Los acontecimientos que ha tenido que vivir Angélica, la mamá de María Isabel y María del Mar, la amante de la natación, la ingeniera de profesión y escritora por pasión, la han hecho resurgir, pues la adversidad la ha retado con una dolorosa pérdida familiar y un accidente que le cambiaron la vida. «En 2018 perdí a mi esposo en un accidente de tránsito y cuatro años más tarde tuve un accidente laboral en el que casi pierdo la vida», explica.
Angélica cayó en un pozo de tuberías de aguas residuales y contaminadas a más de ocho metros de profundidad. Sufrió fractura de cadera y fémur, pero además tuvo una complicación con una infección en el hueso, definida clínicamente como osteomielitis, por lo que alcanzó a estar entre la vida y la muerte. «Estuve tres meses hospitalizada y luego dos años en proceso de recuperación. Ha sido muy difícil mantener la buena actitud, pero yo lo llamo como: bailar la canción que la vida me ha puesto».
Ella trabaja en EPM desde hace 17 años como ingeniera de operación y siempre ha sido una apasionada por su labor, pues reconoce su importancia para la ciudad y la calidad de vida de los habitantes de la ciudad. «Trabajar para que las personas tengan un buen servicio en el alcantarillado y aguas residuales, además de contribuir al saneamiento del río Medellín y buscar su mejoramiento, siempre me ha motivado».
María Isabel y María del Mar son el motor para seguir luchando a pesar de las adversidades. Foto: Cortesía
Escribir para sanar
La escritura se convirtió en su refugio, un espacio donde pudo procesar sus emociones. Su libro autobiográfico da cuenta de su valentía y resiliencia. «Para dejar de repasar sola en mi mente esos eventos, escribí un libro contando cómo esos sucesos, y otros más, han cambiado mi vida. Además de hablar de esos faros que tengo ahí delante para poder seguir caminando».
Sin embargo, el camino no fue planeado, debido a que la idea del libro surgió durante su recuperación. Ella escribía mensajes de WhatsApp a sus seres queridos, recordándoles el valor de acciones cotidianas como bañarse todos los días, pues por su situación de infección y aislamiento no lo pudo hacer por algunos días. Sus allegados vieron el potencial y la sensibilidad de sus escritos y le dijeron que por qué no escribía un libro. «Al principio dudé porque yo soy ingeniera y me parecía algo difícil, pero una compañera de EPM que me acompañó en el hospital y que había escrito un libro, me animó a hacerlo», recuerda Angélica.
Ella, como buena ingeniera es concreta, pero también es orientada al logro, así que se puso la meta de escribir con constancia, aprender lo necesario del proceso, desde la revisión hasta el diseño y publicar su libro llamado Resurgir.
Apoyo y respaldo
EPM le ha brindado apoyo y acompañamiento durante estos procesos tan complejos. La flexibilidad laboral y los beneficios otorgados le han permitido continuar con sus labores así como sacar adelante a sus dos hijas. «He tenido apoyo. Los compañeros han sido fundamentales, los beneficios me han ayudado a poder seguir educando a mis hijas y he contado con todo lo necesario desde la ARL para mi recuperación. Tengo trabajo autónomo así que puedo estar entre mi casa y la oficina. La empresa ha sido flexible, ha facilitado los recursos y me ha entendido».