El alcalde Carlos Fernando Galán confirmó en entrevista con Valora Analitik que se viene un plan para acelerar obras del metro de Bogotá, al tiempo que se preparan nuevas intervenciones en toda la ciudad.
De hecho, reveló que, por ahora, toda la capital seguirá en obras, pero agregó que estas se realizarán con celeridad y sin presentar retrasos o sobrecostos.
De igual forma, el mandatario confirmó detalles de lo que le depara a Bogotá en materia de pico y placa, y aseguró que el racionamiento de agua se podría terminar en octubre, si las cifras siguen como van.
¿Cómo va el plan de entrega de obras en Bogotá?
Nosotros llegamos con un mandato de poner orden la ciudad y parte de ese mandato tiene que ver con las obras de Bogotá. Muchas han tenido graves retrasos, graves sobrecostos y la ciudadanía, con razón, está frustrada.
Encontramos más de 78 obras con cerca de 470 frentes abiertos y nos hemos puesto la tarea de revisar cómo podemos agilizarlas, resolver los problemas que tienen y sacarlas adelante.
Eso nos ha permitido avanzar, por ejemplo, en la Avenida Guayacanes para entregarla antes de tiempo. Además, entregamos una vía que hace más de 30 años la gente estaba esperando en el barrio Las Delicias, en Kennedy. La resolvimos y la entregamos.
También hemos avanzado en el metro y lo mencionaré más adelante en detalle, pero ya entregamos uno de los puentes sobre la Avenida 68 y entregamos también el puente sobre la Avenida 26 con Carrera 68.
Igualmente, está la obra que entregamos esta semana (en la Avenida Boyacá, entre calles 170 y 183). Esta es muy particular, porque viene del acuerdo valorización que presentó el alcalde (Gustavo) Petro en su momento, que fue contratada apenas en el 2021 y que recibimos con retrasos.
Yo dije: ‘Agilicemos la obra’ y ya entregamos los cuatro carriles del costado oriental. Esto nos va a permitir resolver parte de la movilidad y conectar la avenida San Antonio -que es la 183-, entre la Avenida Boyacá y la Autopista Norte. Esa última vía está lista hace cuatro años, pero no se utilizaba hasta hoy.
La tarea que le he dado al IDU (Instituto de Desarrollo Urbano) es revisar cada obra, actualizar todo lo que se requiera, exigirles a los contratistas, trabajar con todas las entidades del Distrito y poner orden para que se puedan entregar.
¿Se viene, entonces, más entregas de proyectos y obras?
El mandato es ese, obra por obra, y por eso estamos avanzando en muchas. Hay algunas que tienen retos grandes, pero estamos trabajando para resolverlos y creo que es lo que la ciudadanía está esperando la ciudadanía.
Ahora, también estamos trabajando para que las futuras obras no tengan esos problemas. Esto tiene que ver con la estructuración de los proyectos, la coordinación entre los actores, la vigilancia de los contratistas, etc.
La ciudadanía va a seguir viendo las vías de Bogotá en obra, pero les garantizo que van a verlas moviéndose, porque yo entiendo que la gente se frustra con esto, pero sobre todo se frustra con obras que no se mueven, que están quietas.
Uno de esos casos se presentó en la Troncal de la Avenida 68. ¿Que pasó con esto?
Estamos avanzando, ese proyecto tiene nueve tramos y es la troncal que va a ser la más larga de TransMilenio en Bogotá.
La recibimos con unos atrasos graves, hemos revisado cada uno de los nueve contratos distintos y encontramos que algunos tienen más problemas que otros.
Pero estamos trabajando para que, por ejemplo, el que tiene más una situación más crítica -el tramo seis- resuelva la situación crítica que tiene y se active. Estamos muy cerca de lograr un avance para que se pueda activar ese tramo de la obra, pero en otros hemos avanzado.
Por ejemplo, yo creo que la semana entrante vamos a conectar el puente de la Avenida Suba sobre la Calle 100 y eso nos va a permitir agilizar para que quede completamente terminado en diciembre de este año.
A propósito de obras, ¿cómo va la construcción del metro de Bogotá y los avances en las nuevas líneas?
La línea 1 la encontramos con un avance cercano al 28 % y todavía no se había avanzado en la construcción de columnas dentro de Bogotá.
