Guerra comercial empezaría a tener efectos en el sector real latinoamericano, según Itaú

Entrevista con Andrés Pérez, economista jefe del Banco Itaú para América Latina, sobre el impacto de la guerra comercial en la región.

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A los analistas ya no les sorprenden los vaivenes y cambios en la política comercial global que ha impulsado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien había adelantado estos anuncios desde la campaña electoral. Sin embargo, se muestran preocupados por la velocidad y la intensidad con que se están dando en medio de un gran choque de incertidumbre en la política económica.

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Así lo advirtió Andrés Pérez, economista jefe del para América Latina, en entrevista con Valora Analitik. Según su análisis, la renta fija y la renta global fueron los primeros sectores en recibir el impacto de estas decisiones, pero también se esperan efectos en el sector real y el crecimiento económico local.

¿Cómo podríamos clasificar el impacto en Latinoamérica que pueden llegar a sentir los países?

La primera mirada de los anuncios del 2 de abril nos hicieron concluir que la región había salido relativamente, entre comillas, mejor parada que otras regiones. De hecho, la mayor parte de los países quedaron con un arancel de sólo un 10 % ya, mientras que otras regiones del mundo, especialmente Asia emergente, tuvieron aranceles significativamente mayores. Además, México tuvo una exención en el marco de una negociación.

Pero igual en muchos casos son tarifas que no se tenían…

Nosotros creemos que de todas maneras los anuncios de aranceles fueron una noticia negativa, una sorpresa negativa, considerando que muchos países, entre ellos Chile, Perú y Colombia, tienen tratado de libre comercio con Estados Unidos, entonces no se explicaba mucho la exposición de un arancel. Además, algunas economías incluso tienen déficit comercial con Estados Unidos.

¿Qué efectos se evidenciarán primero?

En el corto plazo, creemos que los efectos sobre la región van a venir, más bien, por el lado del canal financiero y eventualmente las menores perspectivas de crecimiento, quizás más bien para el próximo año. Con ello también es muy probable que veamos que la Reserva Federal empieza a incorporar bajas de tasas en sus proyecciones y eso también genera un cambio para el espacio que tiene el banco central.

¿Esa política monetaria restrictiva en EE. UU. y otros bancos centrales tendría efectos en las economías locales?

Estamos en un escenario de incertidumbre bastante mayor a la habitual, con giros importantes con relación a la política comercial en Estados Unidos. Pero claro, los efectos que ya se están dando sugieren que deberíamos ver un menor crecimiento en la economía mundial para este año y el próximo. También un poco más de inflación en el corto plazo y más reducciones de tasas de política monetaria en Estados Unidos en 2025 y 2026.

¿Cuáles serían los efectos y en qué sectores se sentirían?

Creo que estos choques sí van a tener efectos reales. Los primeros efectos van por el por el canal financiero, que ya hemos visto importantes ajustes en la renta variable y la renta fija, también en condiciones financieras para relevantes para economías emergentes como Colombia, Chile y otras de la región. Con más tiempo después viene la transmisión hacia el canal real.

¿Cómo sería esa transmisión al hacia el canal real?

Cuando uno no tiene claridad sobre los aranceles que tiene que pagar, tampoco tiene tanta claridad sobre los precios a los cuales tiene que vender sus productos. Esta incertidumbre tiene efectos sobre los planes que tienen las empresas de inversión, importación y contratación de trabajadores, es muy probable que esas decisiones se reevalúen y eso va generando ajustes en el ciclo, impactos sobre las economías de la región.

¿Qué cambios se han visto ya?

Sí que ya hemos visto que, durante el enero, por ejemplo, las exportaciones de bienes en Estados Unidos subieron significativamente ante la expectativa de los aranceles. Pero después, más adelante en el año, es muy probable que esa demanda se normalice y así también vamos viendo cambios en la demanda relevante para para los bienes de nuestras economías.

¿Han hecho análisis particulares para Colombia al respecto?

Es muy probable que economías como Colombia, Chile y Perú tengan un impulso externo menos favorable que lo que se ha observado hasta la fecha, es decir, que la demanda por sus bienes y servicios por parte de los principales socios comerciales, incluyendo Estados Unidos o China, también se vea moderada en este escenario de mayor incertidumbre. Es muy probable que las perspectivas de crecimiento para para la región sean revisadas a la baja para el próximo año, pero, de nuevo, no nos debiese sorprender considerando la magnitud de este de este choque que estamos todavía viviendo.

Mirando hacia el futuro, ¿qué tan probable es que Latinoamérica encuentre una salida a través de la exploración de otros socios comerciales?

Todo este choque nos reafirma la importancia de fortalecer los cimientos de los pilares macro de la economía. Más allá de lo de lo que va sucediendo en el escenario externo, que es relevante para nuestra economía, yo creo que al final gran parte del partido se juega en casa. Es importante disminuir la incertidumbre política económica, llevar adelante un proceso de consolidación fiscal que sea sostenible para estabilizar la deuda pública, avanzar en medidas de prueba de inversión y procrecimiento. Esas medidas son relevantes de conducir en todo momento y especialmente en momentos como este.

¿Y en políticas comerciales?

Desarrollar las cadenas de transporte, logística y complementariedad que hay en la demanda por nuestros bienes y servicios no es proceso de la noche a la mañana. Desarrollar nuevos socios comerciales toma tiempo y creo que también hay que mirar los mercados grandes. En el caso de Chile se está buscando fortalecer la relación comercial con India, que debiese ser uno de los países que más que va a contribuir al crecimiento global en los próximos años.

¿Cuál es su balance de esta coyuntura?

Es importante transmitir que la región sí tiene aspectos que son positivos. Primero que todo, no estamos en el foco principal de las tensiones, tanto geopolíticas como de ; desde ese punto de vista contamos con una ventaja. Aunque hay otras dimensiones que son importantes de seguir fortaleciendo, como la presión que esto tiene sobre las finanzas públicas de muchas economías de la región, creo que también podemos dar un giro un poco más optimista.

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