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Después de recorrer un camino marcado por 26 trabajos y emprendimientos, Wilson Arango se ha consolidado como el CEO de Grupo Belisario, una de las marcas más importantes de la industria del entretenimiento en Medellín.
Su historia comenzó en la tienda de su padre, donde vendía verduras y realizaba otros oficios, como hacer chances, experiencias que le permitieron desarrollar habilidades clave para los negocios. A lo largo de los años, esas primeras lecciones se convirtieron en la base de su mentalidad empresarial.
El éxito de Arango está cimentado en un decálogo de frases que escuchaba a diario de su abuela, consejos que convirtieron en su guía de vida. “Son 10 frases que he aplicado en la construcción de mi proyecto. Se resumen en rodearse de personas que inspiren y aporten crecimiento y recordar que siempre hay algo que aprender de los demás. No se trata de sentirse superior a otros empresarios, sino de entender que el aprendizaje es constante. Esa es la clave del éxito de Belisario”, afirmó Arango.
Hoy, al frente de Grupo Belisario, su filosofía sigue marcando el rumbo de una empresa que transforma la escena del entretenimiento en Medellín.
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La primera gran lección de relacionamiento que Wilson Arango recibió llegó de su abuela: “Dime con quién andas y te diré quién eres”. Desde entonces, comprendió que uno termina siendo el reflejo de las cinco personas con las que más se rodea. La clave estaba en elegir bien con quién invertir el tiempo y construir relaciones que impulsaran su crecimiento.
A lo largo de su camino, hubo otras frases que resonaron en su vida y que, más que refranes populares, se convirtieron en pilares de su mentalidad empresarial.
Su trayectoria estuvo marcada por 26 trabajos y emprendimientos. Relata que algunos le daban estabilidad económica, pero no personal, y otros, satisfacción, pero no ingresos. Sin embargo, cada experiencia le dejó una enseñanza invaluable.
Vendió frutas con su padre, trabajó como chancero, montó un exitoso negocio de tintos en el centro de Medellín que terminó vendiendo, comercializó arepas rellenas, perros calientes y hamburguesas. Más adelante, su espíritu emprendedor lo llevó a Londres, donde vendió trajes de sastre, aprendió inglés y se convirtió en un experto en ropa de lujo.
De regreso en Colombia, fundó Chupitos, un negocio que le brindaba estabilidad financiera, pero no plenitud. Decidió venderlo y buscar un proyecto que le permitiera crear experiencias memorables para las personas. Fue así como, junto a otros visionarios, dio forma a lo que hoy es Grupo Belisario, una marca que transformó el entretenimiento en Provenza.
“Trabajar con honestidad, lealtad y gratitud, y no quedarse esperando las oportunidades, es mi premisa de vida. Si me hubiera quedado en la cama sin buscar alternativas, sin hacer lo imposible por salir del país y aprender, hoy no sería quien soy ni Belisario sería lo que es”, afirma Wilson Arango, CEO de Grupo Belisario.
El camino no fue fácil. Wilson cayó, tropezó, perdió dinero, fracasó y lo intentó una y otra vez hasta encontrar el equilibrio entre pasión, vida personal y éxito financiero.