En Colombia, el 37,3 % de los hogares y el 55 % de las empresas que mantienen una carga financiera alta recurren al crédito informal, como el gota a gota, cuando necesitan financiamiento a pesar de que las tasas de interés pueden superar el 600 %, según la encuesta de endeudamiento realizada por ANIF y Colombia Fintech.
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Una carga financiera se considera alta cuando se destina más del 30 % de los ingresos al pago de la deuda. En esta categoría se ubican el 33,9 % de los hogares y el 14,5 % de las empresas.
Paradójicamente, el sondeo mostró también que quienes acceden al mercado informal son, en su mayoría, los más vulnerables. El 80 % de los hogares con alta carga financiera que acceden a crédito informal tienen ingresos entre 1-2 salarios mínimos y, en el caso de las empresas, son las micro y de subsistencia las que en mayor medida se financian con esos medios (91 %).
“Las entidades bancarias son el principal prestamista tanto para hogares como empresas, sin importar el nivel de ingresos. La preocupación surge a medida que disminuye el nivel de ingresos, pues las fuentes de financiamiento informal cobran mayor importancia en la composición del stock de deuda”, reveló el ejercicio.
Es así que, para los hogares con mayores ingresos, como lo son aquellos que ganan más de tres salarios mínimos, la deuda con prestamistas informales no alcanza a llegar al 10 % del stock, una cifra que contrasta con el 25 % del stock de la deuda para quienes ganan hasta dos mínimos y con el 38 % para quienes no reciben ni el mínimo.
En el caso de las empresas, el comportamiento es similar. Si bien los bancos representan la mayor proporción del stock de deuda, para las empresas de subsistencia y las microempresas, las cuales componen la mayoría del sector empresarial del país, la deuda informal representa el 36 % y el 26 % del stock, respectivamente.
Uno de los mayores problemas de los créditos informales es que las tasas de interés son hasta 30 veces más altas que las que ofrecen los establecimientos de crédito formales. En el caso de los hogares, el gota a gota tiene tasas de endeudamiento anuales del 382,2 % y para las empresas llegan al 666,5 %.
“Teniendo en cuenta que los hogares con menores ingresos son quienes acceden mayoritariamente a esta fuente de financiamiento, encontramos un problema estructural en el que agentes más pobres son altamente vulnerables a recurrir a estas fuentes”, subrayó el informe.
La discusión en torno a la tasa de usura
En su informe semanal, el centro de investigación económica ANIF argumentó que los techos impuestos por la tasa de interés máxima regulatoria, más conocida como usura, desincentivan la oferta del crédito.
“Los topes a las tasas de interés, concebidos inicialmente para proteger al consumidor, actualmente funcionan como un mecanismo de control de precios que limita la capacidad del crédito formal para atender a la mayoría de la demanda, conformada en su mayor parte por los sectores más vulnerables. Como consecuencia, esto genera un desplazamiento hacia fuentes de financiamiento alternativas”, explicó el centro.
De hecho, tan solo el 35 % de la población adulta en Colombia tiene acceso a productos de crédito. Además de las barreras regulatorias mencionadas, el ejercicio muestra que la informalidad laboral y las asimetrías de información impiden que las personas ingresen al sistema financiero.
El centro de pensamiento aseguró que la encuesta realizada reafirma que la exclusión financiera afecta principalmente a los más vulnerables y las empresas de menor capacidad. “Por tal razón, es indispensable discutir, entre otros factores de la exclusión, la poca flexibilidad de las tasas de interés”, sugirió.
“La falta de acceso al sistema financiero formal es cubierta por fuentes de financiamiento que pueden ser perjudiciales, ya que involucran cobros excesivos y condiciones riesgosas, algunas de las cuales colindan con actividades ilegales”, concluyo ANIF.