Luego de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) presentó, el viernes, las perspectivas económicas actualizadas para Colombia y la región, el jefe de misión para Colombia de esa organización, Hamid Faruqee, comentó el rumbo actual del país: los frutos que se esperan de la ley de financiamiento, el impacto de la migración venezolana, y las razones para esperar que, ahora sí, despegue la infraestructura.
También se refiere a lo “crucial” de sacar adelante una profunda reforma del sistema de pensiones, por cuatro razones: lo complejo del sistema, lo regresivo, la falta de cobertura y su alto costo fiscal.
Se acaba de aprobar una reforma tributaria. ¿Su vida útil puede ir más allá de un año? ¿Hay que alistarse para otra ley?
La ley de financiamiento debería ayudar a alcanzar la meta fiscal para el 2019 e impulsar el crecimiento a mediano plazo. Los cambios aumentan los ingresos tributarios este año a través de varias medidas de política tributaria y una mejor administración tributaria.
La ley simplifica el código de impuestos para las empresas, lo cual también es bienvenido. Una menor carga impositiva para las empresas –a través de la reducción gradual de las tasas del impuesto sobre la renta de las empresas y al hacer deducible el IVA sobre los bienes de capital– debería impulsar la inversión y, por lo tanto, el potencial de la economía a lo largo del tiempo, pero puede frenar los ingresos fiscales a corto plazo.
Dado que la ley no genera ingresos adicionales más allá de 2019, esto implicaría que las autoridades deberán ajustar sus gastos o generar ingresos adicionales para cumplir con la regla fiscal en el futuro.
La discusión de una reforma pensional se viene aplazando. ¿Se le puede seguir dando largas?
Hay amplio consenso de que es crucial. El sistema actual es demasiado complicado, con dos pilares en competencia: el régimen de prima media y el régimen de ahorro individual. El sistema también es regresivo, tiene poca cobertura y conlleva costos fiscales significativos. Solamente alrededor de un tercio de la población en edad jubilatoria recibe una pensión contributiva, pero aproximadamente la mitad de la población en edad de jubilación está por debajo del umbral de pobreza. Colombia necesita considerar una reforma profunda para abordar los problemas y garantizar que las pensiones sigan allí y abarquen a más jubilados. La ley de financiamiento simplifica el código de impuestos para las empresas, lo cual también es bienvenido.
Desde el 2014, la deuda ha tenido un aumento importante. ¿Ya se llegó a un nivel crítico?
Tras la gran caída en los precios del petróleo, en 2014, las medidas tomadas permitieron a la economía suavizar el impacto de la gran y duradera disminución de los términos de intercambio. Pero al igual que otros exportadores de commodities, Colombia también vio aumentar su deuda. Nuestra evaluación es que la aplicación de políticas consistentes con la regla fiscal pondrá a la deuda pública firmemente en una senda decreciente.
La regla fiscal estructural es, desde que se introdujo en el 2011, fundamental dentro del sólido marco de política macroeconómica de Colombia. Y el ajuste estructural del presupuesto realizado desde entonces ha generado credibilidad fiscal, evidente por la calificación de grado de inversión de la deuda soberana de Colombia. Para 2019, la regla fiscal requerirá cierto esfuerzo presupuestario para cubrir el déficit total del Gobierno Nacional Central del 2,4 por ciento, que la ley de financiamiento de 2018 debería ayudar a lograr.
¿Si hay un nuevo cambio en la senda de la regla fiscal sería una señal de poco compromiso con el ajuste?
El Comité Consultivo de la Regla Fiscal evalúa el desempeño de este año y puede modificar sensiblemente la trayectoria del déficit total en función de consideraciones económicas o circunstancias excepcionales. El año pasado, por ejemplo, modificó la trayectoria del déficit en respuesta a estimaciones actualizadas sobre de la brecha del producto de la economía, pero mantuvo la misma trayectoria del déficit estructural. Lo que importa es el compromiso continuo del Gobierno con mantener sus finanzas saneadas y sostenibles.
¿Cuánto está costando la atención de migrantes de Venezuela?
El compromiso de Colombia de brindar alivio a la crisis humanitaria en Venezuela es encomiable y notable. Más de un millón de migrantes venezolanos viven actualmente en Colombia, además de varios cientos de miles de colombianos que regresaron. Las autoridades colombianas han implementado una serie de medidas para apoyar a estas familias, como garantizar el acceso a la atención médica de emergencia y hacer que los requisitos de documentación sean más flexibles para el acceso a la educación de los niños.
Las autoridades calculan que los costos fiscales se situarán en torno al 0,4 o 0,5 por ciento del PIB en el 2019. Compartimos la opinión de que, dada la importante migración que ya se ha producido y es probable que continúe, Colombia debería recibir un importante apoyo internacional para ayudar a cubrir los costos de sus esfuerzos.
Lo que importa es el compromiso continuo del Gobierno con mantener sus finanzas saneadas y sostenibles.
El Banco de la República decidió acumular reservas internacionales para un posible fin de la línea flexible del FMI. ¿El Fondo prevé acabar esa línea?
En el momento de la última renovación de la Línea de Crédito Flexible de Colombia –en mayo de 2018, por el equivalente a unos 11.400 millones de dólares–, las autoridades declararon que pretendían continuar tratando el instrumento como precautorio y eliminar gradualmente su uso, siempre y cuando los riesgos lo permitan.
En ese contexto, en septiembre de 2018, el Banco de la República decidió comenzar a acumular reservas de divisas. Celebramos los planes de las autoridades para fortalecer la adecuación de las reservas para mejorar aún más la resistencia de la economía a los choques externos.
Las reservas siguen siendo adecuadas, pero deberían aumentar con el tiempo para mantener una cobertura adecuada. El nuevo programa de acumulación ya ha permitido acumular 800 millones de dólares en reservas, dadas las condiciones del mercado.
¿Qué precios de petróleo se necesitan para que el crecimiento aumente al 3,3 por ciento que ustedes pronostican?
El crecimiento estimado para 2018 aumentó a un 2,6 por ciento desde el 1,7 por ciento en 2017, gracias al mayor consumo privado y a la recuperación de la inversión. Para 2019, esperamos una mayor aceleración, para pasar al 3,3 por ciento. Sin embargo, creemos que los riesgos para esta perspectiva han aumentado y se inclinan a la baja, dado un crecimiento regional menor al esperado, mayor volatilidad del petróleo y el endurecimiento de las condiciones financieras globales. Nuestra opinión es que el crecimiento del 3,3 por ciento es consistente con los precios del petróleo Brent actuales, alrededor de 60 dólares por barril, y la trayectoria para los precios del petróleo implícitos en los mercados de futuros.
La infraestructura es una promesa de mayor crecimiento desde hace años. ¿Hay razones para creer que este año sí despega?
Durante 2016, ocho proyectos obtuvieron cierre financiero y algunos comenzaron la fase de construcción. Sin embargo, tras el escándalo de Odebrecht, solo 2 proyectos lograron el cierre financiero en 2017 debido a inquietudes de la banca y algunas incertidumbres legales. En 2018, los bancos nacionales continuaron mostrando un menor apetito por los préstamos para proyectos 4G. Sin embargo, la Financiera de Desarrollo recibió una inyección de capital y facilitó una diversificación hacia capital extranjero.
Estos esfuerzos están comenzando a dar frutos y aproximadamente 5 proyectos más recibieron financiamiento en 2018. Para 2019, la implementación de 4G debería mejorar siempre que se puedan abordar las limitaciones de financiamiento y otros obstáculos, por ejemplo, permisos.