La victoria de Iván Duque en las elecciones presidenciales de Colombia debe apoyar la continuidad de la política económica, incluidos los regímenes de tipos de cambio flexibles y la inflación.
Pero impulsar el crecimiento y la consolidación fiscal serán desafíos clave para su administración, dijo Fitch Ratings en un nuevo reporte.
Las políticas coherentes y creíbles son una fortaleza de calificación para Colombia, agregó, y la continuación del ajuste fiscal según la Regla Fiscal de Colombia será importante para mantener la credibilidad de las políticas.
La agencia calificadora recordó que Duque ganó el 54% de los votos en la segunda vuelta del 17 de junio, derrotando a Gustavo Petro que recibió el 42%.
El resultado de la Presidencia se produce después de las elecciones al Congreso a principios de año, en las que los partidos de centro y centro derecha, incluido el propio Partido Democrático (CD) de Duque, lograron avances significativos en la Cámara de Representantes.
El CD también tiene el mayor número de escaños en el Senado. La alineación política del congreso debe apoyar la gobernabilidad en la nueva administración presidencial.
“Es probable que la legislatura apoye en general la agenda política, aunque su composición sigue estando fragmentada, ya que ningún partido tiene la mayoría de los escaños en ninguna de las cámaras y requerirá la construcción de una coalición”, señaló Fitch.
Colombia está experimentando una consolidación fiscal plurianual anclada en objetivos establecidos por un consejo fiscal.
El déficit presupuestario del gobierno central estuvo en línea con el objetivo revisado de 3.6% del PIB para 2017, mientras que una regla fiscal revisada requiere que el déficit disminuya aún más al 3.1% y al 2.4% en 2018 y 2019, respectivamente.
El plan fiscal de mediano plazo del gobierno, publicado el jueves pasado, muestra que el gobierno mantiene los objetivos de déficit del consejo fiscal.
Fitch cree que el objetivo para 2018 es alcanzable, pero una mayor consolidación para el objetivo de 2019 será más difícil sin gastos adicionales ni medidas de ingresos.
Sin embargo, dijo que el aumento de los precios del petróleo debería traducirse en mayores ingresos petroleros para el gobierno, lo que proporcionaría cierta protección fiscal.
El presupuesto de 2019 será una prueba fiscal clave para el nuevo gobierno, especialmente porque Duque hizo campaña en una plataforma para reducir los impuestos a las ganancias corporativas, que, si se implementaran, dificultarían más el logro del objetivo de déficit de 2019.
La medida en que la nueva administración cumpla con esta parte de su plataforma de políticas podría afectar la trayectoria fiscal, advirtió la firma. Aunque no es su escenario base, una reversión en la consolidación fiscal podría comenzar a pesar sobre la trayectoria de la deuda a mediano plazo.
Fitch actualmente pronostica que la carga de la deuda del gobierno se estabilizará, lo que ha sido una parte clave de nuestra decisión de afirmar recientemente las calificaciones de ‘BBB’ de Colombia con un outlook estable.
La aceleración del crecimiento económico debería, en su concepto, ayudar con la consolidación fiscal, pero con un pronóstico del 2,6%, es probable que el crecimiento siga siendo relativamente deslucido en 2018 y por debajo del potencial de crecimiento de Colombia.
“Sin embargo, una mayor demanda interna por tasas de interés más bajas y una mayor inversión en infraestructura pública debería llevar el crecimiento del PIB al 3,3% en 2019. El sector petrolero es un punto particularmente brillante para la economía y debería impulsar la inversión de capital este año y el próximo”, destacó Fitch.
Si bien esperamos una continuidad general de las políticas, la implementación del acuerdo de paz de las Farc podría ser una fuente de incertidumbre, dijo la firma en un informe firmado por Richard Francis, jefe de calificaciones soberanas.
Duque hizo campaña para hacer modificaciones al acuerdo, incluyendo el cambio potencial de la reintegración de excombatientes y las restricciones a ciertos miembros de las Farc para convertirse en miembros del Congreso como parte de la adjudicación fija de cinco escaños al grupo por dos períodos.
“La mayor incertidumbre con respecto a la implementación del acuerdo de paz podría aumentar la polarización política sobre este tema y afectar la confianza de los inversores y, por extensión, el riesgo económico negativo”, concluyó.