Este 1 de octubre se lleva a cabo una huelga de trabajadores portuarios del este y la costa oeste de Estados Unidos para exigir mejores condiciones laborales.
Siendo así, se detendría más del 30 % de exportaciones e importaciones marítimas en EE. UU, pues el puerto de Baltimore y otros tienen una movilización de 45.000 trabajadores exigiendo mejores salarios por hora, junto a la prohibición de grúas y camiones automatizados que puedan reemplazarlos, según el diario France 24.
Pero en otros lugares como Maine y Texas los trabajadores portuarios se unieron y la cadena de suministros globales se verá afectada por una escasez de productos.
De acuerdo con el medio CNBC, es la primera huelga que lleva a cabo el sindicato International Longshoremen’s Association (ILA) en casi medio siglo, afectando el flujo de transporte de carga marítima en 14 puertos clave de Estados Unidos.
En caso de que los trabajadores no logren un acuerdo con el grupo de empleadores United States Maritime Alliance (USMX), la economía mundial vería las consecuencias de la huelga prolongada en el sector farmacéutico, el automotriz y el de manufactura.
La huelga también traería consigo una escasez de inventario y un aumento brusco de los precios de varios productos como chocolate, alcohol, frutas, entre otros.
Además, según France 24, el movimiento de los empleados portuarios podría costarle a la economía estadounidense US$5.000 millones al día, según estiman algunos economistas.
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“Vemos cómo las fichas de dominó caen en múltiples etapas. Al principio, por supuesto, el efecto inmediato se siente en la costa este y del Golfo de Estados Unidos”, expresó Peter Sand, analista jefe de la plataforma de inteligencia de tarifas de flete marítimo Xeneta a CNBC.
Y agregó: “esto tendrá un efecto dominó para los barcos que actualmente están haciendo cola fuera de los puertos, agregó, lo que significa que sus próximos viajes a Estados Unidos con nuevas mercancías se retrasarán.
Veremos interrupciones debido a que algunos barcos saldrán tarde de Europa y el Mediterráneo hacia fines de octubre y principios de noviembre”.
Ante la amenaza de huelga, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hizo un llamado a la negociación: «ambas partes tienen que resolver la huelga. Apoyen los esfuerzos de negociación y creo que resolverán la huelga».
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