Hoy 26 de febrero de 2019, entre las 2 pm y las 5 pm, está programada la adjudicación de contratos de largo plazo en el marco de la subasta de energía media a cargo de la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME).
Este tipo de contrato es una herramienta importante porque permitirá a los colombianos tener garantizado un precio de energía durante 12 años, subiendo así el horizonte de contratación de energía que en el país no supera los tres años en promedio.
También se espera que sea una herramienta que garantice los ingresos que los bancos requieren para financiar la construcción de los proyectos de generación de energía que resulten adjudicados.
Es la primera de este tipo y aunque sus reglas se apartan un poco del estándar internacional, uno de sus mayores objetivos es que la demanda logre mejores precios de energía que los actuales.
Por otra parte, el 28 de febrero se realizará la subasta que administra la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), una muy diferente a la anterior.
Se trata de la Subasta de Obligaciones de Energía Firme con la que se garantiza la seguridad del suministro eléctrico del país para hacer frente al fenómeno de El Niño.
Por primera vez se presentarían en esta subasta proyectos de fuentes no convencionales: Plantas de generación a partir de Gas Licuado de Petróleo (GLP) y Parques Eólicos de Gran Escala.
El producto a ofertar en esta subasta se denomina energía firme (ENFICC) que es la máxima energía que un recurso es capaz de generar en condiciones adversas y se calcula de acuerdo con una metodología que estableció la CREG para cada fuente de generación.
El día de la subasta los interesados definirán cuanta ENFICC ofertar y, a quienes resulten ganadores, el país les reconocerá la prima de cargo por confiabilidad hasta por 20 años a los proyectos nuevos.
Dependiendo del resultado exitoso de este mecanismo, el país recibiría alrededor de 1.000 millones de dólares en inversión directa y fortalecería el suministro de energía nacional para los años 2022-2023 que hoy se ve comprometido por hechos notorios como el retraso de la entrada en operación de Hidroituango.
Estos mecanismos han sido bienvenidos por el mercado porque están dirigidos a mejorar el panorama energético en términos de precio, impacto ambiental y vulnerabilidad del sistema, y de esta manera, dirigidos a mejorar nuestra calidad de vida y condiciones de equidad.