Las reacciones ante la posibilidad de que Estados Unidos (EE. UU.) pueda dejar de exportar vehículos a Colombia no se han hecho esperar.
Esto, luego de que el Gobierno de ese país expresara su molestia con la administración de Petro por una normativa que avanza y que afectaría las importaciones de carros de ese país.
El inconformismo es por un proyecto de resolución con el que se busca que los vehículos importados de EE. UU. que ingresen al país cuenten con una certificación de origen no de las Normas Federales de Seguridad de Vehículos Motorizados de EE. UU. (FMVSS, por sus siglas en inglés) -que es la que se usa en el territorio estadounidense-, sino por la auditoría de las normas de las Naciones Unidas (ONU), que es más reconocida internacionalmente, según el Gobierno colombiano.
En otras palabras, todos los vehículos del mundo deben tener una reglamentación técnica, pues cada que vez que se va a importar un carro, alguien tiene que certificar que ese vehículo cumple con esos reglamentos.
“Lo que está pasando es que, por alguna razón, la Agencia Nacional de Seguridad Vial de Colombia no quiere reconocer los estándares norteamericanos FMVSS. Eso implica que los vehículos que vengan de EE. UU. o sean fabricados en otros países bajo esos estándares no podrán entrar al país”, afirmó Eduardo Visbal, vicepresidente de Comercio Exterior de Fenalco.
¿Por qué es tan grave que no se reconozcan los estándares de vehículos de EE. UU.?
Para el experto de Fenalco, el no reconocer la normativa estadounidense es “gravísimo no solo esa nación como proveedora, sino también para otros países que usan sus estándares y para los consumidores colombianos que van a ver disminuida la oferta de vehículos al país y eso encarecerá los precios y tendrá una serie de consecuencias”.
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Si bien los vehículos de EE. UU. que ingresan a Colombia solo pesan alrededor de 6 % u 8 % del total que se vende, hay otros países como México, Brasil o Argentina que fabrican sobre estándares norteamericanos, y que sumados ya representarían la mitad del mercado, con marcas como Chevrolet, Ford o Jeep.
Aunque no se puede cuantificar por ahora la posible afectación, Fenalco había estimado que el sector automotriz cerraría 2025 con 220.000 unidades comercializadas. Dicha cifra entonces se vería afectada a casi la mitad si se tiene en cuenta que casi de Brasil, Argentina, México y EE. UU. suman casi 50 %.
“El Gobierno todavía puede arreglar esa situación. Nosotros hemos hablado mucho sobre el tema con el Gobierno. Cómo van a ser los estándares norteamericanos inseguros si es el mercado más grande de vehículos del mundo, no tiene sentido que alguien lance ese tipo de afirmación”, insistió Visbal.
Otros riesgos de avanzar con la medida
Para Pedro Nel Quijano, presidente de la Asociación Gremial de Concesionarios de Automotores (Aconauto), “las importadoras generalmente tienen que pedir con anticipación de dos, cuatro y hasta seis meses los vehículos a la fuente, y estas normas entrarían el 2 de mayo, es decir en dos semanas”.
Eso quiere decir, agrega, “que con el peligro de que esto entrara en efecto, ya hay muchos importadores de EE. UU. que han cerrado sus compras por el temor de que esto entre”.
“Creo yo que eso va a tener solución y el gobierno va a frenar la situación o a posponerla para darle tiempo a los fabricantes americanos de unirse a las nuevas exigencias”, apuntó.
Con eso concuerda la Cámara de Comercio Colombo Americana (Amcham), para la cual es necesario fomentar el diálogo con el gobierno estadounidense que evite medidas que afecten la entrada de productos.
“La comunicación del Representante Comercial de EE. UU. refleja la necesidad de avanzar en soluciones técnicas que aseguren un comercio fluido. Hoy, Colombia no cuenta con laboratorios que permitan certificado bajo el acuerdo de 1958, lo que hace inviable la implementación de la medida. Es el momento de trabajar en conjunto-sector público privado-para fortalecer la relación bilateral”, afirmó la presidenta de la agremiación, María Claudia Lacouture.