La FIFA eligió a Arabia Saudita como sede de la Copa Mundial 2034, una decisión tomada en un congreso extraordinario realizado de manera virtual. En los últimos años, el país asiático ha mostrado un notable crecimiento en el ámbito futbolístico, respaldado por inversiones significativas destinadas a transformar su liga y aumentar su atractivo internacional.
El estado saudí ha liderado esfuerzos estratégicos para consolidar su posición en el mundo del fútbol. Estos incluyen la incorporación de estrellas como Cristiano Ronaldo, Karim Benzema, N’Golo Kanté y Neymar, quienes han firmado contratos millonarios. Estas incorporaciones no solo fortalecen la competitividad de la liga saudí, sino que también buscan captar una audiencia global y posicionar al país como un epicentro del entretenimiento futbolístico.
Estrategia de Arabia Saudita para la organización del Mundial
El factor económico ha desempeñado un papel central en el desarrollo del fútbol en Arabia Saudita, que ha apostado por la organización de eventos internacionales destacados, como las Supercopas de Italia y España en varias ediciones. Estas iniciativas han impulsado mejoras en la infraestructura de los estadios, haciéndolos más atractivos para el turismo deportivo.
El proyecto Visión 2030 es clave en este proceso, con un plan de modernización de estadios y la construcción de nuevos recintos equipados con tecnología avanzada para ofrecer experiencias de primer nivel a los visitantes. Estas obras se desarrollan con miras a la Copa Asiática de 2027, que servirán como antesala para la organización de la Copa Mundial de 2034.
El plan contempla cinco ciudades anfitrionas: Riad, Yeda, Jobar, Abha y Neom, y la construcción de 15 estadios, de los cuales ocho serán completamente nuevos. Entre ellos destaca el Estadio Internacional Rey Salman, en Riad, con capacidad para más de 92.000 espectadores, que será sede de la inauguración y la final del torneo asiático y, previsiblemente, el escenario principal del Mundial.
Estas estrategias e inversiones realizadas llevaron a que la FIFA otorgará a Arabia Saudita una calificación técnica de 4,2 sobre 5,0, destacando aspectos como la logística, infraestructura y capacidad organizativa.
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Otro dato clave en la candidatura saudí fue su compromiso con los derechos humanos, un enfoque que la FIFA valoró como esencial para garantizar un torneo inclusivo y moderno, lo cual terminó siendo un factor determinante en la decisión.