El gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, destacó este miércoles los resultados de la inflación que empezaron a reducirse desde la última medición en mayo, y habló de los factores que han causado su persistencia y, en consecuencia, las acciones de la entidad en esta materia.
Según el gerente, a pesar de que la demanda ya se esta ajustando a la baja y que los problemas de abastecimiento de alimentos se empiezan a resolver, hay dos razones que han hecho particularmente difícil la tarea del Banco.
En primer lugar, las altas tasas de inflación en 2021 y 2022 desencadenaron mecanismo de indexación que hacen que la inflación sea más persistente.
“Estos mecanismos son considerablemente más fuertes en Colombia que en otros países. Posiblemente como una herencia perversa de haber tenido nuestro país niveles de inflación relativamente estables, pero de dos dígitos cerca de tres décadas a finales del siglo pasado”, aseguró.
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Entre esos mecanismos se incluye el ajuste anual del salario mínimo que en los dos últimos años ha sido “considerablemente” más alto que la inflación observada. Se incluyen también los mecanismos de ajuste de muchos servicios públicos.
“Todos estos mecanismos de indexación pueden tener sus justificaciones particulares, pero reducen la efectividad de una meta de inflación prospectiva y probablemente obliguen a una política monetaria más restrictiva de la que se hubiera requerido”, agregó el líder del Banco de la República.
Aun así, manifestó que los modelos del equipo técnico del banco sugieren que la inflación básica empezará a reducirse en los próximos meses en respuesta a la materia restrictiva que hemos alcanzado.
La tasa de cambio y la inflación
El segundo factor que ha contribuido a la persistencia de la inflación en el caso colombiano, como aseguró Villar, es la depreciación del peso.
“Ciertamente la tasa de cambio ha tenido un fuerte ajuste a la baja en las últimas semanas, que seguramente contribuirá a hacer más fluido el proceso de reducción de la inflación. Sin embargo, aún con ese ajuste, la comparación con otros países de la región deja al peso colombiano como una de las monedas que más se han depreciado en los dos últimos años”, puntualizó el gerente del Banco de la República.
Con cifras a viernes pasado la tasa de cambio estaba más baja que en enero, pero pese a una apreciación del peso de 13 % en lo corrido del año, l depreciación en los últimos 12 meses se acercaba a 9 % y en los dos últimos años superaba el 16 %.
Esta última cifra contrasta con apreciaciones nominales en dos años de las monedas de Brasil, México, Perú, Costa Rica y Uruguay. En el caso de Chile, se observa una depreciación de 9,6 % en los últimos dos años, que sigue siendo inferior a la de Colombia.
“Con el proceso de ajuste de la tasa de cambio que hemos observado, en las últimas semanas disminuyen las presiones inflacionarias y aumentan las probabilidades de avanzar en el proceso de convergencia hacia la meta de 3 % para finales de 2024”, finalizó.
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