Fitch Ratings no espera cambios importantes en la política macroeconómica colombiana, sin importar quién gane las elecciones presidenciales de este domingo.
Considera que es probable que las elecciones pasen a una segunda vuelta en junio (suponiendo que ningún candidato obtenga más del 50 % de los votos).
“Fitch prevé una amplia continuidad monetaria y fiscal. La agenda de Petro busca el mayor cambio de las políticas macroeconómicas actuales al expandir significativamente el papel del Estado. Buscaría aumentar el gasto social, diversificar la economía del petróleo y la minería hacia la agricultura y reducir el papel de los fondos privados de pensiones. Sin embargo, apoya un banco central completamente independiente y continuo, así como una mayor consolidación fiscal”, precisó.
La calificadora pronostica un crecimiento económico de 2,6 % en 2018, a medida que crecen tanto la inversión como las exportaciones.
La recuperación de la demanda externa y mejores términos de intercambio debido al mayor precio promedio del petróleo impulsarán las exportaciones.
Espera que el consumo y la inversión impulsen el crecimiento en un 3,3% en 2019, “ya que los recortes anteriores en las tasas de interés impulsan la demanda interna y los cuellos de botella en la infraestructura pública, especialmente con los proyectos 4G, se superan gradualmente”.
La previsión de Fitch para la inflación es que caiga hasta el 3,3% al cierre de 2018, en la medida en que los shocks en el lado de la oferta disminuyan debido a los fenómenos relacionados con el clima y los efectos del aumento del IVA entre enero y febrero de 2017.
En 2018, los ingresos superiores a los previstos de Ecopetrol (0,7 % del Producto Interno Bruto frente al 0,4 % del PIB esperado) y algunos recortes en los gastos de capital ayudarán al gobierno a alcanzar su objetivo de expansión.
De acuerdo con las proyecciones de referencia de Fitch, la deuda bruta del Gobierno debería disminuir gradualmente hasta el 37 % del PIB en 2026, suponiendo un ajuste fiscal adicional del 0,8 % del PIB.
“El principal riesgo para la sostenibilidad de la deuda sería no lograr reducir el déficit presupuestario primario”, comentó.
Fitch espera que el déficit de cuenta corriente continúe reduciéndose a 2,9 % del PIB en 2018 y 2,6 % en 2019.
El déficit en cuenta corriente de Colombia cayó a 3,4 % del PIB en 2017, 4,3 % en 2016 y 6,4 % en 2015.
La deuda externa neta de Colombia alcanzó un máximo de casi el 55 % de los ingresos de la cuenta corriente en 2016, habiendo aumentado sustancialmente entre 2010 y 2016 como resultado del creciente déficit en cuenta corriente, las bajas tasas de interés internacionales y las mayores necesidades de endeudamiento del gobierno.
La calificadora espera que la relación continúe cayendo al 40 % en 2018 y al 32 % en 2019.
Debilidades de Colombia
El reporte de Fitch indicó que las necesidades de deuda externa colombiana y del servicio de la deuda son altas en comparación con los soberanos calificados de forma similar debido a un mayor endeudamiento externo, la depreciación del peso (2015-2016) y una disminución en los ingresos externos actuales del país de 2014 a 2016.
Estas tendencias han comenzado a revertirse y, como resultado, las necesidades de servicio de deuda externa y deuda de Colombia alcanzaron su punto máximo en 2016 y están empezando a disminuir.
La deuda bruta del gobierno general (GGGD), con un 40 % del PIB esperado a fines del 2018, está cerca de la mediana de ‘BBB’ del 41%.
Fitch pronostica que GGGD se mantendrá relativamente estable durante el período de pronóstico.
Los factores estructurales de Colombia son más débiles que los de los pares «BBB» en términos de ingreso per cápita, y los indicadores de gobernabilidad y desarrollo social.
Anticipa que mejorar gradualmente la seguridad resultante del proceso de paz podría ayudar a mejorar los indicadores de gobernabilidad y desarrollo humano de Colombia.