Roberto Steiner, codirector del Banco de la República de Colombia, se refirió a los principales condicionales de la economía colombiana, con base en los efectos de mayor peso en el contexto internacional y la guerra entre Rusia y Ucrania.
Explicó Steiner que el año arrancó con retos importantes que emanan de una buena noticia: el crecimiento económico de Colombia ha venido siendo más robusto de lo que se creía. Hace un año se presagiaba un crecimiento del 4 % para 2021 y se terminó por arriba del 10 %.
Agregó el codirector que, naturalmente, eso tiene varias implicaciones: una es que genera preocupaciones como el desbalance en la cuenta de cobros.
“Y la otra noticia es lo que ha venido pasando con la inflación y las expectativas de inflación. Una actividad económica más robusta jalonada por el consumo de los hogares genera presiones al alza en los precios, sumado a las disrupciones globales de suministro”, dijo Steiner.
Para el codirector, el factor importante es que hasta hace 20 días la película era un crecimiento económico bueno, con presiones inflacionarias a tener en cuenta.
Consecuencias del fenómeno
Ahora, la invasión de Rusia a Ucrania exacerba muchos de los problemas y genera que sea la incertidumbre la que esté en el primer lugar de las perspectivas económicas de corto y mediano plazo. “El conflicto tiene muchas repercusiones, por lo que hacer un balance en este momento es muy prematuro”, dijo Steiner.
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En ese sentido, y puntualizando en el comportamiento del precio del petróleo, Steiner fue reiterativo en que para Colombia esto tiene implicaciones de diversos ángulos: uno favorable por el aumento de los ingresos por las exportaciones de petróleo.
“Pero tiene problemas de diversa índole: complica los vientos de cola porque puede generar consecuencias malas en el contexto global. Sin lugar a dudas el tema de que el petróleo afecte la inflación en todo el mundo va a generar consecuencias para Colombia. El otro tema que no se puede perder de vista es cómo no trasladar el aumento del precio del petróleo al ciudadano de a pie”, agregó Steiner.
El llamado de atención es que la decisión de no trasladarle ese costo al consumidor final va a generar implicaciones fiscales para Colombia “seríamos muy ilusos de solamente verle el lado positivo al aumento de los precios del petróleo”, agregó Steiner.
Con esto de base, Steiner aseguró que habría que ver lo que haga la Reserva Federal sobre la normalización de tasas de interés con este nuevo contexto: “Es posible que los acontecimientos nuevos cambien el ritmo, pero lo que se debe tener en cuenta es que la inflación en Estados Unidos sigue siendo alta”, agregó el codirector.
Finalmente, Steiner agregó que la inflación anual del 8,01 % para Colombia en febrero 2022 tomó por sorpresa al grueso de los analistas y es preocupante: “Lo preocupante también es que la inflación sin alimentos ni regulados también crece”.
Haciendo la salvedad, agregó Steiner, de que las expectativas de inflación si bien suben, a horizontes razonables son más bajas, con base también en que el Banco de la República va a actuar para controlar, en parte, la escalada de precios.
