El Ministerio de Ambiente anunció que el Fondo Mundial del Clima aprobó una financiación de US$92 millones para la segunda fase del proyecto del corredor Sumapaz-Chingaza-Guerrero.
Este anuncio se realizó durante la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP29), celebrada en Bakú, Azerbaiyán.
En un video, la ministra de Ambiente dijo: “Anunciamos que el Fondo Mundial del Clima ha aprobado US$92 millones para la siguiente fase del proyecto del corredor Sumapaz-Chingaza-Guerrero, un corredor clave para garantizar el agua en Bogotá. Este proyecto es fruto del trabajo conjunto del Distrito de Bogotá y el Sistema Nacional Ambiental, incluyendo el Ideam, Parques Nacionales y el Ministerio de Ambiente. Es un esfuerzo fundamental para estabilizar la provisión de agua en la Sabana de Bogotá”.
El proyecto para la provisión de agua en Bogotá y la sabana
El proyecto, denominado “Resiliencia Hídrica Paisaje Bogotá-Región”, es liderado por el Distrito de Bogotá en coordinación con el Sistema Nacional Ambiental, que incluye al Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), Parques Nacionales Naturales, Acueducto y el Ministerio de Ambiente. Además, cuenta con la cofinanciación de esta cartera ministerial y de la RAPE Región Central.
El proyecto, que contará con cerca de $400.000 millones en financiación, tiene como objetivo principal garantizar la sostenibilidad ecológica y la seguridad hídrica de la Sabana de Bogotá, una región que enfrenta importantes desafíos en el suministro de agua, lo que ha provocado racionamientos en la ciudad. Este esfuerzo beneficiará a más de 10 millones de habitantes de Bogotá y 21 municipios cercanos.
El proyecto contará con tres componentes, que van desde la Intervención en 14 microcuencas a través de la restauración de 7.200 hectáreas, la recuperación de 1.800 hectáreas mediante reconversión y diversificación productiva y la conservación de 13.467 hectáreas.
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Se busca consolidar un esquema para la protección de ecosistemas estratégicos en alta montaña para asegurar la regulación y el abastecimiento hídrico, así como el fortalecimiento de la gobernanza territorial para mejorar la calidad de vida de nuestras comunidades rurales generando condiciones de adaptación ante la emergencia climática.