Los gigantes tecnológicos, incluidos Google, Amazon y Facebook, pronto podrían enfrentar mayores impuestos en Europa.
La Comisión Europea – el brazo ejecutivo de la Unión Europea (UE) – reveló planes el miércoles para cobrar impuestos a las compañías donde realmente generan negocios, en lugar de dónde están ubicadas sus oficinas centrales.
Los cambios propuestos a la forma en que se gravan las empresas digitales podrían aumentar sustancialmente el monto que dichas empresas deben pagar en impuestos.
Según los datos de la Comisión Europea, las empresas digitales pagan en promedio una tasa impositiva efectiva del 9,5 por ciento, en comparación con el 23,2 por ciento de las empresas tradicionales.
«Nuestras reglas previas a Internet no permiten a nuestros estados miembros gravar a las empresas digitales que operan en Europa cuando tienen poca o ninguna presencia física aquí», dijo en Cnbc Pierre Moscovici, comisionado de impuestos de la UE.
Los esfuerzos europeos para obligar a las grandes empresas a pagar la cantidad correcta de impuestos no son nuevos. Amazon, por ejemplo, que tiene su sede en Luxemburgo pero opera en diferentes compañías europeas, se encontró que se beneficiaba de acuerdos fiscales especiales. El año pasado, la Comisión Europea ordenó a Luxemburgo recuperar 250 millones de euros (US$306,98 millones) en beneficios fiscales «ilegales» de Amazon.
De acuerdo con las nuevas reglas propuestas, Amazon dejará de cobrar impuestos en Luxemburgo por tener su sede central allí, pero tendrá que pagar impuestos en cada país donde los consumidores lo estén usando.
Una empresa digital tributará cuando cumpla uno de los siguientes criterios: sus ingresos anuales en Europa superan un umbral de 7 millones de euros (US$8,6 millones); tiene más de 100,000 usuarios en un año contributivo; o se crean más de 3.000 contratos comerciales para servicios digitales entre la empresa y los usuarios comerciales en un año contributivo.
Los planes de la Comisión Europea también incluyen una medida fiscal interina que pretende evitar que los países tomen medidas unilaterales, creando distorsiones en el mercado europeo, hasta que se aplique la solución a largo plazo. Esta medida temporal gravaría los ingresos provenientes de la venta de espacios publicitarios en línea; de actividades intermediarias digitales que permiten a los usuarios interactuar con otros usuarios; y de la venta de datos generados a partir de información proporcionada por el usuario.
Este impuesto provisional se aplicaría a las empresas con ingresos globales anuales de más de 750 millones de euros (US$920,94 millones) y los ingresos de la UE de más de 50 millones de euros. Esto es para asegurar que las compañías digitales más pequeñas no sean retenidas.
Según la Comisión Europea, si los Estados miembros implementan un impuesto digital del 3 por ciento, podrían generar unos 5.000 millones de euros en ingresos por año.
Imagen: Eleconomista.es