El gerente de la vía Bogotá – Villavicencio, Ricardo Postarini, le reveló a Valora Analitik detalles de lo que viene para este importante corredor, que conecta al centro del país con los Llanos Orientales.
En diálogo con este medio, el ingeniero aseguró que hay temas complejos que se deben resolver en la autopista, al tiempo que defendió el valor que se cobra en los tres peajes que hacen parte de la misma.
En su concepto, las obras que se han hecho por $5 billones han permitido tener una vía en óptimas condiciones, pero que ha sufrido por inclemencias del clima y otros fenómenos adversos.
“La gente se queja por los peajes, pero son 85 km de vía, donde se tienen alrededor de 30 kilómetros de túneles y otros 30 km de puentes. Al tratarse de una cordillera joven, se necesita que se haga túnel – puente – túnel – puente, etc.”, dijo el empresario.
Y añadió: “Hacer una vía a cielo abierto, sin túneles ni puentes, es mucho más económico. Pero esta vía toca hacerla así y lo que se vaya a hacer en el futuro también tiene que ser de la misma manera. La gente debe entender que es un mayor costo”.
¿Qué pasará con el viaducto del kilómetro 58 de la vía Bogotá – Villavicencio?
El gerente de la concesionaria Coviandina también se refirió a la construcción de un viaducto que viene ejecutando el Instituto Nacional de Vías (Invías) en el sector del kilómetro 58.
Se trata de una obra que debía haber culminado a mediados del año pasado, pero solo quedaría lista en diciembre próximo.
Eso sí, hay un problema mayor y es que esta no tendría las especificaciones necesarias de acuerdo con los demás puntos del corredor, que fue construido por Coviandes inicialmente y ahora por Coviandina.
Así lo explica Postarini: “El contratista se lo entregará al Invías, el Invías posiblemente se lo entregará a la ANI (Agencia Nacional de Infraestructura) y la ANI nos lo puede llegar a entregar a nosotros”.
Sin embargo, en su concepto, la estructura se construyó tomando normas de una vía secundaria, aun cuando la conexión Bogotá – Villavicencio es primaria.
“Todo lo que construimos tiene una velocidad de 80 km/h de diseño. Pero el puente va a quedar con una velocidad de 40 km/h, que es de una vía secundaria (…). No entendemos por qué se pasa a una vía secundaria o si es que consideran que la vía Villavicencio – Bogotá es secundaria”, dijo.
Sin recursos del Estado para operar y mantener el viaducto
Como si esto fuera poco, señaló que, si bien el concesionario podría recibir y operarlo, necesitaría de recursos adicionales para hacerle atención y mantenimiento.
El problema es que el contrato que firmó Coviandina -que hace parte de Corficolombiana y Grupo Aval- con la ANI se hizo por medio de la figura de iniciativa privada.
Y este tipo de megaproyectos solo pueden financiarse con el recaudo de peajes y no con dineros del Presupuesto.
En ese sentido, el gerente de la concesión señaló: “Lo que la ANI indica es que no podemos recibir recursos del Estado, entonces no hay manera de cómo nos puedan pagar la operación y mantenimiento de ese puente”.
Puente Chirajara completará un año sin poderse usar y así seguirá
De otro lado, el gerente de la vía Bogotá – Villavicencio señaló que el puente Chirajara está a punto de completar un año de haberse terminado, pero, desde entonces, no se ha podido usar. Y aún no hay pistas de cuándo podría quedar operativo para los usuarios del corredor.
Si bien la obra de infraestructura ya está al 100 % y fue recibida por la ANI, esta sigue inactiva, ya que hay un túnel justo después de pasar el viaducto que fue afectado por la emergencia que se presentó hace unos años en el sector del km 58.
Por esta situación, los empresarios y el Gobierno se fueron a un tribunal de arbitramento para definir quién era el responsable de hacer las reparaciones y las inversiones. El laudo le dio la razón a Corficolombiana y la ANI quedó con estas responsabilidades.
De allí que el ingeniero señale que la entidad “debe tomar la iniciativa para reparar el túnel 13 y hacer la conexión con el túnel 12, y poner toda esa parte en operación, porque son cerca de 5 o 6 km que están inoperantes y un puente que ya va a cumplir un año de terminado”.
A pesar de lo anterior, ejecutar los trabajos pendientes tomará un buen tiempo, por lo cual aún es difícil saber cuándo se podrá usar el Chirajara, que mejoraría la conexión entre la capital y los Llanos.
En contraste, lo que Postarini sí espera dejar listo antes de que termine el año o a inicios del 2025 es un puente en el sector de Naranjal, que se vio golpeado por una avalancha de julio de 2023, en la que también fallecieron 14 personas y decenas quedaron heridas.
La idea es acelerar los trabajos para que este tramo se pueda operar con normalidad en la temporada de Navidad: “Eso aliviaría también mucho la conectividad”, afirmó.
Lo que viene para el túnel de Quebrada Blanca
A pesar de esta buena noticia, el gerente de Coviandina reconoció que en la vía Bogotá – Villavicencio hay una cantidad de kilómetros cerrados por eventos de la naturaleza y la mayor parte de estos corresponden a tramos que fueron construidos por el Invías.
Por lo pronto, confirmó que la ANI está buscando recursos para adelantar algunas de estas intervenciones, que incluyen proteger laderas y realizar trabajos en puentes.
Al tiempo, señaló que están pendientes de que el Instituto Nacional de Vías termine las obras en cercanías al túnel de Quebrada Blanca.
Sobre este último, es importante recordar que allí se presentó un fuerte incendio a finales del año pasado, debido a un accidente por un camión cisterna, que implicó el cierre del corredor durante semanas.
Y aunque la concesión ya dejó lista la estructura interna y en la zona hay paso a un carril, esta todavía no se puede usar al 100 % por un deslizamiento que se presentó 300 metros más adelante.
“Hoy en día, ya se hicieron una serie de protecciones preliminares que permitieron dar paso por el túnel”, dijo el empresario.
Y cerró diciendo que lo que sigue de ahí en adelante es que se terminen las otras intervenciones a cargo del Invías, “de tal modo para que quede todo el mundo tranquilo”.
