El gobierno ecuatoriano está siguiendo los pasos de Estados Unidos (EE. UU.) e impondría también medidas arancelarias contra México.
Así lo anunció este lunes el presidente, Daniel Noboa, quien afirmó que el país aplicará un arancel del 27 % a los productos mexicanos, con el objetivo de promover un trato justo para las empresas de su país.
“Ratificamos nuestra postura de firmar un Tratado de Libre Comercio con México. Pero, hasta que eso suceda y sea una realidad, vamos a aplicar un arancel del 27 % a los productos que importamos. El Nuevo Ecuador siempre ha estado abierto a la integración comercial, pero no cuando hay abuso”, escribió Noboa en X.
El anuncio se produce en medio de la llegada del nuevo presidente de EE. UU., Donald Trump y sus anuncios sobre incrementos arancelarios a México, Canadá y China.
Aunque las medidas estadounidenses -que contemplaban un arancel de 25 % para México- iban a quedar impuestas desde el fin de semana, en una conversación entre la presidenta del país latinoamericano, Claudia Sheinbaum, y Trump se logró extender el plazo por un mes más. Esto, a cambio de trabajar en el reforzamiento de las fronteras y las políticas migratorias.
¿Por qué Ecuador quiere imponer aranceles a México?
Sobre la decisión del presidente ecuatoriano cabe mencionar que no es un tema aislado y que, de hecho, en el pasado ya se había hablado sobre las que este gobierno consideraba como inconsistencias en los temas comerciales.
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“Ecuador había intentado desde el gobierno anterior negociar un acuerdo comercial con México, un paso necesario para integrar el bloque de la Alianza del Pacífico, sin que llegaran a un acercamiento final”, escribió AP.
Las negociaciones avanzaron casi 100 %, aunque quedaron suspendidas por decisión de la administración del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sumado a lo anterior, es importante mencionar que las relaciones entre ambos países se rompieron el año pasado luego de la incursión de la policía ecuatoriana en la embajada mexicana en Quito para detener al exvicepresidente Jorge Glas, quien se había refugiado allí para eludir a la justicia por un caso de corrupción.
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