El director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Alexander López Maya, en la COP16 en Cali, hizo un llamado a la acción inmediata para generar soluciones financieras innovadoras para poder movilizar recursos suficientes hacia la acción contra el cambio climático y en pro de la biodiversidad.
Durante su presentación, López Maya expuso la necesidad de impulsar transformaciones de fondo que sustenten el tránsito hacia una economía productiva, basada en el respeto a la naturaleza, dejando atrás la “dependencia exclusiva del modelo extractivista” para superar la crisis ambiental global que pone en riesgo la vida humana.
“No tenemos más tiempo, hay que actuar ahora para salvar la vida. Nos encontramos en un momento decisivo para el futuro de nuestro planeta, donde el cambio climático y la pérdida de biodiversidad con desafíos que trascienden fronteras y generaciones, exigiendo soluciones integradas y urgentes. En la COP16 de Colombia, nuestro país levanta su voz y brinda el ejemplo para inspirar a todas las naciones a acelerar las transformaciones que el planeta necesita. Es el momento de tomar decisiones audaces y efectivas que nos permitan enfrentar estos desafíos», afirmó López.
Por esto, manifestó que la meta del Gobierno de Colombia es asegurar la continuidad de inversiones necesarias para un nuevo modelo de desarrollo que garantice el buen vivir.
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¿Qué dicen las empresas en Colombia ante el llamado del DNP para el cambio climático?
El presidente del Consejo Gremial y presidente de la ANDI, Bruce Mac Master, aseguró que los llamados del DNP son razonables, en el sentido en el que son las acciones “que todo colombiano haría” buscando soluciones contra el cambio climático.
Sin embargo, Mac Master indicó que es necesario que el Departamento haga parte de esos procesos e iniciativas en pro de la innovación. “Colombia no tiene, como porcentaje del PIB, indicadores buenos en términos del tamaño de la inversión que se hace en innovación, en ciencia y tecnología. Nosotros invertimos cerca del 0,5 % del Producto Interno Bruto, pero deberíamos estar llegando al 2 %”.
Para el líder gremial, cuando se sacan y se entienden las diferencias de dónde están los comparativos -que ponen tan lejos a Colombia de los promedios ideales- se puede evidenciar que el Gobierno Nacional es un bajo inversionista en innovación y tecnología.
“Esto debe ser un trabajo conjunto. La mayoría de los países que han tenido grandes avances es porque han contado con apoyos estatales importantes en términos de ciencia y tecnología”, precisó Bruce Mac Master.
Alertó que “en la presentación del Presupuesto General de la Nación hubo una reducción de cerca de un tercio en los recursos para el Ministerio de Ciencia y Tecnología: es una cifra que bajó de $1 billón a cerca de $300.000 millones o $400.000 millones. Colombia tiene que hacer es un esfuerzo, desde las empresas creemos que hay que hacerlo, pero es un trabajo que debe ser en conjunto”.
Adicionalmente, el presidente del Consejo Gremial señaló que en muchos países la inversión en innovación, ciencia y tecnología están acompañadas de incentivos tributarios, lo que lleva a que las empresas entreguen buenos resultados en esta materia.
“Es importante que también podamos contar con ello. Es un ejercicio para nosotros siempre bienvenido”, expuso Mac Master.
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Lo que pide el DNP de Colombia en innovación para el cambio climático
Según el Departamento Nacional de Planeación (DNP), a pesar de una creciente conciencia global sobre el cambio climático, la brecha de financiamiento para enfrentar estos desafíos se ha ampliado ante la falta de determinación; por lo que hoy se requiere movilizar casi diez veces más recursos anuales para los países en desarrollo.
El DNP aseguró que se requiere impulsar el acceso al financiamiento verde y hacer cambios en el sector financiero para que tomen en cuenta esta realidad global.
Esto es, especialmente relevante para países como el nuestro que enfrentan grandes restricciones fiscales. Por esto, es necesario impulsar mecanismos como el canje de deuda por naturaleza, una herramienta innovadora que permitiría canalizar recursos hacia proyectos verdes y una transformación productiva sostenible.
“Desde nuestro Gobierno consideramos que un mecanismo clave para lograr cerrar la brecha de financiamiento para la gestión de la biodiversidad y el clima es el canje de deuda por naturaleza, un instrumento innovador que permite abordar estas necesidades y suavizar los desafíos de la deuda. Este instrumento no solo reduce la presión fiscal, sino que también canaliza fondos hacia proyectos que preservan nuestros ecosistemas estratégicos y fomentan alternativas productivas de bioeconomía, generando beneficios tangibles para las comunidades locales»,
En ese mismo sentido, el director también planteó la necesidad de flexibilizar las reglas fiscales para permitir darle un carácter especial a las inversiones verdes, “dado no solo su aporte a largo plazo a la sostenibilidad ambiental, sino a la fiscal por el impacto económico que traerá el cambio climático y la pérdida de biodiversidad sobre la economía”.
“Los proyectos de acción climática y biodiversidad no solo generan beneficios ambientales y sociales, sino que al final también contribuyen a la estabilidad fiscal y macroeconómica ante las crisis en curso. Hay que permitirles a los gobiernos aumentar su margen para financiar iniciativas verdes siempre bajo el principio de fortalecer la estabilidad económica», explicó el director.
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El Ministerio de Hacienda ha calculado que, al menos, un 48 % del PIB de Colombia depende de manera importante de la naturaleza, y que podemos estar perdiendo un 0,48% del PIB nacional anualmente por los efectos del cambio climático.
Otra de las alternativas que se quiere impulsar son los bonos verdes, para lo cual es fundamental aumentar la capacidad para formular proyectos bancables o financiables, tanto públicos como privados, en los territorios que cuentan con la biodiversidad o recursos naturales para el desarrollo de iniciativas asociadas con la bioeconomía.
Según el funcionario, hay que redirigir la inversión hacia las regiones de mayor biodiversidad y potencial, así como a las comunidades de estos territorios para que los beneficios de la transformación productiva sostenible lleguen a las áreas rurales y regiones más necesitadas y tradicionalmente excluidas.