Este viernes, la Junta Directiva del Banco de la República sesionó con dos nuevos codirectores nombrados por el presidente Gustavo Petro: Laura Moisá y César Giraldo. Sin embargo, en realidad este gobierno ha designado a cuatro de los siete miembros, lo que significa que tiene mayorías en el banco central.
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Como máximo órgano de gobierno del BanRep, la Junta Directiva es responsable de la regulación monetaria, cambiaria y crediticia, la fijación de la tasa de interés de intervención, la administración de reservas internacionales y la preservación del poder adquisitivo de los colombianos mediante el cálculo de la inflación objetivo.
“Sus decisiones tienen efectos sobre la economía colombiana, impactando directamente variables como la inflación, las tasas de interés y el tipo de cambio. Estos factores influyen tanto en el costo de los créditos como en los precios de productos de consumo de los hogares y la inversión”, explicó ANIF.
La Constitución le permite a la entidad tomar decisiones de forma independiente y autónoma, pero el sistema de pesos y contrapesos institucionales, detallado en la ley, puede verse en riesgo si el Ejecutivo influye de alguna manera motivado por intereses particulares.
¿Cómo terminó Petro nombrando a cuatro directores?
La Junta Directiva del emisor está conformada por siete miembros: el ministro de Hacienda y Crédito Público, quien la preside, el gerente general del Banco y cinco codirectores de dedicación exclusiva nombrados en diferentes momentos por un presidente de la República.
Fuente: ANIF.
Cada mandatario, a mitad de su periodo, puede renovar a dos codirectores o elegir unos nuevos por un plazo de cuatro años. Sin embargo, a finales de 2022, la caída de un nombramiento del gobierno anterior por incumplir la cuota de género le permitió al presidente Petro hacer una designación extraordinaria.
En septiembre de 2021, Duque nombró a Alberto Carrasquilla en reemplazo de Carolina Soto, quien renunció tras la oficialización de la candidatura de su esposo, Alejandro Gaviria, a la Presidencia de la República para 2022. Un año más tarde, el Consejo de Estado anuló la decisión porque más del 70 % de los codirectores eran hombres. Así llegó al emisor la economista Olga Lucía Acosta.
Ajustes a las tasas de interés
Los analistas anticipan que se podría a ver una división de dos bloques en las decisiones de la Junta Directiva del Banco de la República, principalmente en lo referente a la definición de la tasa de interés de intervención, hoy en el 9,5 %.
Por un lado, estarían los tres codirectores más nuevos con el ministro de Hacienda a favor de relajar la política monetaria en pro de la reactivación económica; por otro, los miembros más antiguos se quedarían del lado del gerente del banco, Leonardo Villar, quien ha mostrado una posición cautelosa.
El año pasado, en cinco de las ocho juntas en las que se tomaron decisiones de tasas el acuerdo de cinco codirectores terminó por definir la magnitud de los recortes, así que las mayorías son claves.
Pero, la distribución podría llegar con sorpresas. En primer lugar, existen dudas respecto a la posición que tome Acosta, pues hasta el momento se ha mostrado independiente del ministro. En segundo lugar, aunque los economistas ven una afinidad de los nuevos codirectores con el modelo económico de Guevara, la Junta siempre ha mostrado rigurosidad técnica y ella la ha caracterizado en el pasado.
Emisión de dinero y aprobación de créditos
Aunque las decisiones ordinarias que toma la Junta Directiva requieren el voto favorable de al menos cuatro miembros y un quórum mínimo de cinco miembros (como las tasas y la compra y venta de dólares), otras resoluciones exigen unanimidad.
Tal es el caso de la aprobación de créditos a favor del Estado, dado que el banco central es prestamista de última instancia, y la emisión primaria de moneda legal en efectivo cuando no está respaldada en títulos de deuda.
“La oferta monetaria corresponde a las necesidades de liquidez que va requiriendo la economía sobre la base de transacciones productivas de los bancos comerciales con el Banco de la República, que tiene la facultad de regular la moneda, y coordinadas con el Gobierno Nacional”, explicó el profesor de la Universidad del Rosario Henry Amorocho.
El presidente Gustavo Petro ha manifestado en el pasado su interés en cubrir las necesidades de ingresos de Estado con emisión de dinero para fines como la reparación de las víctimas del conflicto y la subvención de los hogares más golpeados económicamente por la pandemia del Covid-19.
Sin embargo, los analistas ven improbable que las mayorías del Gobierno lleven al Banco de la República a esta discusión, no solo porque para hacer cambios en la emisión todos deben estar de acuerdo, sino porque es una opción que no se toma hace más de tres décadas.
“No se puede imprimir dinero sin que haya correlación con la economía o se puede generar hiperinflación como en Venezuela. El Banco de la República expande o contrae la oferta monetaria para mover las tasas de interés y la inflación, pero con los activos y pasivos que tiene”, dijo Mauricio Salazar, director del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana.
En ello coincidió Amorocho: “no hay posibilidad de una emisión primaria producto de simplemente encender las máquinas para financiar transacciones pues esta se da por situaciones reales del mercado, en línea con la oferta y la demanda a partir de la dinámica de los sectores”.
