a variables como el mercado laboral o el apetito de inversión.
Con esto de fondo, una recesión económica implica también cabeza fría para saber en qué momento invertir y cuáles son las mejores opciones.
El oro
Uno de los recurrentes consejos es revisar las inversiones que se pueden hacer en oro, entendiendo su operación como la de un bien limitadamente volátil en tiempo de complejidad económica.
El oro, entre otras cosas, es un soporte en momentos de alta inflación, pues es un bien finito que además es utilizado como mecanismo refugio por países, empresas, fondos y bancos centrales.
Las reservas de oro son, al final, un ahorro fortalecido, que suele no perder valor y en cambio saca de aprietos cuando se prevén momentos críticos económicos.
Monedas duras
Adquirir monedas fortalecidas, si se tiene la capacidad de inversión, es también una idea que puede funcionar cuando hay altas tasas de interés y se deprecian las monedas de, por ejemplo, los mercados emergentes.
Sin embargo, y a diferencia del oro, estas divisas suelen ser algo más volátiles. Un ejemplo cercano es el fortalecimiento del dólar: tener dólares en este momento es buena idea pues su valor, ante una caída de la circulación del mismo, sube.
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Sin embargo, depende también de otros factores. El hecho de que, por ejemplo, la inflación caiga, puede llevar a que el apetito inversionista se fortalezca en y se evidencie una mayor circulación de dólares en mercados emergentes.
Acciones seguras
Finalmente, otra idea conservadora de inversión en un momento de crisis económica se puede fijar desde la perspectiva de mitigar el riesgo invirtiendo el dinero en empresas que siempre van a ser necesarias en momentos de alta complejidad e incertidumbre.
Estas pueden ser, por ejemplo, las acciones de compañías en segmentos como el de salud o el de alimentos.
La pandemia del Covid-19 dejó en claro que los bienes y servicios de primera necesidad, de hecho, se vuelven más demandados en el marco de crisis tan complejas.
