En el trimestre de octubre a diciembre de 2024, alrededor de 4.000 hectáreas con aptitud agropecuaria a nivel nacional presentarían riesgo por exceso hídrico en categorías baja y media.
Así lo dio a conocer la Unidad de Rural Agropecuaria (UPRA) en su boletín agroclimático, basado en la información del Ideam.
A pesar de que las nuevas predicciones climáticas favorecen el surgimiento de un fenómeno La Niña en categoría débil en los próximos meses, persistiendo hasta enero-marzo de 2025, la UPRA advierte que igual habría efectos.
“Aunque se espera que la época de lluvias se prolongue un par de semanas y se presenten lluvias en la época seca de inicio de 2025, esto no significa que los efectos de la época seca no se presenten, por ello, se espera déficit hídrico agrícola en gran parte del país debido a tales condiciones”, se destaca en el informe.
De acuerdo con la entidad, el área clasificada con riesgo por exceso hídrico (medio y alto) pasó de 522.500 hectáreas (ha), en el periodo anterior, a más de 1,43 ha, sobre un total de 114 millones de ha en el área continental del país, lo que “resalta la creciente incertidumbre climática en diversas zonas productivas del país”.
¿Qué espera la UPRA para los próximos meses?
De acuerdo con la UPRA, diciembre es un mes de transición entre la segunda temporada de lluvias y la primera época de menos lluvias del año en extensas áreas de las regiones Andina, Caribe y Orinoquia.
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“Por influencia del posible evento La Niña, es probable que suceda un aplazamiento de la transición entre estas dos épocas (lluviosa y seca); por lo tanto, habrá tendencia a que se mantengan las lluvias”, dice el informe.
Enero y febrero, por su parte, se caracterizarán por ser meses que conforman la temporada seca en gran parte del país; “pero, es posible que el efecto de La Niña altere este comportamiento con tendencia a aumentos de las precipitaciones en zonas de la regiones Andina y Pacífica, especialmente”, afirmó la Upra.
Finalmente, se dijo que marzo es un mes de transición entre la primera temporada seca y la primera temporada lluviosa para la región Andina. “Hay probabilidad de variaciones en su comportamiento con tendencia a un aumento de las lluvias”.