La calificadora de riesgo S&P Global Ratings ratificó su calificación ‘BBB-‘ de largo plazo en moneda extranjera y en ´BBB´ para las calificaciones de crédito soberano en moneda local de Colombia.
Al mismo tiempo, dijo que la perspectiva del país se mantiene “estable”.
La perspectiva estable refleja su expectativa de que Colombia tiene instituciones políticas y un historial de políticas económicas favorables al crecimiento que contribuirán a la estabilidad económica y la recuperación gradual del crecimiento durante los próximos dos a tres años.
Para la firma, los resultados de las recientes elecciones al Congreso refuerzan la expectativa de una amplia continuidad en las políticas económicas después de las elecciones presidenciales, que probablemente irán a la segunda ronda en junio.
S&P espera una reducción gradual en el general del déficit fiscal del Gobierno en los próximos dos o tres años, aunque persiste un sostenido camino de lenta recuperación económica, lo cual debería contribuir a un aumento modesto en la carga de la deuda neta del país.
También espera un resultado pragmático y gradual en la implementación de los acuerdos de paz con la guerrilla de las Farc.
Aunque espera que la carga de la deuda externa neta disminuya lentamente desde los actuales niveles altos, los posibles signos inesperados de deterioro en el acceso de Colombia al financiamiento del mercado externo podrían llevarla a reducir las calificaciones en los próximos dos años.
Además, la agencia advierte que la reducción del déficit fiscal podría no ser suficiente y la deuda neta del Gobierno frente al PIB podría aumentar más de lo esperado, potencialmente reflejando, entre otras cosas, un mayor gasto debido a la implementación de los acuerdos de paz o debido a la falta de ingresos de la reciente reforma fiscal. Como resultado, aseguró, podría bajar la calificación.
Finalmente, señaló que reveses imprevistos en el proceso de paz podrían reducir las perspectivas de crecimiento y exacerbar el perfil externo de Colombia.
Por el lado contrario, dijo que podría elevar la calificación del país en los próximos dos años si la disminución del déficit fiscal y de la deuda neta del Gobierno -junto con las cargas de intereses- mejoran más rápido de lo que espera, junto con un posible aumento en la tasa de tendencia del crecimiento económico.
También podría aumentar la calificación si la carga de la deuda externa neta disminuye más marcadamente de lo estimado.
El informe de S&P detalla que la calificación de Colombia refleja la visión en cuanto a que la seguridad interna de Colombia ha mejorado sustancialmente en la última década, preparando el escenario para una mayor inversión y un mejor crecimiento del PIB.
La implementación del acuerdo de paz debería, a pesar de su impopularidad, gradualmente mejorar la seguridad.
Por otra parte, dijo que un tipo de cambio flexible ha servido como un amortiguador clave para la economía, ayudándola a adaptarse a un movimiento adverso fuerte en los términos de intercambio en 2014 cuando los precios del petróleo cayeron drásticamente.
Las calificaciones también reflejan la posición externa más débil de Colombia, como se refleja en un fuerte aumento de la deuda externa neta en los últimos años, así como los términos de intercambio volátiles del país.
“Estos factores debilitan la capacidad de recuperación de las cuentas externas de Colombia y resaltan la vulnerabilidad de la economía frente a los choques externos. Esperamos una reducción gradual en los déficits fiscales y una aumento marginal de la deuda en los próximos tres años”, proyecta la firma de calificaciones.
Sobre el futuro del país dijo que la nueva administración heredará un desafío fiscal de cumplir con la Regla Fiscal más allá de 2018 en medio de una baja flexibilidad de gasto y limitadas perspectivas de ingresos fiscales adicionales e inmediatos.
El perfil externo de Colombia, según el concepto de la firma, refleja una alta deuda externa y la vulnerabilidad a los términos de intercambio volátiles.
Proyecta que el Gobierno de Colombia cambie su deuda a un promedio de 2.9% del PIB durante 2018-2021, disminuyendo desde 3.6% el año pasado (y un promedio alto anterior del 5.1% durante 2014-2015).
Respecto del crecimiento económico, estima que será más débil de lo esperado, en particular debido al impacto de la reforma tributaria sobre el consumo, que afectó el desempeño fiscal en 2017. Sin embargo, el Gobierno pudo compensar esto con ingresos únicos, a saber, una tasa de arbitraje favorable impuesta a las principales empresas de telecomunicaciones.
Por último, destacó los mejores resultados de lo esperado de Ecopetrol que podría contribuir a un menor déficit del Gobierno durante 2018-2021.