El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que el crecimiento económico de Colombia arroje una variación de 3,3 % en el 2019 y de 3,6 % en el 2020. Ese nivel estimado para el presente año es menor que el 3,6 % lanzado en su informe de octubre pasado.
Ese crecimiento estaría impulsado, dijo, por el continuo respaldo de la política monetaria, el gasto de los gobiernos subnacionales en un año de elecciones, la ejecución del programa de infraestructura 4G y el impacto positivo de los cambios recientes de la política tributaria en materia de inversión.
Prevé que la Ley de Financiamiento aprobada en diciembre (que comprende una reforma tributaria que mejoraría la recaudación, y que incluye aumentos del IVA y de los impuestos sobre el consumo y la renta personal) ayude a cumplir con la meta fiscal para 2019.
Sin embargo, advirtió que la menor carga tributaria empresarial, “si bien podría impulsar la inversión y el crecimiento, podría generar una menor recaudación a partir de 2020”.
Previsiones enero de 2019
América Latina
El informe cuyo autor es el analista del FMI es Alejandro Werner, asegura que la actividad económica en América Latina sigue en aumento, pero a un ritmo más lento que el que se anticipara originalmente.
El debilitamiento de la economía mundial y el aumento de la incertidumbre política contribuyen a que se esté moderando el impulso del crecimiento en América Latina.
Espera que la región crezca un 2 por ciento en 2019 y un 2,5 por ciento en 2020: tasas muy inferiores a las de sus pares de otras regiones.
El endurecimiento de las condiciones financieras mundiales y la caída de precios de las materias primas que generaron las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China contribuyeron a que el crecimiento se desacelerara en la región, dijo.
Además, la política monetaria se contrajo en algunas economías, a fin de contener las presiones inflacionarias relacionadas en parte con la depreciación de la moneda, atenuando aún más el crecimiento.
En términos de política fiscal —que también pasó a ser menos flexible— aproximadamente la mitad de las economías de la región redujeron sus déficits primarios como porcentaje del PIB en 2018.
Sin embargo, dijo que esto no fue suficiente para ubicar la deuda pública en una trayectoria descendente, con la excepción de Argentina.
Incertidumbre política
Tras una serie de elecciones sumamente anticipadas en América Latina, aumentó la incertidumbre política en algunas de las economías más grandes de la región, lo que afecta a las perspectivas.
Por ejemplo, según el FMI, en México, la interrupción del proyecto de construcción de un aeropuerto y cierto retroceso en algunas reformas de los sectores de la energía y la educación potenciaron la incertidumbre política en el país.
En Brasil, la fragmentación del Congreso podría crear obstáculos para la ejecución del ambicioso programa de reforma estructural, consolidación fiscal y reforma de las pensiones.
De continuar, la incertidumbre política podría desalentar las inversiones en el futuro y socavar las perspectivas de crecimiento de la región.
Riesgos
Para Werner, existen varios riesgos que podrían afectar en mayor medida las perspectivas de América Latina y el Caribe. Por ejemplo, un aumento de las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, o una desaceleración en algunas economías importantes, podrían determinar un menor crecimiento del comercio en la región.
Consideró que la región a su vez se vería perjudicada si las condiciones financieras mundiales se endurecen más, lo que incluye aumentos repentinos de la volatilidad financiera mundial, un incremento de las tasas de interés de Estados Unidos y una apreciación del dólar de EE.UU.
Además, un incremento de la volatilidad en los mercados mundiales podría generar una reducción de los flujos de capitales hacia la región, lo que podría afectar el potencial de inversiones.
Entre los riesgos internos cabe mencionar una menor confianza por la incertidumbre política en Brasil y México, así como la incertidumbre relacionada con las elecciones en Argentina.
En Brasil, la confianza del mercado proyecta que podría deteriorarse en caso de que no avancen la reforma de las pensiones o la consolidación fiscal.
La confianza de las empresas en México podría verse socavada si se expande el rol del sector público en la economía, si se deteriora la posición fiscal o si surgen dificultades con respecto al nuevo acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá.
En Argentina, dijo que las elecciones generales que se realizarán en 2019 podrían reducir el apetito de reforma.
A medida que la economía mundial se desacelera, se cierra la ventana de oportunidades, ya de por sí estrecha, para que la región complete las reformas, es decir, y expresado en forma metafórica, para que finalice “la reparación del tejado”.
“Es preciso que la reducción de la deuda y del déficit siga adelante en varios países, a fin de garantizar la sostenibilidad de la deuda. Esas políticas minimizarían los efectos adversos sobre la actividad económica y la pobreza, por ejemplo, mediante la protección de la inversión en infraestructura y del gasto social bien focalizado, sin dejar de recortar el gasto no prioritario”, cita el informe regional.
Además, que es necesario que la política monetaria gestione la disyuntiva entre respaldar el crecimiento y mantener las expectativas de inflación bien ancladas en un contexto de depreciación de la moneda y de volatilidad de precios de las materias primas. Mantener la flexibilidad del tipo de cambio es fundamental para resistir los shocks, concluyó.