La alternativa que proponen los expertos mientras la situación se normaliza, se encuentra en la industria de los carros usados.
Tanto en Colombia como en el resto del mundo, los grandes fabricantes de automóviles como Nissan, Kia, y Toyota, reportaron una disminución de hasta el 50% en la producción. Un duro golpe para la industria que como asegura el Socio de CMS Rodríguez-Azuero y experto en comercio exterior Santiago Arbouin, representa un 3% del PIB mundial y tuvo su talón de aquiles no solo en la pandemia, sino a una cadena logística que ya se encontraba desordenada. Vea más noticias empresariales.
Durante los últimos dos años, la industria pasó de darle prioridad a la elaboración de chips y semiconductores (esenciales para el funcionamiento de los autos), a la producción de dispositivos tecnológicos como electrodomésticos, celulares, ipads y computadores necesarios para la educación y teletrabajo, los cuales se ajustaban a las necesidades de la cuarentena. Por tanto, se dejaron de producir dichos chips para carros teniendo en cuenta la disminución de la demanda, mientras que aumentó casi en un 11% la necesidad de producir dispositivos electrónicos.
Precios de carros al alza
Este fenómeno ha generado que, como en el resto del mundo, los precios aumenten drásticamente, así como los tiempos de espera por los carros nuevos o repuestos. “Una situación que ha afectado gravemente a los comercializadores y compradores ya que hay una gran escasez en la disponibilidad de los materiales necesarios para la producción de todo tipo de vehículos, lo cual implica que el costo de estos aumente de manera considerable, así como los tiempos de espera para obtenerlos”, explicó Arbouin.
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Sin embargo, en Colombia la demanda del sector automotor ha aumentado a pesar de lo mencionado anteriormente, pues el año 2021 se cerró con un alcance casi del 50% en crecimiento del mercado y con testimonios de marcas como Nissan que afirman haber crecido hasta en un 60% en ventas a finales del año pasado.
Además, se posicionó un nuevo mercado y es que debido al aumento de precios en carros nuevos, la industria de carros usados aumentó su demanda pese a presentar un alza en sus precios de aproximadamente un 15%.
Para el experto, esta situación es realmente ajena a las políticas internas de cada país y se ve afectada por diferentes circunstancias que necesitan volver a la normalidad en el comercio exterior.
“Las medidas paliativas que se pueden tomar para disminuir los efectos del aumento de tiempos de espera y precios se reducen a optar por carros usados, a pesar de que su precio tampoco sea muy llamativo. Asimismo, otra opción podría ser optar por comprar los modelos de carros que se usan en exhibición y sin tener en cuenta las especificaciones de los gustos propios, ya que los cambios en los carros implican a su vez una mayor espera. En ese sentido, en caso de pensar en comprar un carro en un futuro cercano se debería optar por solicitarlo de inmediato para disminuir el periodo de espera o aplazar la compra hasta finales de este año”.
Si bien la situación no se solucionará en el corto plazo, no solo por la disponibilidad de semiconductores y chips sino por la demora en el transporte internacional de mercancías derivada de la crisis de los contenedores, se espera que esta situación se regule para el año 2023 y a inicios de 2024, según la estabilización de los diferentes efectos del Covid-19 y del rumbo de la política de comercio exterior.