Pero nosotros ya tenemos un avance importante, tenemos más de 130 soportes del metro construidos y vamos por cerca de 75 columnas construidas con los capiteles. Además, ya empezamos a utilizar vigas lanzadoras, que son las que van a construir el viaducto, las que van a poner las vigas en U.
Eso ya empezó operación y la gente verá no seis, sino ocho vigas lanzadoras, conectando el viaducto. Entonces esa obra se ha agilizado, está en casi 36 % de avance, y va a agilizarse mucho más este año.
El proyecto tenía un pequeño retraso en la Calle 72 con Avenida Caracas, hay que decirlo. Pero hemos trabajado para resolverlo y hoy el contratista tiene en ese frente más de 400 trabajadores, entre los que están en día y noche.
De otro lado, la línea 2, está en proceso de licitación. Se está resolviendo una discusión sobre un conflicto de interés que surgió y que se planteó para poder avanzar.
Esperamos lograr la contratación de esa obra este año y lograr que, en nuestro gobierno, esa obra esté avanzada por encima del 15 % en su etapa de construcción.
¿Y cómo ha avanzado en la línea 3?
Efectivamente, yo he dicho que Bogotá no necesita una línea metro ni dos, sino un sistema metro. En ese sentido, ya llegamos a un acuerdo para avanzar en los estudios de factibilidad de lo que será la tercera línea.
Creemos, pero será parte de lo que definan los estudios, que esa tercera línea debe conectar a Soacha, pero además que conecte el occidente de Bogotá. Es decir, que salga de Soacha y que una las dos primeras líneas del metro.
Creemos que es el camino, por el occidente de Bogotá, y vamos a avanzar en dejar eso listo para que la siguiente administración pueda llegar y avanzar en la contratación de esa tercera línea del Metro.
¿Sería como una línea paralela a las avenidas Boyacá o Cali?
Eso lo definirán los estudios, pero creo que debe ser por el occidente. Tenemos la primera línea del Metro, que sale de Bosa, llega al centro de Bogotá y sigue por la Avenida Caracas hacia el norte hasta la Calle 72.
La segunda línea sale de la Calle 72, coge hasta el occidente hasta la Avenida Cali, luego al norte y llega a Suba.
Entonces, la tercera línea debería ser una que conecte esas dos líneas por el occidente, es lo que pensamos, pero obviamente nosotros estamos comprometidos a que lo que salga de los estudios de factibilidad sea lo que se haga y se prepare para que el siguiente gobierno pueda contratar.
Tenemos la meta de dejar ese proyecto listo con convenio de cofinanciación con la Nación, para que el siguiente gobierno lo pueda contratar.
Hay otros dos proyectos clave para la región, que son los Regiotram. ¿Cómo avanzan?
El Regiotram del occidente de Bogotá ya tiene un compromiso adquirido por la administración anterior, que vamos a cumplir y es garantizar las inversiones para algunas intersecciones dentro de Bogotá y la conexión de ese sistema con lo que será TransMilenio, por ejemplo, en la Avenida 68.
Estamos comprometidos con ese proyecto y estamos trabajando para que lo que corresponde en el Distrito se haga, para que pueda avanzar.
En Regiotram del Norte también creemos que es un proyecto en el cual hay que avanzar y hay que revisar cómo garantizamos los recursos para las intersecciones de ese corredor.
Hay una discusión donde el Gobierno Nacional ha manifestado que tiene el interés de que haya carga en ese corredor.
Nosotros, y entiendo Cundinamarca, consideramos que eso puede afectar el proyecto y su viabilidad, por eso estamos en esa discusión, esperamos superarla rápido y lograr tanto los estudios que permitan garantizar que se hacen bien las intersecciones, para que no se genere una división urbana en Bogotá.
De otro lado, ¿en qué va la reactivación económica desde Bogotá?
El año pasado, Bogotá tuvo un crecimiento precario, similar al de la Nación. En este primer tramo del año, hemos visto un aumento comparado con la Nación y estamos trabajando para que eso se profundice, para que siga ese crecimiento y reactivamos la economía este año.
Hemos hecho varios temas: uno, activar la obra pública, por ejemplo, solamente el IDU ha hecho pagos en obra pública por más de $1,1 billones este año y el metro ha superado creo los $600.000 millones. Además, hemos generado cerca de 15.000 empleos este año.
