Walter Sciutto, country manager del Grupo Energía Bogotá (GEB) en Perú, indicó que el denominado gasoducto costero que conectará la concesión del gas de Ica (Contugas) con Mollendo e Ilo, estaría listo en dos años.
Todo esto en medio de la coyuntura que ha generado la escasez de lluvias y de nuevos proyectos de generación en Perú y que ponen a prueba la confiabilidad del sistema eléctrico en el sur del país Inca: lo que alertaría una posible crisis a partir de 2026.
Para evitarla, expertos aconsejan llevar lo antes posible el gas natural hacia las centrales térmicas del nodo energético del sur (Samay e Ilo).
“Quienes hablan de barcos de regasificación no conocen en detalle el tema. Es imposible abastecer por barco una central térmica de las características (de Samay e Ilo). Lo más eficiente, rápido y económico es el gasoducto por la costa”, manifestó Sciutto.
Y agregó que “hablamos de un ducto de una longitud de 630 kilómetros, que conectará Marcona (Ica) con Mollendo (Arequipa) e Ilo (Moquegua), y que no superará los 1.000 metros sobre el nivel del mar. No se trata de un diseño complejo y se puede hacer rápidamente”.
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Además, precisó que este gasoducto es una obra que se puede construir en 18 meses y en 24 meses se podría tener el gasoducto costero completamente listo. “Si hay voluntad del gobierno, puede estar listo en ese tiempo”, destacó el empresario.
Aseguró que la obra tiene el potencial de extenderse hacia Arequipa, Moquegua y Tacna, con ramales más pequeños que interconectarán todo el sur del país con redes de gas, eliminando el transporte virtual (en camionetas cisterna).
La necesidad del gasoducto en Perú, según el Grupo Energía Bogotá
Para el CEO del Grupo Energía Bogotá en Perú, hay una urgencia para empezar a construir el gasoducto. “La razón la estamos viendo ahora. Cada vez que hay escasez de agua o se detiene una central térmica grande, las centrales del nodo (que operan a diésel) están entrando a operar por necesidad del sistema”.
De acuerdo con Walter Sciutto, lo anterior es una alerta de que para el 2026 o 2027 estas centrales van a necesitar despachar todos los días.
“Si eso sucede y no se conectan al gas, el precio spot de la energía se disparará arriba de los US$150 o US$180 por MWh, lo que podría hacer inviable al sistema eléctrico”, argumentó.
Además, el vocero del Grupo Energía Bogotá expuso que este gasoducto no excluye al gasoducto andino o SIT-Gas, que conectará a Cusco con Mollendo e Ilo (siguiendo un recorrido parecido al del fenecido gasoducto sur peruano, cruzando sierra y selva).
“No lo excluye. Solo nos da ventaja de llegar más rápido al sur porque trata de una inversión mucho menor. Estamos hablando de US$1.200 millones (frente a los US$4.500 millones del SIT-Gas)”, apuntó Sciutto.
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Añadió que “el Estado peruano podría dar este primer paso y, posteriormente, puede construir el gasoducto por la sierra, si el día de mañana lo que quiere hacer y existen los recursos para ello. Y no necesitará correr, mientras se destraba el proceso judicial (con el consorcio de Odebrecht) y se reencamina la licitación”.
Adicionalmente, aseguró que reemplazará el gasoducto virtual en el sur, que no está masificando el gas natural.
Relató que “cuando se habla de masificación definitivamente se necesitan desarrollar redes de ductos. Y la única forma de poder absorber esa inversión es generando demanda”.
“Si no es así, los recursos financieros los tendrá que poner el Estado, a través de Fise o de Punche Perú, como lo estamos viendo hoy, lo cual no está mal para acelerar el proceso, pero no es sostenible en el tiempo”, concluyó Walter Sciutto, country manager del Grupo Energía Bogotá (GEB) en Perú.