Astrid Álvarez, presidente del Grupo Energía Bogotá (GEB), analizó hoy el balance del holding correspondiente al primer trimestre de 2020, periodo en el que se alcanzaron ingresos consolidados por $1,3 billones y una utilidad neta favorable, llegando a $638.138 millones, con un aumento del 39% frente a igual periodo de 2019, todo ello en el marco de la emergencia por Covid-19.
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Álvarez resaltó que, ante la coyuntura, el GEB ha garantizado el trabajo de más de 2.300 colaboradores en los diferentes mercados donde opera: Colombia, Perú, Brasil y Guatemala, así como el apoyo a poblaciones y comunidades vulnerables ante la pandemia.
El GEB valoró el buen desempeño del trimestre principalmente por el resultado de los mayores ingresos de las compañías Cálidda en Perú; a TGI, la principal transportadora de gas natural en Colombia; a su negocio de transmisión y a la distribución de electricidad del Grupo Dunas, que incluye a Electro Dunas, Cantalloc y Perú Power.
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Además, en el primer trimestre del año se oficializó la adquisición de Argo Energía en Brasil, operación que se realizó de manera conjunta con la española Red Eléctrica internacional.
“Esto es el resultado de una estrategia coherente y estable en los últimos cuatro años como una de las compañías más sólidas en el sector energético en América Latina”, mencionó Álvarez.
Ante la situación actual, el GEB creó un comité de crisis que se reúne cada semana y ha incorporado matrices e indicadores de riesgo para afrontar la coyuntura.
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Adicionalmente, posterior al trimestre, el GEB accedió a créditos de tesorería por $403.854 millones en abril y, pese a la actualidad, anticipó el pago de la primera cuota dividendos de junio a mayo por $642.682 millones.
En este sentido, la operación de tesorería, la cual se prepagaría con una nueva emisión de bonos de deuda pública interna, hasta por $1,3 billones, se encuentra en proceso de estructuración.
Así mismo, materializó una exitosa emisión de bonos internacionales por US$400 millones a 10 años con una tasa del 5,0%, sobredemandada más de 11 veces bajo 290 órdenes de inversionistas de diferentes países.
“Se han activado todas las líneas de crédito de corto plazo, lo que dará solidez a todo lo que estamos realizando”, explicó Felipe Castilla, vicepresidente Financiero del GEB.
En cuanto a otros temas, sobre la oferta pública de adquisición (OPA) de Vanti, se explicó que esta es una inversión estratégica y no se está considerando ninguna decisión al respecto.
Capex 2020-2024
Ante la emergencia por Covid-19, el GEB ha planteado diversos escenarios para afrontar lo que vendrá el resto del año.
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Para ello, ha previsto que habrá un impacto en caja durante el periodo en mora y posterior recuperación bajo financiamiento de mediano plazo. Esto teniendo en cuenta las medidas de los gobiernos en los mercados donde opera, tendientes a aminorar el impacto de la actual crisis, pero con posibles afectaciones sobre los ingresos de las compañías del sector de energía.
En cuanto al Capex, se explicó que se presentará reducción en márgenes de inversión de capital de 2020, dados los nuevos cronogramas de ejecución y en consecuencia como impacto en la recepción de ingresos. No obstante, las inversiones contempladas entre 2020 y 2024 suman US$2.325 millones, cifra que podrá diferirse ante el Covid-19.
Así, se proyecta que el desplazamiento de inversiones en las filiales controladas para 2020 oscilará entre un 30% y 40% en relación con lo planeado, algo que se concentraría en los próximos dos años. No obstante, el GEB proyecta ejecutar el Capex desplazado este año en 2021 y en los años subsiguientes, cumpliendo con el cronograma de los proyectos que espera materializar.
Las diferencias de caja generadas por la contracción de la demanda y el incremento en la morosidad, tanto en el GEB como en sus subordinadas, se han venido manejando, obteniendo las diferentes líneas de crédito de corto plazo o anticipando el financiamiento programado, comentado por Castilla, lo que suma US$52,4 millones a tres meses y US$87,7 millones a seis meses.
Más escenarios analizados y supuestos
El GEB también planteó escenarios a tres y seis meses ante la extensión del Covid-19.
En el primero, a tres meses, esperaría que el impacto sobre la demanda de energía y gas caiga un 15%, pero con una recuperación para el último trimestre de 2020 y un efecto en el PIB de Colombia de -4%.
Bajo este supuesto, las provisiones de recaudo de cartera serían aceptables pues se han logrado negociar con éxito contratos con los actores no regulados, así como en distribución y transporte de gas.
En tanto, en el escenario de seis meses, la demanda de energía se deprime hasta fin de año en un 35%, con un descenso en el PIB cercano al -10%.
Los márgenes de provisión de cartera se duplicarían y algunos contratos ‘take or pay’ derivarían en litigios, así como en distribución y transporte de gas.
De este modo, el impacto negativo en utilidad este año se ubicaría entre un 10% y 15% de reducción, aunque el holding ve más la evolución de la situación hacia el pronóstico más favorable.
“Los riesgos de contracción de demanda son los mayores que se están consolidando en el grupo, pero también hay un impacto positivo que tiene que ver con la tasa de cambio, pues muchos de nuestros negocios están indexados en dólares. Vemos más el escenario de tres meses”, agregó Castilla.
Ante ambos panoramas, sin embargo, el GEB cuenta con acceso probado a los mercados financieros nacionales e internacionales, con lo que podría financiarse el plan de Capex y los desfases de capital de trabajo de ser necesario.
Esto también se potenciaría por la optimización de costos y gastos controlables, lo que tendría una disminución entre el 1% y el 12%, así como un desplazamiento de gastos y mantenimientos de proyectos no esenciales.
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