Otro componente importante del plan de reactivación tiene que ver con la vivienda. En el Plan de Desarrollo contemplamos 75.000 subsidios entre subsidio de vivienda, arrendamiento y mejoramiento, y la meta es que este año logremos avanzar en cerca de 5.200 subsidios de esos.
Otro elemento importante es lo que tiene que ver con formación, tenemos un proyecto que se llama Talento Capital, donde buscamos generar formación para el trabajo y que sea en concordancia con el equipo que tenemos con el sector privado, para poder conectar esa formación para el trabajo con la necesidad que tiene el sector privado.
Un tema adicional que quiero mencionar sobre reactivación económica adicional tiene que ver con que en el Plan de Desarrollo incluimos una fórmula de incentivos tributarios, para garantizar que los micronegocios y microempresas que se formalicen o se creen van a tener una tarifa del ICA progresiva.
Esto aplicará para aquellas que generen ingresos al año menores a alrededor de $1.500 millones y aplicará así: el primer año será de 0 %; el segundo, 20 %; el tercero, 40 %, y así sucesivamente hasta llegar a 100 %.
Creemos que eso va a permitir activar la economía y sobre todo esa economía que genera muchísimo empleo, que es la microempresa.
Hablaba usted también de estructurar mejor las obras a futuro. ¿Cuáles son esas iniciativas que le interesa licitar?
Le menciono algunas: la Avenida Las Villas la queremos sacar adelante. También queremos avanzar en la Calle 13. Eso tiene apenas dos sectores en los que se avanzaba y queremos avanzar en toda la calle 13, que quede contratada y avanzada lo más que se pueda.
Vamos, además de esto, a avanzar en una parte del tramo norte de la ALO. No estoy hablando de la ALO por fuera del borde urbano, sino adentro.
Queremos trabajar en la conexión entre Bosa y Soacha, en el sector de Tibanica, lo que implica conectar la Avenida Ciudad de Cali, que está en construcción en este momento, con Soacha para además conectar el sistema TransMilenio hacia Ciudad Verde.
Esto va a traerle al sistema de transporte público más de 200.000 familias, que, eventualmente, pueden conectarse con Bogotá a través de este sector.
Son algunas de las obras que estamos contemplando nuevas, pero también yo entiendo que la ciudadanía está muy expectante de que esta ciudad termine una cantidad de promesas que se han hecho y que no se han terminado.
Otra cosa importantes que quiero mencionar: queremos avanzar en la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Canoas, que es tal vez el proyecto ambiental más importante de Colombia y la región.
Es un proyecto que va a garantizar que se manejen de manera adecuada las aguas residuales del 70 % de Bogotá, que hoy no se manejan, y el 100 % de Soacha.
Es una promesa de más de 20 años y estamos avanzando para lograr, ojalá, que las discusiones que ha habido alrededor del proyecto se superen este mismo año y podamos avanzar en la contratación de esa obra. Yo creo que puede estar por los US$2.000 millones en su integralidad y es uno de los proyectos prioritarios que queremos salga adelante.
Con todas estas ideas, ¿cómo está el endeudamiento de la ciudad?
Nosotros encontramos una ciudad con un nivel de endeudamiento que no había tenido antes en otros periodos.
Nos hemos puesto a la tarea de revisar cómo podemos, con un nivel de flexibilidad menor que han tenido otros gobiernos, aprovechar el crédito para poder financiar grandes obras.
Esto nos ha permitido tener una proyección de recaudo para este año de $15,2 billones, lo que es un aumento de más de $1 billón comparado con el recaudo del año pasado a la fecha.
Al 30 de junio, teníamos cerca de $9,4 billones recaudados, entonces vamos por encima del 62 % del recaudo proyectado.
La proyección de deuda para nuestro Plan de Desarrollo es tener un cupo de alrededor de $8,2 billones. Es lo que pensamos hacer y le vamos a presentar al Concejo, pero tenemos la capacidad.
Hemos sido juiciosos en la ejecución, de hecho, este es el gobierno que en su primer año ha ejecutado más y mejor el presupuesto en sus primeros seis meses, comparado con los anteriores cuatro gobiernos de Bogotá. Llevamos un nivel de ejecución en términos de compromiso superior al 60 % y estamos en giros por encima del 30 %.
Eso es un avance bien importante y además hemos sido juiciosos en una cosa y es que hemos buscado implementar medidas efectivas de austeridad.
