La decisión del gobierno de Gustavo Petro de no firmar nuevos contratos de gas natural en Colombia le podría dar una nueva estocada a la ya elevada inflación que se registra en el país.
Así lo confirman analistas consultados por Valora Analitik, quienes coinciden en que esta movida genera incertidumbre en el país.
Esta decisión fue reconfirmada por la viceministra de Energía, Belizza Janet Ruiz, quien aseguró este viernes desde Cartagena que no se firmarán nuevos contratos de exploración de hidrocarburos.
A renglón seguido, fue enfática en decir que, si el país tiene la necesidad de importar gas, lo hará.
Golpe inflacionario
Esta decisión tendría un efecto inmediato en el índice de precios al consumidor de Colombia, tanto por los mayores precios del combustible como por el coletazo en el dólar.
El excodirector del Banco de la República, Salomón Kalmanovitz, calificó el freno de exploración de gas como un “error fenomenal”.
“La devaluación se acentuará sin menos petróleo que exportar y, con ella, la inflación”, afirmó.
Por su parte, Juan David Ballén, director de análisis y estrategia de Casa de Bolsa, considera que el mayor impacto que tendría, a futuro, la prohibición de la exploración se vería reflejado en la tasa de cambio.
“El se continuaría fortaleciendo en el tiempo, lo cual aumentaría el precio de los bienes transables”, señaló el experto.
Y agregó: “Adicionalmente, si el país pierde la capacidad de autoabastecerse tendría que importar combustibles, lo cual saldría más costoso y se vería reflejado en un aumento en el precio del combustible e inflación de transporte”.
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En el peor momento…
El choque inflacionario llegaría por varios lados y generarían un golpe al ya elevado IPC colombiano, que va en 11,44 % con corte a septiembre.
Como si eso fuera poco, el coletazo se presentaría en un momento en que los países europeos buscan nuevas fuentes de gas natural, ante la crisis generada por la guerra de Rusia y Ucrania.
De hecho, este punto llevó a Alberto Bernal, jefe de estrategia global de XP Investments, a considerar que el gobierno Petro va en contravía de la realidad internacional.
“El mundo entero está viendo cómo hacer para recobrar un poco de gas en una crisis energética violenta y nosotros es como si estuviéramos en una dimensión alternativa”, afirmó.
Y detalló que “a este paso, Colombia perderá la autosuficiencia energética muchísimo más rápido, porque las empresas que están operando contratos actuales pueden decir: ‘no operamos más’ y dejan todo botado”.
En parte, esto también sucedería por los cambios normativos que se prevén en la reforma tributaria, que ya fue aprobada en primer debate.
Impacto en estratos bajos
En todo caso, los efectos de no firmar más contratos de exploración de gas irían más allá y le darían una estocada al bolsillo de los colombianos pobres y vulnerables.
De acuerdo con Juan Daniel Oviedo, exdirector del DANE, perder la autosuficiencia energética generaría una incertidumbre en Colombia.
“El gas es un servicio significativo y lo preocupante es que, a pesar de que tiene subsidios y contribuciones para estratos bajos, todavía el peso de los hogares en situación de pobreza es mayor que en los demás”, afirmó.
Lo anterior quiere decir que cualquier incremento en las tarifas tendría un coletazo mayor en los menos favorecidos. “Esto va a sobreexponer a los hogares en pobreza”, añadió el exdirector del DANE.
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Aunque esta podría no ser la única consecuencia. Oviedo también afirma que una subida de tarifas podría llevar al gobierno Petro a incrementar subsidios de facturas de los estratos bajos.
De esta forma, se generaría una presión fiscal importante, en tiempos en que el Ejecutivo busca reducir el déficit del país y en que tramita una reforma tributaria para recaudar $22 billones anuales de más.