Usualmente, los gobiernos toman estas medidas al final para que le toque al siguiente, pero nosotros dijimos ‘no’ y por eso tomamos una medida de austeridad en el gasto en contratos de prestación de servicios. Se redujeron en 10 % los recursos para contratos de prestación de servicios para dirigirlos a temas que sí le sirven a la ciudadanía.
Pasando a otros temas, ¿se vienen cambios para el pico y placa?
Yo creo que Bogotá tiene que cambiar su modelo de restricción vehicular tiene que cambiarlo. Ahora, eso tiene que hacerse con tecnología y vamos a trabajar en ese sentido en este gobierno.
No es un tema que se pueda hacer en el corto plazo, porque en este momento tenemos más de 65 km de vías cerrados en Bogotá por obras y la proyección es que de aquí a un año y medio, tendremos 162 km cerrados. Es un momento en que no podemos revisar a la baja la restricción.
Pero sí vamos a dejar listo para avanzar, ojalá, cuando tengamos la posibilidad de entregar obras que nos faltan. Por ejemplo, la Avenida Boyacá en su costado occidental, la Avenida Laureano Gómez que esperamos entregar en el primer semestre de 2025 y la Avenida 68, que estará entre 2026 y 2027.
Cuando todo esto entre en operación, podremos tener más facilidad para que la restricción (pico y placa) se aplique utilizando tecnología, más dedicada a zonas donde hay mayor demanda de vías.
Bogotá no tiene un tráfico homogéneo en toda la ciudad, hay diferentes horarios y diferentes zonas en términos de presión por demanda de vías por tráfico.
Eso se debe responder con capacidad de tecnología y, eventualmente, hacer una restricciones que sean más eficientes, más justas y que nos ayuden mucho mejor a movernos en Bogotá.
¿Algo como los cargos por congestión?
Bogotá ya tiene una especie de cargo por congestión, que es el pico y placa solidario, con el que recaudamos más de $400.000 millones al año. Pero creo que eso debe pensarse más por zonas y eso es lo que estamos trabajando para dejarlo listo.
Por ahora, seguimos con la restricción como está, porque tenemos muchas obras y no podemos cambiar esa figura durante las obras.
Estamos cerrando, por ejemplo, carriles de tráfico mixto en la Avenida Caracas por la obra del metro. La gente va a empezar a ver obras y columnas del metro en las próximas semanas en la Caracas. Será en cuestión de seis o siete semanas.
Eso va a ser muy importante porque demuestra que la obra va bien y aprovecho para mencionar un tema que no mencioné antes.
Vamos a tener cerca de 5,7 kilómetros del viaducto del metro listos y en operación de prueba en el primer semestre del 2026 y tenemos que tener listo todos los 24 kilómetros más o menos en agosto o septiembre del 2027 en prueba. Habrá trenes dando vueltas por toda Bogotá, todavía no en operación comercial, pero eso es clave.
Todas esas obras afectan la movilidad, entonces durante el desarrollo de las mismas tenemos que tomar medidas para ver cómo logramos que se mueva mejor, con mitigación y luchando contra los mal parqueados. Si la gente sigue parqueando donde se le da la gana, vamos a tener graves problemas.
Vamos a cambiar eso con garrote, pero también con zanahoria. Con sanción y multa, pero produciendo también un cambio de conciencia, porque la ciudadanía entienda que si no nos ayuda es muy difícil
¿Qué le depara a Bogotá con el racionamiento de agua?
Vamos bien, lo que se ha hecho tanto en restricción como en cambios de comportamiento nos ha ayudado a llegar a los niveles que tenemos hoy, que son cercanos al 46 % en Chingaza y estamos cerca de la curva guía, que es la que nos permite proyectar que podríamos llegar en octubre al 70 %.
Esto es lo que necesitamos para poder enfrentar diciembre, enero, febrero y marzo del año entrante, cuando seguramente habrá sequía.
El año pasado, estábamos un poco por encima de lo que estamos hoy en esta época, pero en agosto dejó de llover y, por eso, cuando llegamos en enero, enfrentamos la crisis del primer semestre de este año.
Lo que queremos es que eso no nos pase en 2025 y, por lo anterior, mantenemos por ahora la medida. Pero estamos trabajando y revisándola permanentemente. Si se mantiene la curva guía en dirección a llegar al 70 % en octubre, podremos levantar la medida.